Si te digo EMILIO, sabes de qué te hablo. Sabes de quien te hablo.
Si!!! Ese rubio precioso, lleno de inocencia, que llegó a este mundo a superar pruebas desde que abrió los ojitos por primera vez.
Emilio, Emi, que nació allá por mayo de 2013, no sabia y seguramente aun no sabe a todo lo que deberá enfrentar en esta vida.
Todo lo que podamos decir, contar, escribir, va a servirle algún día, para leer su historia. Su historia desde la panza, su llegada, su vejiga que no estaba y que ningún médico pudo darse cuenta, su primera entrada a un quirófano con 4 días de vida, una cirugía de 9 horas y 23 días de internación colgado de una incubadora, teniendo a su Papá con él en Buenos Aires enfrentando un diagnostico terrible.
En casa, sus tres hermanos, Sofía, Antonio y Pedro.
ASÍ EMPEZÓ LA VIDA DE EMILIO, EL PEQUEÑO GIGANTE QUE PUEDE CON TODO Y QUE LLEGO PARA ENSEÑARNOS A ABRIR EL CORAZÓN.
Los meses pasaron poco a poco, el diagnostico de los médicos decía que Emi no iba a poder caminar, que con suerte lograría sentarse. También dijeron que serian largos años de cirugías, mas de 40, y aun así, nadie bajo los brazos.
Ya en octubre, de aquel 2013, una tragedia impensada, un dolor hondo, que solo lo entendemos aquellos que perdimos a nuestros padres, atravesó a la familia Taddey. Carlos, el Papá de Emi, Sofi, Antonio y Pedro, se marcho de golpe en un accidente de esos que nunca tendrán la explicación suficiente.
Las pruebas ya no eran solo para Emilio, ahora eran para toda la familia.
Como pudieron, desde lo más profundo del dolor, de esas tristezas que te secan el alma y te inundan los ojos, desde allí, cada uno a su manera, optaron por la única opción que había, la ruta que indicaba, que el camino seguía.
Recuerdo el cuadro familiar de ese momento. Antonio con su adolescencia en pleno se puso el reloj de su Papá, seguramente lo hacía sentir más cerca. Sofí, a meses de graduarse y con los ojos inmensamente tristes improvisó una venta de budines para las fiestas y con eso pudo costear algunos gastos de ese fin de ciclo. Pedro era un hermosísimo y pequeño huracán que giraba en torno del cochecito que acunaba a Emilio. Ese era el cuadro al final de aquel año que los marco para siempre.
En el país se conocen 9 casos iguales al de Emilio, pero el va sorprendiendo a sus médicos con los avances. El primero fue sin dudas, cuando con sus nueve meses dio los primeros pasos venciendo el diagnostico de que no caminaría.
Hoy, con cuatro años y medio, el pequeño gigante sigue sorprendiendo. Irradia su luz y su energía a todas aquellas personas que cerca o lejos ayudan en su cruzada. Disfruta inmensamente de los juegos con su hermano Pedro y se deja mimar por Antonio y Sofía.
La historia de Emilio, su pequeña vida, no solo marco a la familia Taddey, nos marcó a los nicoleños como sociedad, nos tocó el corazón. Ese rubiecito lleno de ingenuidad y pureza llegó a este mundo sin saber que para ganar las batallas que el destino proponía, iba a tener un ejército de mamás, de hermanos, de amigos, de desconocidos, de impensados.
TODOS LUCHANDO POR SU CAUSA, TODOS REZANDO POR SU SALUD, TODOS SUMANDO DESDE SUS LUGARES, TODOS PONIENDO EL CORAZÓN, TODOS POR EL, TODOS POR EMILIO!!!
BELEN GORVALAN GENOUD