Dossier Deportivo
Por Nico Pastocchi
Viviendo del gol
28.12.2019 El barrio, como generalmente pasa, es disparador de muchas de las historias. Zona de común de las familias de clase trabajadora, la parte norte de San Nicolás, el hoy emergente Barrio Yaguaron, hace varios años y con mucha menos urbanización de la que existe en estos días, fue la cuna de goles, de muchos goles que hoy se lucen por toda Sudamérica.
“Estaba jugando al fútbol enfrente de mi casa, con un amigo que atajaba en Alto Verde, categoría 85 y viene su papá, de apellido Casas, cerca del mediodía a preguntarme si quería jugar en el baby de Alto Verde. Yo le respondí que vaya a hablar con mi papá. El estaba haciendo un asado y le dio el sí. Después de comer fuimos con toda la familia a la cancha de Santa Rosa, me metieron a jugar con la 86, una categoría menos. Ganamos 4 a 2, hice dos goles y desde ahí no paré más. Alto Verde, San Pablo, 12 de Octubre en cancha chica y ahí me quede”. De esta forma, Sergio Almirón comenzaba su relación con las redes rivales, manteniéndola vigente hasta hoy.
– ¿Qué significa para vos el fútbol?
-Es todo, para mí siempre estuvo primero. De chico mis viejos me mandaban a estudiar y si bien iba al colegio todos los días, no prestaba atención. Quería la pelota. Si hoy tengo lo que tengo y recorrí lo que recorrí es por el fútbol. Por eso digo que es todo.
– Hiciste el camino inverso, porque arrancaste en la liga local y terminaste llegando desde abajo, ¿Cómo ves eso hoy con el paso de los años?
– Es muy loco, porque yo le decía siempre a mi vieja que me iba a ir a jugar afuera. Mi viejo me decía que agarre el bolsito y vaya, que ellos me iban a respaldar como podían. Así fue, porque Tito Cerino, que en paz descanse, me fue a ver a un partido 12 de Octubre – La Emilia, en el cual hice dos goles y me ofrece una prueba en Chile. Yo tenía que pedir vacaciones en el trabajo, por eso no le pude responder en el momento. Pero tenía buena relación con el jefe, me respaldó y me dijo que si no me iba bien, el trabajo lo iba a tener igual. Después de tres meses pude firmar el contrato y arrancar mi carrera profesional en el Osorno de Chile.
– ¿Nunca sentiste que el fútbol no era para vos?
– No nunca. Si sentía que me quitaba cosas, familia, amigos, abuelos, cumpleaños. Pero es la vida que elegí. Ayudar a tu familia, tener un futuro, son cosas que conseguí de la mano de la pelota.
– Chile, Perù, Bolivia, Paraguay, Venezuela, Colombia, España, mas los dos pasos por el fútbol argentino, ¿Sentis que enriqueció a tu persona todo ese recorrido?
– Totalmente. En tantos años, uno ha conocido muchas personas, muchos amigos que hasta vienen a comer un asado a mi casa estando de vacaciones. El tener la posibilidad de ayudar a un familiar es muy lindo. Hay lugares en que a uno le va bien y te lo agradece o otros lugares donde por ahí no te va tan bien, pero siempre hay alguien que mas allá de lo futbolístico ve la persona y esta bueno también.
La chance Argentina
Luego de hacer 22 goles en el CNI de Perú tenía todo listo para viajar a México. El 2011 asomaba y la oportunidad de jugar en Querétano parecía inmejorable. Incluso su representante había comprado un traje para la presentación. Pero a pocas horas de volar, su teléfono sonó desde Argentina. “Me llamaron de la dirigencia de Newell`s. Era el futbol argentino, Rosario, muy cerca de San Nicolás y ese año, mi vieja le había donando un riñón a uno de mis hermanos. Cerraba todo, para jugar y estar cerca de ellos, por eso elegí Newell`s. Aunque confiesa. “Me costó, más allá de que tuve pocas posibilidades y a Sensini, que fue el que llevó después lo echaron, el fútbol argentino es muy duro, muy físico. Se nota en el roce y en la velocidad. Como sabía que para Torrente no iba a ser prioridad y me llegó la chance, decidí irme a Olimpia de Paraguay”.
Después de Paraguay, Almirón volvió a Perú para jugar en León de Huánuco y José Gálvez, pero luego llegar a Bolivia, donde tanto en Blooming como el Oriente Petrolero, se cansó de romper redes. Atlético Rafaela le volvió a abrir las puertas de nuestro país, pero las cosas que tiene el fútbol no le permitieron mostrarse. “Apenas llegó tengo la chance de patear un penal, la pinché y dio en el palo. No lo podía creer. En cambio, en mi debut en Colombia, pateo el penal, la vuelvo a pinchar y es gol. Ahí me saque todo de adentro”. Recuerda “Checho”.
El Atlético Huila en el país cafetero y luego Deportivo Táchira en Venezuela fueron sus siguientes camisetas, hasta que llegó la oportunidad del viejo continente. España le abría las puertas, más precisamente el Ontinyent en la Segunda División B. “Nunca pensé en jugar en Europa, la verdad es que es otro fútbol. Fue un semestre y jugamos Copa del Rey. La mejor anécdota de mi paso por el Ontinyent fue justamente jugando Copa, contra el Jaen. Se lesiona el 9, entro y en la primera que tengo, fallo un gol increíble. Era más fácil hacerlo que errarlo. Terminamos yendo a penales y el técnico ni me puso entre los cinco a patear, pasaron dos compañeros mas y ahí si pude agarrar la pelota, si lo metía ganábamos, así que fui, la pinché y clasificamos. Fue una locura, pero sirvió en ese momento y me saque la mufa” relata el goleador.
– ¿Te queda algo pendiente?
– Tengo varias cosas pendientes, por ejemplo, jugar en el fútbol argentino un poco más. Y en la vida, me hubiese gustado compartir más tiempo con mi familia, sobre todo con mi viejo, que se fue y no lo pude disfrutar. Pero el fútbol es así, te da mucho, pero también te saca”.
– ¿Pensás en el futuro? ¿Te imaginas dentro del fútbol una vez que te retires?
– En este momento no estoy pensando en el que voy a hacer en el futuro, pienso en seguir jugando. Si creo que después voy a hacer algo ligado al fútbol, pero no técnico, no tengo la personalidad para serlo. Considero que no es fácil serlo, tenés que estar muy preparado. Me gusta la parte de ser formador.
– ¿Cuánto significa para vos 12 de Octubre? ¿Te gustaría retirarte ahí?
– Doce fue y sigue siendo mucho para mí. Mucha gente me brindaron mucho y vivimos cosas muy lindas. Pirruco, el Chino, Miguel Leiva, Chuchi Miño, Zarco Salinas, Franco Pécora. Seguramente me olvido de varios, pero estoy muy agradecido. Me encantaría poder terminar mi carrera ahí.
– Excluyendo Argentina, son siete los países en los cuales jugaste y viviste, ¿Cuál de todos elegirías volver a habitar de tener la chance?
– Cada país tiene sus cosas, de hecho por ejemplo, Santa Cruz de la Sierra en Bolivia me pareció un lugar increíble. Perú lo mismo o Asunción en Paraguay. Pero yo elijo siempre San Nicolás. Me quiero quedar acá, en mi ciudad.
A un toque
Un Ídolo: Maradona
Un referente en tu puesto: Martín Palermo
Un referente de otro deporte: Rafael Nadal
Un socio dentro de la cancha: Pablo Salinas, un boliviano que jugó en la selección. Hicimos como 50 goles juntos.
Un maestro: Mi viejo
El lugar mas lindo que te tocó jugar: La Bombonera, entré un ratito, pero jugué.
Un amigo: Tengo varios, incluidos los de la infancia, pero también elijo a mi papá.
Un compañero: Imposible uno. Daniel Almiron, El Piojo, Germán Contartese, Matías Rossi, Gastón Cordero, Luciano Porciel, entre varios más.
Un lugar de San Nicolás: Mi barrio de toda la vida, barrio Yaguarón.