25.09.2023
La historia de la Virgen del Rosario de San Nicolás es un relato fascinante que ha dejado una huella profunda en la ciudad donde tuvo lugar este evento milagroso. En 1983, una vecina de San Nicolás, Argentina, llamada Gladys Herminia Quiroga de Motta, comenzó a tener visiones de la Virgen María en su hogar. Estas apariciones se repitieron durante varios años y atrajeron la atención de millones de fieles. Hoy se cumplen 40 años desde la primer aparición.
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La historia de esta devoción se remonta al año 1884, cuando se inauguró el actual templo parroquial de San Nicolás de Bari en esa localidad del norte bonaerense. Para la ocasión, se donó una hermosa imagen de la Virgen del Rosario, bendecida por el Papa León XIII en Roma. En 1983, el 27 de noviembre, día de la Medalla Milagrosa y primer día de la Novena a San Nicolás, el Padre Pérez, confesor de Gladys y párroco de la catedral nicoleña, hizo un descubrimiento asombroso. La imagen de Nuestra Señora del Rosario, que durante mucho tiempo estuvo en la catedral y ahora yacía en un depósito en el campanario, coincidía sorprendentemente con la descripción que Gladys había proporcionado de la Virgen. En un emocionante momento, la Virgen se manifestó frente a la imagen y le comunicó a Gladys: “Me tienen olvidada, pero he resurgido. Ponedme allí, porque me ves tal cual soy”. La restauración inicial de la imagen fue realizada por la Sra. Alicia Cowan.
San Nicolás de la fe
La Virgen del Rosario se le apareció a Gladys con mensajes de paz, amor y reconciliación. Pronto, las noticias sobre estas apariciones se difundieron rápidamente y miles de personas acudieron a San Nicolás en busca de fe y esperanza. La pequeña ciudad se convirtió en un centro de peregrinación, con miles de visitantes llegando cada año para rezar y pedir por intercesión ante la Virgen.
El impacto de la Virgen del Rosario en San Nicolás fue significativo en varios aspectos. En primer lugar, el turismo religioso floreció, generando un impulso económico para la ciudad. Hoteles, restaurantes y tiendas locales se beneficiaron del flujo constante de peregrinos que buscaban alojamiento y recuerdos religiosos.
Además, la presencia continua de la Virgen del Rosario inspiró un sentido renovado de fe y devoción entre los habitantes locales. Las misas y procesiones se convirtieron en eventos destacados en el calendario religioso de la ciudad, reuniendo a la comunidad en torno a su fe compartida.
El mensaje de paz y reconciliación transmitido por la Virgen también tuvo un impacto duradero en la ciudad. San Nicolás experimentó un aumento en la solidaridad y la cooperación entre sus habitantes, quienes se esforzaron por vivir de acuerdo con los valores promovidos por la Virgen.
Hoy en día, la Virgen del Rosario de San Nicolás sigue siendo un símbolo de esperanza y consuelo para muchas personas. Aunque las apariciones cesaron en 1990, su legado perdura a través de la devoción continua de los fieles y las numerosas historias de milagros atribuidos a su intercesión.
En resumen, la historia de la Virgen del Rosario de San Nicolás destaca el poder de la fe y cómo puede unir a una comunidad. Su impacto en la ciudad fue evidente tanto a nivel económico como espiritual, dejando una marca indeleble en el corazón de aquellos que creen en su mensaje de amor y reconciliación.