Tijeras solidarias.
Andrea Righi es peluquera y en su cuenta de Facebook subió el siguiente posteo acompañado de la foto de su peluquería: Este lunes de 14 hs a 20 hs. Peluquería Andrea Righi. Voy a cortar el pelo a niños de bajos recursos o en situación de calle, ya que todo está tan difícil, ponemos un granito de arena para los que más lo necesitan. Por favor compartir. Gracias. Italia 34 bis.
“Tengo muchos clientes mujeres que tiene comedores y no son subvencionadas por el Estado ni nada, la reman a pulmón. Conozco la realidad de algunos barrios y esa realidad me parte el alma, sé que no le puedo solucionar la vida a nadie ni mucho menos, pero si dar un gesto de gratitud y de apoyo a esas carencias”.
A los 16 años comenzó a trabajar en la profesión de peluquera. En una peluquería de cabaleros dios sus primeros pasos, en la de Juan Ignacio Giménez, la cual estuvo muchos años en calle Bolívar antes de llegar a calle De La Nación. A los 20 años abre su propio negocio en calle Italia: Andrea Righi only for men. Fue la primera peluquera de San Nicolás que abrió una peluquería solo para caballeros. Después de 5 años de trabajar en su negocio propio, decide irse a vivir a Milán, Italia en el año 1996. Pero extrañó mucho a su país. Igualmente asegura haber aprendido muchas cosas nuevas, entre ellas se especializó en peluquería femenina. Al año siguiente ya en Argentina, abre otra vez su negocio propio pero esta vez incluye también cortes femeninos. Hace 21 años entonces que se instaló en calle Italia 34 bis, allí cortará el pelo a niños y niñas en situación de calle o vulnerabilidad por el comienzo de clases.
“Esta movida para los chicos es una suerte de retribución de todo lo que dios me da a mí, esa bendición de mucho trabajo que siempre tengo. Es una forma de devolver y dar entonces a los chicos que necesitan un corte de cabello, que lo necesitan. Sé que nuestro país está pasando por una situación difícil, así como me cuesta a mí muchas cosas, hay gente que la pasa muy mal, mucho peor. Es un granito de arena, no será mucho pero bueno, es lo que puedo dar y es parte de mi esfuerzo”.
El gesto de Andrea es llamado por ella misma “un grano de arena”. Tal vez no sea más que eso en el plano empírico de la acción, donde su voluntad política como ciudadana, no logra tener un amplio impacto, porque sólo tiene como herramienta un par de tijeras. Pero sin embargo no cae en análisis críticos y su ejemplo propone una dialéctica que busca una salida hacia adelante, se mueve, no es inmóvil. Entonces el gesto de la voluntad es la fuerza que deberíamos tener en cuenta y poder trasladarla a la voluntad propia, a la ajena e incluso a la voluntad de los dirigentes políticos.