Agustina Imvinkelried asesinada en Esperanza, Santa fe
15.01.2019 Con ocho femicidios en lo que va del año, nuestro país requiere una urgente declaración de una situación de emergencia y la implementación de políticas públicas que reviertan una realidad que duele a diario. Ser mujer es un oficio peligroso, y no solo de femicidios hablamos, sino de abusos, violencia y violaciones.
Los nombres
Agustina tiene diecisiete años, salió a bailar con las amigas. Está volviendo a su casa. No va a llegar. Celeste tiene 25 años, está discutiendo con su marido, policía igual que ella. El saca su pistola y le dispara (y se dispara). Joselin tiene 10 años y está en su casa. Treinta y dos puñaladas le arrancan para siempre todos sus sueños. Gisel tiene 33 años, está esperando el colectivo, su ex pareja aparece de golpe y con cinco tiros la arranca de la vida. Daiana tiene 24 años, avisa que ya está llegando. Pero nunca lo hace, su cuerpo queda en un descampado. Valeria tiene 32 años, el mismo hombre que le dio la vida se la saca de un escopetazo. A Liliana, de 64 años, la que la mata es su hijo, prendiéndola fuego. Susana tiene 77 años, la atacan en un ascensor y la arrastran simulando un robo, su marido, en un avanzado Alzeihmer, no aporta datos.
No son números, no son estadísticas. Son mujeres de carne y hueso que ya no pueden contarla. El año solo tiene una quincena en su haber y ocho femicidios en la cuenta. A estos datos hay que sumarles cada una de las situaciones de violencia a las que son sometidas a diario mujeres en todo el país, solo por el hecho de ser mujeres. Situaciones de acoso, violencia, abusos y violaciones rellenan las crónicas policiales (a pesar de ser la gran minoría de los hechos los efectivamente denunciados).
Las cifras
El Registro Nacional de Femicidios, elaborado por el Observatorio de las Violencias de Género “Ahora que si nos ven”, realizó una infografía –disponible en la web- que abarca delitos caratulados como femicidios desde el 1° de enero al 16 de noviembre de 2018. Durante este período hubo 260 casos en el territorio nacional. El 41% de las víctimas tenía entre 21 y 40 años.Los asesinos, en su mayoría, son parte del círculo íntimo de la víctima, llegando a un 44% de parejas actuales y 17% de ex parejas. De las 60 víctimas entre 15 y 25 años el 27% ya había denunciado al agresor y el 18% tenía una medida judicial activa.A pesar de este estado de situación, y de la creciente visibilización de esta situación por parte de organizaciones y colectivos de mujeres, el Estado demora la declaración de un estado de emergencia. En cambio, durante 2018 el Poder Ejecutivo redujo $14 millones a la formulación de implementación de políticas públicas de la mujer. Por su parte, el Presupuesto 2019 solo destina un 0,11% de fondos hacia las mujeres, lo que implica un vaciamiento de programas de salud y redes de contención a víctimas de violencia de género.
Consignas como #niunamenos o #miracomonosponemos a diario son acusadas de ser modas pasajeras, más al revisar rápidamente las cifras se puede observar una situación cada día más compleja, donde los crímenes de género inundan las calles, cortando la vida de cientos de mujeres cada año. Las acciones son urgentes y el Estado es responsable de implementarlas.
