23.08.2021 Regina, no sabe con mucha claridad cuándo nació en ella, “el amor por el teatro”, pero si sabe que fue adelante con esta inspiración, e hizo realidad su deseo. Recuerda que desde muy chica, casi como jugando, se inclinó por este arte.
Siempre en los juegos se iba vislumbrando su vocación, luego en la escuela se acentuó su deseo de expresarse mediante la actuación, improvisaba personaje como “el de profesora “, y ya sin improvisar hacía música, “siempre fui intuitiva y me manejaba con los recursos que tenía”.
A los 17 años, fue estudiar abogacía en la ciudad de Rosario, pero aunque le iba muy bien en sus estudios universitarios, siempre afloraba en ella sus deseos de tener experiencia sobre teatro. Sus padre pretendían que no se apartará de sus estudios en la facultad, motivo por el cual sin decirles nada, se anotó en el Instituto Provincial de Arte, donde tenía clases todos los días, “recuerdo que un profesor nos decía que aprendiéramos a observar, cuando íbamos a un bar, o a una repartición pública, que aprendiéramos a observar el lenguaje corporal de las personas, era algo que yo lo venía haciendo desde hace tiempo porqué me encantaba observar las personas que estaban cerca de mí, y con eso inventarme una historia y quedaba volando en mi mundo”.
Finalmente terminó su carrera y decidió volver a San Nicolás, dónde debió insertarse nuevamente en el ritmo de la sociedad, dónde poco o nada conocía de la vida artística y menos de la gente que hacía teatro, motivo por el cual comenzó a asistir diferente talleres , para finalmente ingresar en la Escuela Municipal de Teatro Vicente Díaz, donde luego de tres años de estudios, se recibió.
Ya con su título en mano, comenzó a trabajar, en el grupo En Escena, para posteriormente pasar a formar parte del Teatro Estable, “lo que me enriqueció mucho”.
Así Regina, se fue formando en ésta profesión adquiriendo experiencia y llegando a más público , “con Victoria Ninona, decidimos montar una obra e hicimos, “Querida espero que te mueras”, con la dirección de Jorge de La Rosa, y tuvimos una excelente repuesta del público. Luego me llamaron para hacer un reemplazo en “La casa de Bernarda Alba”, todo un desafío hacerlo, pero fue una experiencia maravillosa. Recibí muchas críticas a favor y en contra, pero salí muy enriquecida”.
Más tarde vino el paso de su experiencia por el mundo del cine, dónde asegura que tuvo momento interesantes y que lo disfrutó mucho, aunque considera que, “Son lenguajes diferentes y es otra dinámica de trabajo”.
En tanto, respecto del movimiento teatral a nivel local, considera que no hay demasiados lugares para la actividad de los grupos independientes, “San Nicolás es muy chato, es necesario más de un lugar y no hay muchas opciones, desde el Municipio no hay mucho apoyo a la actividad, además se han cerrado muchos talleres, era importante para tanta gente que le interesa el arte, tener un lugar dónde realizarse en lo que le gusta, si hay apoyo desde la Provincia. San Nicolás, es un lugar de mucha gente, podría ser como lo es Pergamino, San Pedro, con montones de lugares. En cuanto al Teatro y el Auditorio, ya sabemos las pocas posibilidades que hay, no son muy abiertas”.
Mientras, hablamos del público nicoleño, al que considera nada fácil, “siempre es la misma gente la que concurre, quisiera que a los artistas locales se les dé el mismo apoyo, que a los artistas que vienen de otros lugares”.
En cuanto a deseos para su futuro dijo, “Ojala haya más espacios independientes o yo misma tener un espacio propio, y poder recibir a todos los amigos que quieran hacer teatro”.