28.02.2019 “Abrazos de pulpitos” es una Asociación Civil que nuclea tejedores voluntarios y solidarios en todo el país. En sus inicios fue solo la idea de un padre dinamarqués para compañía de su hija nacida prematura y asistida en incubadora. Con el tiempo la ciencia comprobó que producía efectos positivos de recuperación en los bebés, ya que los tentáculos le recordarían el cordón umbilical de que los une a su madre dentro del útero. Desde el mes de abril de 2017 un grupo de tejedoras voluntarias se mueven invisibles por la ciudad y el Hospital San Felipe, ofreciendo su amor anónimo hecho tentáculos.
Efectos positivos sobre los bebés prematuros.
La idea original surgió en el año 20013 en Dinamarca. Un padre le pidió a una tejedora que le teja un pulpito al crochet y se lo llevó a su bebé que estaba internado. La idea consistía que le haga de compañía fuera del útero, y que la estadía en la incubadora sea más llevadera. Más tarde un grupo de médicos constatarían que aquel pupito al crochet cumplió otra función que supera a la mera compañía.
La vida ultra uterina del bebé se da con la madre a través del cordón umbilical, se alimenta, juega, se comunica por medio de ese cordón. Si bien fuera del útero el recién nacido pone en funcionamiento otros sentidos, los tentáculos del pulpito tejido al crochet, disimulan el cordón umbilical, lo que provoca en el niño la sensación de estar aún unido al cordón de su madre, ya dentro de la incubadora. Un estudio realizado por un grupo de médicos europeos, comprobó que los bebés prematuros que son acompañados por los pulpitos dentro de sus incubadoras, tienen una recuperación menos estresante: les reduce el estrés, les regula el ritmo cardíaco respiratorio, se usan menos drogas para tranquilizarlos, también evita que el recién nacido se arranque las zondas porque se encuentra entretenido en contacto con los tentáculos de pulpito tejido. A medida que se fue comprobando el efecto positivo de los pulpitos en la salud de los prematuros, el fenómeno se extendió a otros países.
En Argentina.
El movimiento llamado a nivel mundial Octopus for a Preemie, que se traduce como “Un pulpo para un prematuro”, llegó a nuestro país en el mes de febrero del año 2017. En Argentina esta ola de pulpos tejidos al crochet, se llama “Abrazos de pulpitos”. Esta Asociación Civil está presente en todas las provincias de país. El Hospital Pena fue el primero en unirse a la propuesta de intervenir en incubadoras con pulpos tejidos. El equipo de médicos del Hospital dio algunas modificaciones para el patrón con el que se tejen los pulpitos, que si bien fue aprobado por el grupo inicial de Dinamarca, en nuestro país adaptó otras reformas: empieza arriba y termina en el último punto, no tiene ningún tipo de costura. Después de tejidos los pulpos, vuelven al grupo de médicos que lo aprueba, entonces se lava y se entrega el pulpito tejido a Neonatología.
Abrazos de pulpitos en San Nicolás.
Vanesa Ávalos conoce la historia original del padre dinamarqués que pide a una tejedora un pulpo para acompañar a su hija recién nacida en estado prematuro, rastrea información, investiga. Lee que un grupo de médicos aseguran, que los pulpitos son más que una simple compañía, y que en cambio sus tentáculos mejoran las condiciones de recuperación de un bebe prematuro. Se pone en contacto con la Asociación Civil y el grupo de voluntarias en Dinamarca, le dicen que en Argentina ya existen un grupo de voluntarias y le pasan el mail de las responsables del movimiento en Bs As. Vanesa envió su correo electrónico con la esperanza de poner a funcionar “Abrazos de pulpitos” en San Nicolás. Tras encuentros, intercambio de información y tratativas, en el mes de Abril del año 2017 el grupo empezó a trabajar en San Nicolás. En el mes de junio las tejedoras voluntarias de San Nicolás hacían la primer entrega de pulpitos a Neonatología del Hospital San Felipe, después de varias reuniones con el director del hospital y la directora de Neonatología.
-A pesar de estar enmarcados dentro de una Asociación Civil seguimos siendo un grupo de tejedores voluntarios, solidarios y auto-sustentados y por supuesto sin fines de lucro. No tenemos patrocinio, todo lo que se produce es a partir de la donación voluntaria, tanto de la tejedora que da su tiempo como el que dona el material: hilo, bolsitas de entrega, vellón, agujas y demás. En San Nicolás en un momento llegamos a hacer 10 tejedoras, 4 tejemos todo el año. Estamos presentes en la Neonatología del Hospital San Felipe. Hablamos con el director del hospital y la doctora encargada de la Neonatología y nos autorizaron a que llevemos el proyecto adelante. La primera entrega la realizamos en el mes de junio del año 2017 y continuamos hasta hoy-.
El pulpo tiene que estar elaborado a partir de la matriz aprobada en Dinamarca con las reformas hechas por el equipo de médicos de la Neonatología del Hospital Pena. Se usa sólo hilo peruano a macramé, es fundamental ya que el hilo peruano es 100% hilo de algodón pero pasa por un proceso mercerizado que le cambia el PH al algodón y hace que sea hipo-alergénico. El relleno es sólo vellón siliconado, lo que evita que se alojen bacterias dentro. Después de elaborados se colocan los pulpitos dentro de bolsas con cierres herméticos.
-Por ahí se nos hace cuesta arriba que seamos poquitas, también sustentarnos, conseguir el hilo peruano en San Nicolás es otra dificultad que debemos sortear, lo compramos en Rosario o en Córdoba-
En la voz de Vanesa Ávalos las tejedoras voluntarias de San Nicolás quieren no pasar por alto y remarcar que los pulpitos no se venden. Piden a los padres de los niños prematuros que quieran acceder a un pulpito se comuniquen con ellas a través de la página de Facebook –Abrazos de Pulpitos San Nicolás Argentina-. Destacan que no se trata de una cuestión de exclusividad sino de normas de seguridad, ya que como se apuntó anteriormente, la elaboración previa de los pulpitos, deben cumplir normas de seguridad para los bebés que son acompañados por los pulpitos en sus incubadoras.
