29/03/2022 El precio del combustible diésel se disparó a nivel global y el Gobierno no quiere que la suba llegue a los surtidores. Sin embargo, como el 30% del consumo del país es importado, el desacople de precios sólo genera escasez
La disparada de los precios internacionales del combustible golpea particularmente al mercado local del gasoil, vital para el transporte y la actividad agropecuaria, ya que el 30% de lo que se consume en el país es importado y eso vuelve imposible al Gobierno “desacoplar” los precios locales del contexto global. A pocos días de que inicie la parte más intensa de la cosecha gruesa, las estaciones de servicio ponen cupos, los mayoristas se niegan a vender sin reposición y el campo teme una pesadilla logística justo en el momento en que más divisas entran al país cada año.
Las petroleras tienen pocos incentivos para importar lo necesario dado que el precio local se mantiene bien por debajo de lo que cuesta traerlo del exterior. Y esto a pesar de que se autorizó un aumento mayor a mayoristas que a estaciones de servicio. Sin precios, los camiones no llegan y los estacioneros sólo venden cuando pueden recomprar.
La tarea del contratista entonces pasó a concentrarse ya no en la siembra, fumigación o cosecha, sino en procurar formas de conseguir el combustible necesario para poder atender al campo en el momento más importante del año.
Tener con qué impulsar las máquinas y, más tarde, llevar al puerto la producción pasó a ser la preocupación principal en estos días.
El problema llevó a que los que pudieran se movieran rápido. En la medida en que los vendedores mayoristas -que es donde suelen cargar los productores, contratistas y transportistas- alertaran a sus clientes más fieles.
Además de contratistas, los otros afectados a esta altura por el desabastecimiento de gasoil son los transportistas. Como el modelo reinante hoy es el de la tercerización de los trabajos en manos de contratistas, al productor todavía no le llega el problema. Pero si se genera un cuello de botella, varios van a sufrir demoras para cosechar y para sacar la producción del campo.