29/08/2022 Eran cuatro hombres de la localidad bonaerense de Merlo que los ofrecían en zona sur y en zona oeste. Se los encontró con 45 de los animalitos y ya otros 15 que habían muerto, por haberlos rociado con agua oxigenada para que una parte del plumaje quede amarilla.
Este domingo detuvieron en zona oeste y en zona sur a cuatro hombres que vendían loros silvestres, cuya comercialización está prohibida por ser una especia protegida. Además, habían rociado a los animalitos con agua oxigenada para desteñirlos y que parezcan cotorras. Varios de ellos habían muerto por esa maniobra y otros pueden perder la vida en las próximas horas, según detalló el Jefe de la Sección Ecológica de la Policía Comunitaria Daniel Ojeda Medina. Los detenidos son de Merlo, provincia de Buenos Aires.
El total, se incautaron 45 loros vivos, más otros 15 que ya habían fallecido por las pésimas condiciones de cuidado: les habían tirado agua oxigenada suficiente para sacarles el color verde y que al lucir en color amarillo en sus panzas, los loros pudieran pasar por cotorritas.
Medina explicó: “Las personas que se dedican a comercializar estas aves las rocían con agua oxigenada para que cambie el color del plumaje. En realidad, son loros verdes y los decoloran hasta que logran el amarillo. La gente las compra y las aves se les mueren enseguida”.
Uno de los operativos -en total fueron dos- se dio en Colón al 3500. Efectivos de la Policía de Acción Táctica (PAT) circulaban por la zona de Necochea y pasaje Villar cuando recibieron el llamado de un vecino, que había visto a dos hombres “con cajas de cartón llenas de cotorras”.
La acusación a los detenidos es por infringir la ley nacional 14.346 de maltrato animal y la ley provincial 4830 de caza y comercialización de aves autóctonas. Los loros fueron derivados a la Policía Ecológica para recibir luego atención veterinaria.
En zona oeste se dio con las otras dos personas, que ofrecían los loros silvestres en Pellegrini casi Perú. En este caso, iban casa por casa. Al igual que los otros imputados, también estaban domiciliados en Merlo, provincia de Buenos Aires. Ahora los hombres quedaron a disposición del fiscal José Luis Caterina.