En la actualidad, los afiliados al PAMI se conforman por un 90% de los jubilados, es decir, 4.8 millones de personas. Esta entidad está presentando muchas deficiencias de infraestructura y servicios, enfrentándose a falta de insumos, prótesis, sillas de rueda (si! Nos mostraron un galpón lleno de sillas de ruedas de la gestión anterior, pero nadie sabe hoy adonde están…), audífonos, etc…
En medio de todo este déficit, resulta una epopeya cualquier tipo de trámite, muchos de estos se deben realizar mediante internet, dificultando a los adultos mayores a realizarlos, dada la escasa familiarización de estos con la tecnología, cualquier estudio, desde una derivación hasta un estudio de alta complejidad demanda la firma del médico de cabecera, y en muchos casos, estos dan turnos a 20 días o más, siendo que muchas veces se necesita la atención urgente de diversos temas de salud. Este entorpecimiento logra desazón en nuestros abuelos, quienes se deben enfrentar, luego de una vida de sacrificio, a tropel de dimes y diretes interminables para realizar cualquier gestión. Hoy es muy difícil que un afiliado a PAMI llegue a tratar con un especialista, dado que siempre se prioriza la atención a las prepagas, cuya prima seguramente es superior a la que paga PAMI…
Hace un tiempo ha sido noticia que se redujo la cobertura 100% para la mayoría de medicamentos, lo cual impacta directamente en un jubilado, que quizás percibiendo la mínima, que no es de 9000 y pico, como dijo alguien en TV, tienen que destinar gran parte de su ingreso en medicamentos para subsistir, y no queda otra que recurrir a los familiares para llegar a fin de mes, una situación muy poco digna para cualquier persona.
Hoy está en vilo el tratado que están llevando a cabo con los laboratorios, quienes quieren aumentar las tarifas. Este hecho afecta directamente a los afiliados, porque se traduce en que más medicamentos quedaran fuera de cobertura, y otros tantos aumentaran de precio, una vez más pegando de lleno en el bolsillo.
Anteriormente las cirugías de cataratas resultaban gratuitas, al parecer ya no, se pone de excusa el cupo, el grado de pérdida de visión, y un sinfín de motivos para no hacerlas accesibles, y a eso sumado el destrato de la UDAI local, que depende directamente de Junín, siendo que San Nicolás es uno de los municipios más importantes de la provincia.
Lamentablemente a los activos parecería no interesarnos, excepto que nos afecte directamente al tener algún familiar tocado por esta desidia.