Los premios Oscar representan ante todo una referencia. Más allá de los intereses que maneja la Academia a la hora de nominar y premiar, y asimismo de los avatares comerciales que involucren en su esencia, sin dudas implican un punto de partida para establecer parámetros y estándares cinematográficos, tanto para la crítica especializada, como para la industria misma, como así también para el público en general. Y esto puede aseverarse así se le brinde un especial interés a los Oscar, por el contrario se aborrezca todo lo que Hollywood representa, o hasta quizá se pueda permanecer ajeno al fenómeno de la más famosa entrega de premios que existe en el arte mundial. Es decir, más allá de subjetividades, no caben dudas que los Oscar hacen ruido y marcan tendencia.
En una lista de nominaciones inmersas en polémicas (como siempre), en perfiles de selección que este año parecen haber hecho hincapié más que nunca en contemplar todas las diversidades posibles (nacionalidades, temáticas, géneros, etc.), el motivo de esta columna es simplemente ofrecer una rápida y somera visión de las ocho películas nominadas a mejor film del año. Sin pretensiones de pronosticar (todo parece indicar que “Nomadland” será la más premiada), y con el único objeto de mostrar el punto de vista de un mero espectador, alejado conceptualmente de la crítica tanto en intención, como en elección.
El Padre (Florian Zeller)
Una película intimista al extremo, con casi una única locación (un piso de Londres), pero con la mejor dotación que un drama puede ofrecer: un tremendo actor (Anthony Hopkins), en una actuación descomunal, acompañado por un elenco también sólido en el que sobresale sin dudas una enorme Olivia Colman. El drama de una persona y su núcleo familiar ante la presencia de una enfermedad neurodegenerativa, visto quizá por primera vez desde el punto de vista del enfermo. Es por ello que no resulta una película cómoda para ver, ni mucho menos para buscarle una lógica al guión: la lógica reside precisamente en que no la tiene. Y lo que perciba el espectador, será lo que parece percibir el atribulado personaje principal. Si es por la historia en sí, quizá no estemos ante un clásico del cine, pero sin dudas que cualquier historia, por simple que sea, puede crecer como película de la mano de actuaciones como las nombradas. La perfomance de Anthony Hopkins es para pasar en las escuelas de actuación. Eriza la piel.
Mank (David Fincher)
El proceso de gestación del guión más importante de la historia del cine (El Ciudadano Kane), es el hilo conductor de esta película que parece haberse esmerado más en la forma que en el contenido. Presentada estéticamente como una película de los años cuarenta (década marcada por el clásico de Orson Welles), la trama se hace lenta, cansina, por momentos tediosa. Tan sólo levanta un poco el ritmo en el segmento final, especialmente en aquella discusión de Herman J. Mankiewicz con Orson Welles que signó una de las tantas polémicas que agigantaron la leyenda de “El Ciudadano”: ¿de quién fue el aporte principal en la elaboración del guión? Pero así como Anthony Hopkins agranda los méritos de por sí enormes en “El Padre”, hay que decir que Gary Oldman le sube el precio a esta dispar película de la que se esperaba mucho más, y en la que también se luce Amanda Seyfried como la actriz Marion Davies, amante de William Randolph Hearts, el magnate de los medios inmortalizado en el cine como Charles Forster Kane.
El juicio de los 7 de Chicago (Aaron Sorkin)
Una típica película de juicio, con la escenificación de algunos vericuetos legales que son indispensables para entender su trama, pero que también pueden llegar a obstaculizar su ágil visionado, confundiendo a algún espectador poco concentrado. Aunque a decir verdad, su parte más atractiva resultan los flashbacks, esos fragmentos en los que el desarrollo del guión va poniendo en claro los hechos que llevaron a ese juicio. Específicamente una protesta antibelicista realizada en el marco del rechazo a la Guerra de Vietnam, que tuvo lugar en la ciudad de Chicago, en 1968, y que unió a los referentes de varios de los movimientos antibelicistas de entonces. Con una sólida actuación de sus protagonistas principales (en especial Eddie Redmayne y Frank Langella, como el juez), pero sobresaliendo sin lugar a dudas la labor actoral de Sacha Baron Cohen, este Borat que ya desde su protagónico en “El espía” viene demostrando que además de hacer reír, sabe impactar en papeles dramáticos.
Judas y el Mesías Negro (Shaka King)
La traición en el interior de los Panteras Negras como eje argumental de esta película que está vinculada de alguna manera a “El juicio de los 7 de Chicago”. Uno de sus dos personajes principales, Fred Hampton, el joven líder de la sección Illinois del partido Pantera Negra, aparece como personaje más que secundario sentado en la primera fila del público asistente al Juicio de los 7, “dándole letra” legal y procesal a Bobby Seale, uno de los acusados a quien luego sacarían del proceso. “Judas y el Mesías Negro” narra con ritmo y crudeza las historias paralelas y cruzadas del mencionado Hampton y de William O’Neal, el traidor, el topo, el infiltrado. Cierta polémica ha despertado el hecho que sus dos actores principales (Daniel Kaluuya y Lakeith Stanfield) hayan sido nominados como mejores actores de reparto, cuando es indiscutible que ambos protagonizan (y ambos hacen sus méritos para la nominación principal).
Minari (Lee Isaac Chung)
Minimalista, simple y bello relato semi autobiográfico del cineasta norteamericano descendiente de coreanos. Cuenta la historia de una familia de inmigrantes de Corea del Sur que se muda a un pueblo rural de Arkansas, con el afán de construir su propio “sueño americano”, durante el período de Ronald Reagan al frente del gobierno. Excelente actuación de Steven Yeun como el padre de la familia, bien secundado por Han Ye-ri como su esposa, destacándose la labor del niño Alan Kim, en una de las actuaciones infantiles más convincentes de las que se tengan memoria. Pero el filme se potencia aun más con la aparición, en primer lugar, de la abuela (Youn Yuh-jung), perfilando un personaje entrañable: malhablada y pícara, pero llena de simpatía e histrionismo. Y en segundo lugar, de Will Patton como el extravagante Paul. El minari es una hierba asiática que se caracteriza por crecer en cualquier parte, independientemente de las condiciones geográficas y climáticas que la rodeen. Una clara y bien labrada parábola de la capacidad de los inmigrantes por asemejarse a aquellos lugares donde emigran, aun rodeados de la más variada hostilidad.
Una joven prometedora (Emerald Fennell)
Más que interesante, impactante película que por momentos parece ir intercalando géneros, estilos e influencias. Planteada como comedia negra, deambula a ratos por el más puro pochoclo hollywoodense (ejemplo: la escena en la farmacia, cuando la protagonista y su novio se envuelven en una especie de videoclip al ritmo de Paris Hilton), pero también se despacha oportunamente con pasajes del más puro sesgo “tarantinesco”. Sólida actuación de Carrey Mulligan, encarnando a Cassandra, una joven marcada por un episodio de violación vivido por su mejor amiga, que emprende una cruzada feminista en busca de venganza. Sus víctimas preferidas serán entonces aquellos hombres que han sabido aprovecharse de jóvenes mujeres en estado de ebriedad. El tema central que sobrevuela toda la historia es la injusta protección social de la que gozan los hombres en casos como los descriptos. Se destacan de manera especial la banda sonora (con clásicos del pop como “Angel of the Morning” por Juice Newton), y la estética del film (también llamado “Hermosa Venganza”) dominada por planos de una simetría que aplaudirían Stanley Kubrick y Wes Anderson.
El sonido del metal (Darius Marder)
Un joven baterista y su novia, una cantante francesa, integran un dúo de heavy metal y deambulan en un motorhome por pueblos y ciudades de los Estados Unidos. Pero una repentina sordera complica los sueños de Ruben, que de a poco comienza a perder su audición. Ese hecho, más algunos que vienen desde Francia, harán que se bifurquen los caminos de la pareja. Lou regresará con su padre a París, mientras que Ruben irá a dar, al principio a regañadientes, con una comunidad dedicada a la aceptación, reeducación e inclusión de las personas hipoacúsicas. Extraordinaria labor de Riz Ahmed en el rol principal, bien secundado por Olivia Cooke como Lou, y la notable participación de Paul Raci como Joe. Una típica película de cine independiente, con sus tiempos, sus planos y sus silencios. Silencios que esta vez están más que justificados, tratándose del tema que se trata. A propósito, si hay un Oscar que nos animamos a arriesgar es el que deberá premiar a esta película en el rubro Mejor Sonido: una obra de arte mezclando lo real con lo percibido por el protagonista, en un ir y venir de enfoques auditivos, manejados con maestría.
Nomadland (Chloé Zhao)
Para la mayoría de los críticos y especialistas, la gran candidata. Según se ha dicho “un western existencial”. La historia de Fern, una mujer viuda que pierde todo en la crisis de 2008, y que se ve obligada a emigrar en busca de un continente móvil: el mundo de los “sin casa” que eligen deambular por el paisaje norteamericano a bordo de motorhomes, casillas rodantes y utilitarios adaptados. Aunque en una escena la propia Fern (inmensa Frances McDormand), lo deja en claro ante la pregunta de una joven: “Yo no soy una homeless, sino una houseless” (yo no carezco de una casa, carezco de un hogar). Profunda road movie que muestra la vida de estos desclasados, utilizando para ello un casting que a excepción de los principales roles, emplea a varios de esos desclasados reales. Exquisita fotografía, sobria y puntual banda de sonido, actuaciones realistas y naturales, son algunos de los muchos méritos de esta película a la que según parece, aguardan varios Oscar.
Al ritmo de la pandemia
La 93º entrega de los Oscar tendrá lugar el domingo 25 de abril, con epicentro en el Dolby Theatre de Los Ángeles, pero con muchos otros lugares como locaciones para evitar la aglomeración de personas. Los ocho filmes nominados a Mejor Película pueden verse: algunos en su versión streaming (en Netflix están disponibles “El juicio de los 7 de Chicago” y “Mank”, como así también “El sonido del metal” en Amazon), otros están prontos a estrenarse en cines habilitados, y otros pondrán a prueba las habilidades “piratas” de los esmerados internautas.
Compartimos un enlace con todas las nominaciones.