“Los efectos nocivos de esta pandemia serán más perjudiciales para los niños de los países más pobres y de los barrios más pobres, así como para los que ya están en situación de desventaja o vulnerabilidad”, dijo Guterres al presentar un informe con orientaciones referidas al impacto del Covid-19 sobre los niños.
Según ese informe, que comenta la agencia DPA, la situación de crisis por la pandemia constituye una triple amenaza para ellos: la infección causada por el propio virus, los “inmediatos” impactos socioeconómicos que causan las medidas de contención y los potenciales efectos a largo plazo de la demora de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
El secretario general de la ONU insistió en que el coronavirus es “potencialmente” devastador para los niños, porque las repercusiones de la pandemia “corren el riesgo de desbaratar los progresos mundiales en varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en favor de los niños”.
Las consecuencias que estas tres vías de amenaza tendrán sobre los menores son, en primer lugar, que los llevará a la pobreza.
Según los datos que maneja Naciones Unidas, entre 42 y 66 millones de niños podrían caer en la pobreza extrema como resultado de la crisis, una cifra que se suma a los 386 millones que ya se encontraban en tal situación en 2019.
Además, la crisis impedirá su aprendizaje. Según el secretario general de la ONU, los cierres de las escuelas a nivel nacional impuestos en 188 países afectan a más de 1.500 millones de niños y jóvenes.
Aunque las pérdidas de aprendizaje son difíciles de evaluar, ya se sabe que dos tercios de los países han introducido una plataforma nacional de enseñanza a distancia, pero en los países de bajos ingresos la participación en el mismo es sólo del 30 por ciento.
Por otra parte, la pandemia afectará a los niños amenazando su supervivencia y salud. A juicio de Naciones Unidas, las dificultades económicas que sufren las familias como consecuencia de la recesión económica mundial podrían dar lugar a cientos de miles de muertes adicionales de niños en 2020, una situación que revertiría en un sólo año los progresos alcanzados recientemente con la reducción de la mortalidad infantil.
También puede poner en riesgo su alimentación. Casi 369 millones de niños en 143 países, que normalmente dependen de las comidas escolares como fuente fiable de nutrición diaria, deben buscar ahora otras alternativas alimentarias.
Por último, se prevé una afectación que implique un riesgo en la seguridad de los menores. Los cierres y las medidas de confinamiento implican un mayor peligro de que los niños presencien o sean víctimas de violencia y abusos, recordó Guterres.
De hecho, se estima que alrededor del 60 por ciento de todos los menores del mundo viven en países donde se han tomado medidas de aislamiento.
El documento de la ONU, no obstante, señala tres acciones que pueden evitar el desenlace propuesto, que incluyen recabar más información “sobre la magnitud y naturaleza” del impacto del Covid-19 entre los niños; ejercer “más solidaridad”; e incrementar la acción.
“Basándose en las mejores prácticas, los gobiernos deben adaptar las medidas para reflejar el contexto local, y acompañarse de medidas adicionales que garanticen el bienestar de los niños tanto durante la pandemia como en su finalización”, señala el texto.
ONU propone una serie de medidas urgentes para los gobiernos de todo el mundo, entre las que destacan desplegar o ampliar la asistencia social a las familias, garantizar las cadenas de suministro de alimentos y los mercados locales y priorizar la continuidad de los servicios centrados en los niños, como la escolarización.
Además, el organismo urge a establecer protecciones específicas para los menores vulnerables, incluidos migrantes, desplazados, refugiados, minorías, habitantes de barrios marginales, niños que viven con discapacidades, atrapados en conflictos armados y niños en las instituciones.
El informe de Guterres también insta a proporcionar apoyo “práctico” a padres y cuidadores, priorizar la restauración de los servicios infantiles a medida que disminuyan las medidas de bloqueo y garantizar que menores en general tengan acceso a pruebas, tratamientos y vacunas del Covid-19 cuando estén disponibles.