07.05.2018/00.45 horas. Nadie imagina que no va a volver de su trabajo, nadie espera dejar sus hijos y familia, nadie espera terminar muerto en su jornada laboral. Todos sabemos que ser policía tiene un porcentaje alto de que algo así suceda, pero los seres humanos tenemos el convencimiento intrínseco de que no nos vamos a morir, que nosotros no nos va a tocar. Pero nos toca.
Para ser un buen policía hay que tener determinados rasgos psicológicos , una formación a conciencia y valores y actitudes de un hombre de bien. El policía debe tener un firme autocontrol para hacer frente a situaciones que se salen de control, difíciles. Debe ser tolerante, tener empatía con sus semejantes y mostrar interés por el prójimo. Un policía al serlo decide tener un compromiso importante con la sociedad y saber que el estrés y el insomnio serán parte de su vivir.
Después de agonizar murió el Inspector Mauro Maldonado, quien había recibido un tiro en la cabeza en el cumplimiento de su deber. Murió un padre, un hermano , un hijo y un servidor público, que dejó su vida por proteger a sus semejantes al punto que su deceso ayudará a otros a seguir viviendo a través de la donación de sus órganos.
El personal policial muchas veces debe ser más que un funcionario, también suele ser un psicólogo ante víctimas de maltrato, negociador en situaciones extremas o mecánico de los vehículos. Muchas veces deben salir a lugares complicados sin todos los elementos, sin cascos y a veces sin chalecos anti balas o sin la formación adecuada, así y todos van y ponen sus convicciones por encima las falencias estatales que tampoco reconoce en sus sueldos toda su labor.
Las Mellizas, dos muertes evitables
La muerte de Javier Rivero, desencadenó una de las tragedias más importantes de los últimos tiempos ya que dos personas murieron por la misma causa, esta terrible noticia dejo al desnudo los que ya todos sabíamos sobre Las Mellizas. Por cierto no sabemos todavía quien mató a Javier Rivero, ni por qué.
En diferentes medios de comunicación se deslizó la problemática existente en Las Mellizas y la imperiosa necesidad de intervenir y actuar prontamente en este barrio. En diferentes notas en diversos medios, se hacía referencia sobre los problemas que aquejaban a los pobladores del populoso barrio de zona norte.
Los vecinos del barrio, en su absolutamente gran mayoría, gente trabajadora, que lucha a diario para salir adelante, anhelan el barrio que fue, de gente humilde pero donde todos podían salir a la calle, de día y de noche. Se podía estar en la vereda, todos se conocían y todos sabían quién a veces andaba por “izquierda”, pero no era nada parecido a lo de hoy. Pero todo cambió y ahora la zona es otra, guerra de familias, drogas, tiros, muertos y desesperanza.
Es tiempo que el estado en todos sus estamentos tome medidas profundas y aprovechar esta triste oportunidad para generar un ejemplo de lo que se puede hacer si todos los funcionarios, justicia, estado municipal, fuerzas de seguridad, estado provincial y nacional mas los vecinos trabajan en conjunto. De esta forma se podría aislar a los delincuentes y fortalecer el barrio con seguridad, cultura, educación y acompañamiento. Está probado que poner más móviles, más policías locales y más cámaras de video-vigilancia o el traslado de la sede de la policía local no son la solución, se debería probar con acciones más amplias y que intervengan en la vida diaria de las personas, más allá de los aspectos lógicos de seguridad.