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Marca Registrada : Heladería Maxims: una historia de artesanos y amor

Marca registrada sigue recorriendo diferentes puntos de la ciudad para contar la historia de esos comercios que han dejado una huella profunda en la vida comercial de la ciudad, negocios que todos conocemos y que nosotros les proponemos conocer un poco mas .

03.02.2019 La heladería Maxims se ubica en calle Almafuerte y bulevar Falcón, es la única heladería que produce helados artesanales en la ciudad. Fundada en 1982, de su historia se desprende un crisol de gustos y de inmigrantes europeos que han venido a poblar este país. Teresa Suárez y Juan Domingo Tonon se amaron largamente y el gusto de ese amor todavía vive en la artesanía de sus helados.

Teresa Suárez nació en Santa Fe. Un fin de semana vino a san Nicolás a conocer a una sobrina recién nacida, hija de Amelia un hermana que hacia un tiempo vivía en la ciudad. En aquella visita su hermana y el esposo la invitan a salir. En esa jornada de placer conoce a quien será su esposo Juan Domingo Tonon, que trabajaba en Somisa en la parte de coquería. El encuentro sucedió en el mes de febrero, Juan Domingo después de contraer compromiso con Teresa, viajaba desde San Nicolás a Rosario y luego a Santa Fe. Después de un año de viajar, Tonon le propone casamiento a su enamorada. Se casaran en el mes de febrero próximo, a un año de haberse conocido.

Juan Domingo Tonon era oriundo de Rosario y junto a dos hermanos se vino a trabajar a la Siderurgia Somisa. Sus padres vinieron de Italia, del pueblo Vittorio Veneto al norte de Italia, famoso por ser el lugar por donde han pasado varios conquistadores, entre ellos el famoso Atila. Hace unos 20 años atrás Teresa y Juan Domingo viajan hasta Vittorio a conocer parientes y el origen del apellido. Cuando llegan se dan cuenta que casi todo el pueblo es de apellido Tonon. Van al registro civil y los atiende una empleada que hablaba español, porque en su infancia había vivido en la ciudad santafesina de Villa Constitución, a 20 kilómetros de San Nicolás. Teresa mientras recuerda abre grande los brazos:

-Sacó un libraco gigante y allí estaba escrito el destino que había emprendido mi suegro, incluso hasta los datos de su casamiento con una argentina y la cantidad de hijos que había tenido-

El padre de Teresa nació en España. Cuando era apenas un adolecente su madre vendió las alianzas de casamiento, y compró dos pasaje a Cuba, uno para le padre de Teresa y un hermano. España estaba atravesando la guerra de Marruecos y como se estaba quedando sin hombres para combatir, también incorporaba jóvenes y adolescentes. Su madre para cuidarlos, saca a los dos hermanos del país. Con el tiempo vuelven a España, más precisamente a la zona montañosa de Asturia, allí conoce a quien será su esposa, con la que tendrán varios hijos, entre ellos a Teresa. Lo cierto es que el padre de Teresa una vez que contrae matrimonio se entera que su suegro era juez de paz (abuelo materno de Teresa)y  también había estado en Cuba como General del ejército cubano, combatiendo contra EEUU que logra invadir Cuba. Ante ese hecho el hombre también se vuelve a España.

En el año 1906 el padre de Tersa y su madre se toman un barco y se vienen a Argentina. La intención era parar en Rosario, pero la barcaza que habían abordado en Bs As sigue de largo y se detiene en Santa Fe capital donde vivieron toda su vida.

Teresa Suárez y Juan Domingo Tonon se casan en Santa Fe y se vienen a vivir a San Nicolás, más precisamente al barrio Somisa. Tuvieron 3 hijos: Andrea, Natalia y Horacio, quien actualmente está al frente de la heladería y a quien Teresa tuvo a los 46 años. En barrio Somisa la pareja vivió durante 20 años, hasta que compraron la vieja esquina de calle Almafuerte y bulevar Flacón, donde alzaron su negocio familiar: la heladería Maxims.

Se inaugura la heladería Maxims.

-Compramos esta esquina y se tuvo que demoler en su totalidad, era una construcción muy vieja, la escritura que tengo data de 200 años atrás. En este lugar antiguamente funcionaba una Pulpería-bar que se llamaba como el barrio “El abrojal”. Todavía sobreviven en el relato oral, algunas historias que cuentan los vecinos. La gente cruzaba de vereda cuando pasaban por acá. Calle de tierra, carretas estacionadas, peleas y más de un muerto cruzando la calle con las tripas afuera para morirse en la vereda de enfrente. Mi marido quería poner una pizzería, pero nos decidimos por una heladería, porque teníamos un acceso más fácil al rubro, ya que una de mis hermanas en Santa Fe producía helados. La primer máquina que tuvimos se la compramos a ella, una vieja Siam, increíble como salían los helados en esa máquina, después fuimos comprando tecnología nueva- Teresa abre un gordo álbum y busca una foto donde aparece ella con una de sus hijas en brazo y detrás se ve la máquina. También se observan fotos donde hay un desfile que transcurre por el bulevar y varios jardines de infantes que visitan la heladería.

-Mis padres inauguraron la heladería en 1982, en un primer momentos vendían helados de la heladería Bariloche que ya cerró, los producía don Petrucci de manera artesanal, también se los producía a la heladería Italia. Hasta que una tarde el proveedor les cuenta que en Cosquín, provincia Córdoba se hacían encuentros de heladeros, empezaron a viajar y así aprendieron a hacer helados artesanales y a producir la propia mercadería. En esos encuentros se aprende a hacer helados de receta de autor que le llaman. El curso lo dictaba un maestro heladero que venía de Paris, Francia- Dice Horacio, el más chico de los hijos, que heredó de su padre el porte gringo, dos enorme ojos celestes y el tinte colorado del cabello.

La heladería Maxims es la única heladería en san Nicolás  que produce helados artesanales, nada de polvos ni químicos, los gustos se hacen con fruta que eligen de calidad, lo mismo con las hierbas. En un primer momento los helados eran elaborados por Juan Domingo y Teresa, hoy en día su hija Andrea y su hijos Horacio son los encargados de la alquimia. Horacio asegura que el secreto para la elaboración de un helado es la materia prima, que debe ser de buena calidad. Más de una vez han intentado los proveedores venderles polvitos mágicos, incluso hacer pruebas para demostrarles el tiempo que se ahorran, pero a la familia le fue siempre bien elaborando su propia materia. Rechazan las ofertas de los proveedores y se van a la parte trasera de la heladería a seguir elaborando sus propios heladores. En barrio Somisa abrieron hace un tiempo una sucursal.

-Que la fruta sea fruta, nuestro helado de limón nunca te va a amargar un champagne-

Entre Teresa y su esposo Juan Domingo había una puja por el nombre que pondrían a la heladería. Ella descendientes de españoles, siempre que elegía un nombre se inclinaba a uno de origen Español. Juan Domingo descendiente de italianos, hacia lo mismo que su esposa pero el nombre se inclinaba hacia su descendencia. Pero un día llegaron a un acuerdo. Decidieron llamar a la heladería Maxims en homenaje a un famoso restaurante de Paris, que en sus orígenes comenzó vendiendo helados artesanales. Pero siempre estuvieron de acuerdo en que los helados sean artesanales y que tal manualidad será la impronta mientras el negocio siga en manos de la familia.

-Por algo dicen que el helado artesanal se derrite al viento, porque es sensible, es delicado, se deshace sin esfuerzo en la boca-

La heladería enteramente vidriada, siempre se caracterizó por los caballitos de madera que construyó un carpintero italiano que vivía en barrio Somisa, también por el infaltable dibujo de la pared que antes mostraba a un abuelo con su nieto y ahora a un Paturuzú a caballo. Una mínimas reposeras de fierro con lona están en la puerta del local. Una arcada de fierro por donde trepa una enredadera con flores roja, da vuelta la ochava. La heladería siempre contagió la idea de un mundo íntimo, acogedor, donde un niño entra a tomar un helado y también ingresa a un mundo de fantasía. En viejas fotos se ve una repisa al costado del cartel de los gustos y arriba de la canilla de agua, una hilera de trofeos se luce imponente. Es extraño ver trofeos en una heladería, entonces se abre otro capítulo de la historia de este emprendimiento, que como asegura Teresa se hizo a base de frutas, de familia y amor.

Entre las mejores heladerías artesanales del país.

La heladería Maxims está inscripta como socia activa de la Asociación de Fabricantes Artesanales de Helados (AFADHYA). Esta Asociación organiza concursos, capacitaciones y cursos a nivel nacional e internacional. Se ven en fotos a Teresa y a Juan Domingo recibiendo premios en Cuba, Córdoba, Bariloche y otros puntos del mundo. En noviembre del año pasado la heladería participó de la jornada llamada “La noche de las heladerías”. La jornada consiste en que ese día el precio del cuarto de helado está al 50% de su valor. La (AFADHYA) calcula que 2000 heladerías en todo el país elaboran helados artesanales, y que los argentinos consumen 7 kilos por cápita al año.

-Mi hermana sabe de elaboración, pero yo no podía estar dependiendo de ella, he hecho varios cursos para perfeccionar los conocimientos que heredé de mi familia. El año pasado fuimos a la ciudad de La Plata y este año a Bs As. También hace unos dos años se organizó un concurso a nivel internacional, el ganador de cada país iba a competir en una final del mundo en Italia. Íbamos a ir con mi hermana pero se lesionó el brazo, así que fui yo solo a elaborar, el helado lo habíamos pensado entre los dos. Ese concurso lo ganó un joven de Mendoza que elaboró un helado de membrillo con su propio membrillo, fue una gran experiencia.- Dice Horacio que abre un prólogo hacia el fuerte de la heladería: los innovadores gustos.

La casa se destaca por dos gustos en particular. El Bombón Rocher, es un chocolate con avellanas, es helado de Ferrero Rocher (bombones) y el otro gusto es el Havanessa, un dulce de leche con sabor del alfajor Havanna. También elaboran helados con gusto a cerveza, de vino, de melón, de tomate, de mora, de frambuesa, hasta del típico trago nicoleño que se exportó al mundo y su composición es un secreto de familia: helado de San Martín. Este año está en proyecto hacer el gusto fernet. Estos gustos exóticos por llamarlos de alguna manera, se pueden pedir por encargo para que la familia los elabore.

-Rosita Herrera es la catadora oficial del barrio- Teresa y Horacio se ríen con una foto de Juan Domingo Tonon en la mano.

Juan Domingo Tonon murió hace nueve años. Teresa hace un silencio para contener el llanto. Lo extraña en cada rincón de su casa, en cada rincón de la heladería, en cada innovación de gusto, en cada helado que se toma un niño. En el transcurso de la entrevista Teresa busca en su paradigma para generar una oración que pueda definir el argumento que dio vida al negocio familiar. Busca entre su vocabulario y la frase le brota del corazón: lo hicimos con amor dice, y una melancolía se le dibuja en la luz de sus ojos.

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