El cesto de basura público
El lunes termina todo… el lunes arrancan las obligaciones para la gran mayoría, y da fin al ocio del fin de semana…
Este fin de semana de algarabía y festejos en nuestra cumpleañera ciudad, con un cumpleaños medio incierto, porque celebramos la fundación que no fue… ha dejado saldos positivos y negativos…
Los lunes son lunes, no tienen nada de mágico, lo que si resulta surrealista es ver como ha quedado el renovado Parque San Martín a posteriori de los festejos… resulta difícil de entender como exigimos lugares de esparcimiento público y luego no los cuidamos. Montañas de papeles, colecciones de vasos descartables, bolsas de nylon flotando por la brisa del Paraná, hasta manchones de ese encantador verde “yerba mate” en el novísimo anfiteatro! Porque la gente fue al parque, fue a disfrutar del parque, fue a vivir el parque… y fue a ensuciar el parque…
Es tristísima la mala educación, la que viene de arriba hacia abajo. El espectáculo aparte de la cara de resignación de un nene al preguntarle a la madre “mamá, que hago con esto?” (señalando el cartoncito de un pancho que acababa de comer), y la respuesta de la madre concisa, siempre y certera, cuasi imperativa, diciéndole “tiralo por ahí!”. El nene sabía que no estaba bien tirarlo al piso, pero como ir en contra de la primera formación brindada por su madre? Y así el nene cumplió con el mandato familiar, y lo tiró al piso… yo lo junté y le dije “yo lo tiro”, el nene me sonrió como diciendo “vos tenés la misma seño que yo”, y la madre me miró como diciendo “no le hables a mi hijo, idiota!”. Hoy vacié la mochila, y tiré el cartoncito y todos los otros residuos en el cesto de basura de mi casa… me acordé del nene y quizás no esté todo perdido…
El condimento amargo de este evento no fue la municipalidad, no fue la inexperta animación y el poco tacto al tratar con algunos nenes perdidos, no fue el show de los músicos, que estuvo absolutamente impecable, tanto de locales como de visitantes… tampoco el lugar, que ha quedado realmente muy lindo… todo lo amargo viene de la mala educación, de lo sucios que demuestran ser algunos, que se piensan que al ser un lugar público, se convierte en un cesto de basura público, creen que por arte de la magia de la biodegradación express todo lo que tiran va a desaparecer… o peor aún, que se lo lleva el rio…
Las tierras nicoleñas, antes de la supuesta fundación, perteneció a pueblos nativos nómades, pueblos cazadores y recolectores, que fundamentalmente respetaban la tierra y lo que ella les daba… tras la “civilización” (muy entre comillas) hemos involucionado, y no nos importa nada… “total no es mio”… y si… entre todos pagamos las astronómicas cifras de las obras… entre todos se hace esto que es nuestro, tenemos que aprender a cuidarlo, para no reclamar luego que nadie hace nada…