23.08.2018 “Es hipócrita pretender ayudar a los países subdesarrollados obligándolos a abrir sus mercados a los bienes de los países industrializados, protegiendo a los mercados del primer mundo, porque esto provoca que los ricos sean mas ricos y los pobres mas pobres”
Joseph Stiglitz, Premio Nobel Economia, 2001.
Podemos tomar este pensamiento de Joseph Stiglitz, para entender el rumbo económico y social que el gobierno de la segunda alianza de Cambiemos, ha suscripto en su basamento neoliberal, a pesar de que sus funcionarios lo nieguen sistemáticamente, al soslayar el debate ideologico y critico, amparandose en el discurso de que en pleno siglo XXI las ideologías no tienen asidero pragmático.
Sin embargo, si repasamos las diez recomendaciones de política económica formuladas desde el Consenso de Washington, piedra basal del liberalismo; advertimos una aplicación casi taxativa por el actual gobierno al dogma neoliberal:
– Disciplina Fiscal: se considera que la inflación es ocasionada exclusivamente por desequilibrios financieros provenientes del déficit fiscal.
– Reordenación de las prioridades del gasto público: se eliminan subsidios, como componentes del gasto, y se reorientan hacia otros gastos corrientes (concretamente pago de intereses de deuda)
– Reforma tributaria: se amplían las bases tributarias en impuestos regresivos, eliminando retenciones a las grandes rentas.
– Liberación de las tasas de interés: las que pasan a ser determinadas libremente por el mercado;
– Tipo de cambio: también es fijado libremente por las transacciones de compra/venta de moneda extranjera;
– Liberación del comercio: Se les quitan restricciones a las importaciones. La idea de proteger la industria local se considera un obstáculo al desarrollo de la competitividad;
– Privatizaciones: se considera que la gestión privada es más eficiente que la pública, donde reside mano de obra no calificada y de baja productividad
– Desregulación: a fin de fomentar la competencia y liberar de trabas, se eliminan esquemas regulatorios y de control;
– Derechos de Propiedad: la propiedad privada debe ser garantía de seguridad para fomentar la producción.
Como se puede apreciar, el cumplimiento del libreto, es impecable. Si embargo, se pueden considerar a estas condiciones necesarias, pero no suficientes, ya que se han agregado componentes que agudizan este modelo, y sin dudas, lo empoderan. A saber:
– Los puestos jerárquicos del gobierno, son ocupados por CEOS provenientes de grandes empresas, en su mayoría de capitales extranjeros, con evidente conflicto de intereses ( energéticas, bancos, automotrices, siderúrgicas…);
– Apego a las políticas de países centrales y abandono de estrategias y alianzas regionales;
– Financiamiento y endeudamiento interno a corto plazo y externo a largo plazo para financiar el déficit fiscal;
– Flexibilización y precarización laboral; estigmatización de estructuras sindicales; restricciones a libres negociaciones salariales;
– Concentración de medios de comunicación (vale recordar la fusión Telecom-Clarin-Fibertel)
– Eliminación de los controles a la circulación de capitales financieros especulativos;
– Recorte de gasto en educación pública en todos sus niveles, e investigación.
Asi se entienden estas políticas de gobierno que sin dudas responden a un modelo de sociedad que premia y castiga a cada ciudadano en función de su mérito y contribución a la sociedad (dogma de Ayn Rand, autora preferida del neoliberalismo), donde el criterio de eficiencia y productividad son más importantes que los de equidad y justicia; y donde este último se restringe a lo que a cada individuo le corresponde en función de su contribución a la sociedad. De esta manera quienes más tienen, mas reciben; y los pobres se transforman en parias y parte del paisaje. Son responsables de sus limitaciones.
El mercado determina quién debe recibir recursos y a qué precio (trabajo, vivienda, alimentos, educación, vestidos, transporte, comunicación, entretenimiento, etc). El estado solamente debe preocuparse por funciones esenciales y básicas, en un rol mínimo . De allí que las políticas sociales, en la consideración neoliberal se consideren acotadas y focalizadas, para que no se universalicen, porque de esta manera, terminan fomentando el ocio y el prebendarismo…
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