“La peor sequía de Argentina en por lo menos los últimos 60 años ha llegado a su fin. El último día del verano fue el primer día de un nuevo libreto para el clima argentino”, indicó la BCR en su informe semanal denominado Guía Estratégica para el Agro (GEA).

Según la entidad bursátil, “el centro de alta presión que venía limitando el desarrollo de tormentas desde el centro este del país se desplazó finalmente”, por lo que “las tormentas que se desarrollaron entre el 19 y el 28 de marzo dejaron muy buena cobertura y acumulados importantes en el centro de la región pampeana”.

La BCR detalló que en Santa Fe, una de las provincias más castigadas por la falta de agua, recibió el mayor volumen de lluvias, ya que el 20% de su superficie superó los 125 mm.

Los registros más importantes se produjeron en Sunchales, con 250 mm, y Rafaela, con 189 mm, mientras que en el extremo sureste provincial, en Rosario cayeron 118 mm; Venado Tuerto, 110 mm; y Álvarez, 104 mm.

En la provincia de Entre Ríos el 70% del territorio superó los 100 mm, con los registros más importantes en Concordia, con 209 mm, y Paraná, con 137 mm.En Córdoba, el 65% de la superficie de la provincia marcó registros superiores a los 75 mm, con algunas zonas aisladas de la franja central que incluso superaron los 100 mm.

En la provincia de Buenos Aires, por su parte, solo se registraron lluvias en el norte y parte del este, que apenas superaron los 10 mm.

Las últimas precipitaciones lograron mejorar los niveles de agua en los suelos de buena parte de la región pampeana de cara a la próxima campaña de trigo, por lo que “comenzar el otoño con lluvias tan importantes, tanto por acumulados como por cobertura, es una señal fundamental para el próximo ciclo de trigo en Argentina”.

Respecto a cómo sigue marzo y el resto del otoño, desde la BCR marcaron que si bien se ingresó al cambio de estación “con un escenario de mejor comportamiento de las lluvias, no se puede garantizar que en un corto plazo se logren los elevados valores que requieren los perfiles para compensar tres años de La Niña”.

“Pero, los condicionantes de escala regional han cambiado positivamente, favoreciendo el tránsito hacia un otoño con lluvias normales”, concluyó la BCR.

La sequía, que se extendió desde el 2021 hasta el 2023 con diferentes tipos de intensidad y períodos sin lluvias variables, obtuvo su mayor vigor durante la campaña agrícolas 2022/23, impactando con fuerza en la producción de los principales granos.

Así, la producción de trigo cayó 50% respecto al ciclo anterior hasta las 11,5 millones de toneladas, mientras que se estima que la cosecha de soja caerá 36% al pasar de 42,2 a 27 millones de toneladas y la de maíz descendería 31,4% al caer de 51 a 35 millones de toneladas.