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La copa menstrual es mejor que los demás productos menstruales según estudios

La primer revisión sistemática y meta-análisis examinando la experiencia de niñas y mujeres que usan copas menstruales mostró que son una alternativa segura frente a otros productos menstruales.

La menstruación puede afectar la escolaridad, el empleo y las experiencias laborales de mujeres y trans. En lugares de bajos y medianos ingresos, la falta de agua, saneamiento e higiene, junto con una educación inadecuada y malas instalaciones; plantean un problema de salud pública.

Se estima que alrededor del 26% de la población mundial estaba en edad menstrual en el año 2017, pasando en promedio 65 días al año menstruando. La menstruación es una función normal del cuerpo y un signo de salud reproductiva. Existen varios productos disponibles para manejarla pero la ignorancia, los prejuicios, los costos y los miedos sobre si es una opción segura pueden impedir que se tenga en cuenta todo el rango de posibilidades.

 
La copa menstrual no es comúnmente conocida, a pesar de su larga historia. Están hechas de silicona, caucho, látex o elastómero y pueden durar hasta diez años. Al igual que los tampones, las copas se insertan en la vagina, pero la sangre se recoge en el receptáculo y se debe vaciar cada 4-12 hs dependiendo del flujo menstrual y el tipo de copa.

Una investigación que recogió información de 43 estudios y 3319 participantes, proporcionó información sobre fugas en comparación con otros productos, efectos adversos, aceptabilidad, disponibilidad y precios de las copas menstruales. Acá repasamos algunas de esas cuestiones:

 

Costo

En Argentina,el gasto anual por persona es de $1924 si utiliza toallitas y $2136 si usa tampones. El precio de la copa menstrual va desde los $700 hasta los $2000 dependiendo de la marca y el tipo de material utilizado, pudiendo durar hasta 10 años.  Al considerar los costos financieros y ambientales, usando estimaciones acumuladas durante 10 años, los costos de compra y los desperdicios derivados del uso constante de una copa menstrual serían una pequeña fracción de los costos de compra y el desperdicio de toallitas o tampones.

Cuatro estudios en los que se tuvo en cuenta esta variable, reportaron que las pérdidas en el uso de la copa menstrual eran menores o similares que el de toallitas y tampones.  

Aceptibilidad

Los estudios mostraron que la adopción de la copa menstrual requirió una fase de familiarización durante varios ciclos menstruales y el apoyo entre pares mejoró la aceptación, el 73% de las participantes informó estar dispuesta a continuar con su uso. Por otra parte, efectos positivos del uso de la copa menstrual fueron mejoras en la movilidad y la disminución del estrés relacionado con la preocupación por manchas y pérdidas.

Salud

Al considerar la seguridad, el uso de la copa menstrual no se asoció con anomalías en la vagina o el cuello uterino en estudios con exámenes vaginales y no se encontró mayor riesgo de infección. También se informó una menor prevalencia de infecciones bacterianas en el uso de la copa menstrual en comparación con los tampones y las toallitas. Se encontraron cinco casos de síndrome de shock tóxico menstrual, pero no se ha confirmado que este riesgo sea mayor que el de los tampones. 

La información sobre fugas, aceptabilidad y seguridad de las copas menstruales es necesaria para ayudar a tomar decisiones informadasbrindar una educación sobre salud menstrual más integral para niñas, mujeres y trans; y para promover políticas públicas respecto a la gestión menstrual

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