La Máquina Teatral (La Pampa)
“La Batalla de Mailén” de Pablo Rozadilla es una radiografía satirizada y absurda de un período tan sacralizado como la Independencia Argentina. La pieza subió a escena dirigida por Ubaldo Berón y Julio Gre.
19.08.2018. El sábado por la noche, en el Auditorio Municipal, el público nicoleño asistió a una puesta en escena de la Máquina Teatral que remoza dos de los géneros que son columna vertebral de la comedia: la sátira y el absurdo.
En tiempos de oscuridad, el teatro sigue siendo una de las luces para iluminar una sociedad que deambula en la incertidumbre y el resquebrajamiento de la identidad.
El elenco pampeano estuvo integrado por Rodolfo Cappello (General Heráclito Fleitas Solich) , Javier Moldovan (Mariscal Alfonso Kuko), Chiche Astigarraga (Sargento Gervasio Sotelo), Ana Paula Lara (Consuelo- Mailén), y Boris De Pian (Indio). La iluminación: Alejandro Arias, el diseño es de Amarillo Comunicación Visual y la dirección es de Ubaldo Berón y Julio Gre.
Se trata de la obra escrita por nuestro “coterráneo” Pablo Rozadilla, al decir de uno de los personajes, el general Heráclito Fleitas Solich. Esta pieza obtuvo el primer premio en el Certamen Nacional de Humor de la 1º Fiesta del Cigomático Mayor en Santa Rosa, y fue estrenada en el Teatro Español de esa ciudad el año pasado.
Abel, Caín y un sargento
La puesta en escena, el repentismo, una actuación fresca (algunas veces en aparente improvisación) y el humor ácido e incisivo del autor, parecen una combinación exacta para un público de sábado.
Un público que ingresó a la sala con la incertidumbre de no conocer los antecedentes teatrales del elenco y conociendo la labor de Rozadilla en el cine nicoleño, pero no como autor teatral.
La fortaleza de “La Batalla de Mailén” radica en la mirada humorística de dos contendientes; un general argentino formado en España que se enfrenta a un mariscal español que fue compañero de camada en la Academia Militar. Una alegoría al enfrentamiento de Manuel Belgrano con Juan Pío de Tristán y Moscoso en las Batallas de Tucumán y Salta. Y entre ellos dos, un pícaro y rufián sargento que tiene intereses encontrados con los dos superiores: el amor de Consuelo. Mujer y esposa del Mariscal, que tuvo amoríos con el general de la Independencia, que buscando el amor perdido viaja a América y en los bares de Buenos Aires se cruza con el sargento que le promete (y aprovecha) ayudar en la búsqueda. Y con un final de obra que deja a los tres actores, y al público, con un cierre inesperado. Consuelo, la tan buscada y mentado amor del trío, aparece con el indio Venado Tuerto y abominó de su hispanidad y de su nombre; se sumó a una toldería.
Una fortuna de aplausos
Aunque la sociedad nicoleña, como otras tantas de esta provincia, no sólo es conservadora sino que tiene espasmos de miserable. Sin embargo, el público teatral está acostumbrado a soltar la manga a la hora de la gorra. Y a no dudarlo, la fortuna que se llevan los actores pampeanos fue en aplausos y afecto. Buena parte de la sala despidió a los actores de pie y todavía con la sonrisa colgada en los labios. La puerta quedó entornada para una próxima visita con “Mujeres soñaron caballos” de Daniel Veronese con la que participaron en la 33º Fiesta Nacional del Teatro.