03/10/2022 Tras dos años, los Torneos Bonaerenses volvieron a la presencialidad, cuya etapa final se está desarrollando en Mar del Plata. Sin embargo, no todo es alegría, ya que los atletas especiales se encontraron con una innumerable cantidad de inconvenientes en su alojamiento, ante la nula respuesta de las autoridades y la impotencia que genera la falta de respuestas y un espacio acorde para jóvenes que cumplen el sueño de representar a su ciudad.
Los Juegos Bonaerenses 2022 significan la vuelta a la presencialidad de esta competencia organizada por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, con la coordinación de los municipios locales. Pero esta fiesta de los jóvenes y representantes de la tercera edad no está teniendo su mejor expresión.
Tal como ocurriera en 2019 con los atletas especiales, donde no contaron con ningún tipo de adaptación, e incluso con ascensores donde no entraban las sillas y debían subir sentados, los mismos problemas volvieron a repetirse.
La logística marca que la provincia gira los fondos a los municipios, que son los que se encargan de contratar hoteles, transporte, alojamiento, etc. Pero una vez más, los atletas especiales y adultos mayores fueron enviados a un hotel que no cuenta con cuestiones básicas e indispensables para poder competir como corresponde.
A pesar de que los padres que acompañan a los atletas hicieron los requerimientos necesarios al área correspondiente de la Municipalidad de San Nicolás, por lo ocurrido hace dos años, volvieron a encontrarse con la misma realidad.
Ingreso al hotel con escalón sin rampa para el tránsito de los atletas especiales, con las puertas internas (baños, habitaciones) donde no pasaban ni las sillas de ruedas ni los andadores.
Además, los baños contaban con bañeras, algo increíble teniendo en cuenta las personas con discapacidad motriz, con muchas inconvenientes para poder bañarse, en baños que ni siquiera contaban con cortinas y hasta en algunos casos, sin el duchador.
También, teniendo en cuenta que la temperatura baja en Mar del Plata por la noche, se pidió la calefacción para los jóvenes y adultos mayores, encontrando respuesta negativa. Después de muchas gestiones de los padres, el sábado a la madrugada se logró algunas frazadas para cubrir una parte de la demanda.
Y a todo esto hay que sumarle la sorpresa para los presentes, en el primer día de competencia, cuando se levantaron para desayunar, que el mismo no estaba, aparentemente no fue contratado.
Un sinfín de inconvenientes para los atletas especiales, sin respuestas desde el municipio nicoleño, con un grado de impotencia muy alta de padres y participantes, ante tanta falta de respuestas y todo lo que está viviendo la delegación nicoleña de atletas especiales.
Problemas que ya habían tenido en 2019 y que volvieron a repetirse, sin que nadie haya tomado en cuenta y haya previsto, para jóvenes que viajaron con toda la ilusión a una competencia deportiva y cultural.
