La mítica esquina del Bar Pancho en Garibaldi y Almafuerte en el momento en que perdía parte de su bohemia
24.07.2019 Hace algunos días el gobierno municipal anunció la obra de pavimentación del adoquinado del casco céntrico de la ciudad, más precisamente de calle Garibaldi entre Colón y avenida Savio, luego calle Lavalle entre 9 de julio y Sarmiento. El intendente anunció a los medios de comunicación “más adelante se continuara con la pavimentación del resto del adoquinado”. Recordemos que ya fue pavimentado el adoquinado de calle Mitre entre avenida Savio y boulevard Morteo. El intendente municipal Manuel Passaglia no escapó al dilema y expresó a los medios de comunicación: “Pavimentamos el adoquín porque no lo pudimos recuperar, sobre todo las cuadras que más comprometidas están. Es muy difícil conseguir mano de obra especializada para mantener y recuperar las calles de adoquín”.
Lo cierto es que cada vez que el Patrimonio histórico-cultural está en riesgo, un sector de la sociedad se acongoja ante tal hecho. Las redes sociales fueron un reflejo de esa congoja y de ciertos calores a favor y en oposición a la pavimentación del antiguo adoquinado, del cual pasaremos a narrar su devenir sobre las calles de nuestra ciudad, con rigurosidad histórica. Contradictoriamente se han visto por un lado la posición de artistas, historiadores, periodistas, políticos y fotógrafos a favor de la pavimentación y del cuidado de sus vehículos. Por otra lado vecinos apenados por la pérdida de lo que juzgan un patrimonio histórico que embellece la ciudad.
Desde una perspectiva “modernosa” ven como un avance el ocultamiento de la historia y llaman un momento histórico a la pavimentación del Patrimonio Cultural, donde en otras ciudades de Argentina (ni hablar de Europa) es celosamente resguardado. Acusan de “conservador” a aquellos que insisten en preservar el capital simbólico de la historia y la cultura, para que así no sea negada a las próximas generaciones. Desde una perspectiva contraria ven como una suerte de “posverdad” la conceptualización de hecho histórico que se alza sobre la destrucción del Patrimonio Histórico, una falsa vanguardia que en vez de mejorar la calidad humana la empeora al ocultar la historia. Aseguran que la formación de un individuo-sujeto que derive en ciudadano, depende directamente del capital histórico y cultural tanto del sistema educativo como así también de la historia en la que está inserto diariamente.
Empleados municipales tapando los adoquines en nombre del progreso
Un poco de historia.
Existe una diferencia histórica. El llamado adoquín grande fue traído de la Isla Martín García y existen documentos que dan existencia de su colocación a fines del 800. El adoquín chico llamado granutillo, fue importado desde Suecia en 1910 y fue utilizado en Avenida Morteo, entre las calles De La Nación y calle Garibaldi. El llamado granitullo o adoquín chico es el que está siendo pavimentado en calle Garibaldi desde el martes 23 de julio.
Tareas de adoquinado Boulevard Estados Unidos, hoy avenida Morteo, 1910 : Museo Municipal
Adoquín chico o Granitullo.
Serafín Carlos Morteo nació el 4 de marzo de 1862 y fue cuatro veces reelecto Intendente de la ciudad de San Nicolás. Estuvo 21 años al frente de la actividad pública hasta que falleció el 22 de diciembre de 1912 cuando tenía 50 años. La historia guarda para Morteo la memoria de haber sido el intendente que realizó grande obras para la ciudad, entre ellos el edifico Municipal, Tribunales y el Teatro Municipal, pasando por una gran cantidad de calles adoquinadas. Una pasaje de un archivo histórico que guarda el Museo Santiago Chervo expresa: “ la introducción del granitullo con ese fin de pavimentar, se importó de Suecia y cuya llegada al puerto local fue todo un acontecimiento, ya que San Nicolás estaba entre las primeras del país que adoptaron este material para sus calles.”
En 1910 llegó a San Nicolás el primer cargamento de granutillo (adoquín chico) importado de Suecia, fueron utilizados en la hoy Avenida Morteo, entre las calles de la nación y Garibaldi.
Adoquín grande.
El llamado adoquín grande fue extraído de la Isla Martín García, con los cuales fueron empedrados las calles Mitre, Nación, alrededores de La Plaza Mitre y parte del muelle costanero, en el cual aún se pueden observar algunos. Un documento extraído de los anaqueles del Museo Santiago Chervo expresa lo siguiente:
“En la sesión de la Comisión Municipal del 15 de mayo de 1872 se decidió la construcción de empedrados “extrayendo piedras de la Isla Martín García”. En 1871 se expresaba que atento al desarrollo verificado en la ciudad, especialmente en la exportación de frutos del país, era un remover inconvenientes que impidieran el progreso, y por ello se proyectó la construcción de los primeros afirmados.
Los adoquines expuestos fueron extraídos en marzo del año 2014 de la esquina de las calles Guardia Nacional y Mitre, en ocasión de la modificación de la pavimentación de esas arterias cuando se decidió la inauguración de la Plazoleta Francisco, al lado de la Catedral, tarea que se enmarca en el Plan de Recuperación y Puesta en Valor de edificios históricos de la ciudad, logrando la identificación y unidad del ex Colegio Nacional, la Iglesia Catedral y los Tribunales.
En el libro “Crónica de San Nicolás De Los Arroyos (1608 -1988)” de Santiago Chervo, aparecen referencias históricas con respecto al trazado y estado de las calles, donde se exponen datos que referencia a mitad del 800 la existencia del adoquín grande.
Por decreto del 29 de julio de 1874, aprobado por el gobierno provincial cuatro años más tarde, se efectuó un nuevo trazado de la ciudad, del que estuvo cargo el agrimensor José María Muñiz. Esa subdivisión da como resultado la traza de 109 manzanas dentro de los bulevares (hoy avenida Savio, Falcón, Moreno y Alberdi) de las cuales 88 eran de medidas irregulares (16.476 m2) y 21 irregulares, que son las próximas a la barrancas.
Fuera de este perímetro se delinearon 495 manzanas, siendo 479 de 15,986 m2 y 16 irregulares. La ciudad contaba así 604 manzanas delineadas, aunque más de 50% sin apertura. Todo ello dentro de sus nueve cuarteles. También se trazaron 126 quintas con 56,740 m2 cada una y 286 chacras de 299.448 m2. Así se encontraba la división urbana y suburbana en el San Nicolás de 1892.
En ese año el municipio contaba con 925 cuadras, cuyo estado era el siguiente:
-Adoquinadas 30.
-Empedrado común 97
-De tierra 446
-Sin abrir 352
Es decir 573 cuadras en uso que, según la Memoria del intendente Casiano Ruiz Huidobro, eran suficientes para las necesidades de entonces. Las únicas calles abiertas en su totalidad eran De La Nación y Rivadavia, según la información oficial. Pero según un plano confeccionado por Joaquín Maldonado, estarían también abiertas en su totalidad, Saavedra (Savio), Colon, de la Constitución (Sarmiento), 11 de septiembre (Francia), Lincoln (Urquiza), San Martín y Chacabuco. Esta última casi puede asegurarse que así haya sido, pues se la denominó “Alto verde” (posiblemente calle del “Alto Verde”) por ser la que conducía a ese sector de la ciudad.
De las 127 empedradas (adoquín y piedra común –quebrada), la Calle de la Libertad (Pellegrini) tenía 14. La seguía calle De La Nación con 11.