Se conoce como combate de la Vuelta de Obligado a la batalla terrestre y naval librada en 1845 entre la Confederación Argentina y una alianza anglofrancesa, que se conmemora cada 20 de noviembre como “Día de la Soberanía Nacional”.
El trabajo de campo realizado en este yacimiento por el programa de Arqueología, Historia y Estudios Interdisciplinarios de la Universidad de Luján que dirige Ramos ha permitido determinar la ubicación de la mayoría de las “estructuras militares” defensivas montadas por orden del comandante Lucio Mansilla en la costa derecha del Río Paraná.
Así, ha podido establecerse dónde estaban tres de las cuatro baterías de cañones, el campamento, el hospital de campaña, el terraplén, el depósito de municiones y “uno de los mogotes de tierra y hierro donde se engancharon las tres hileras de cadenas montadas sobre 24 barcazas” con las que se intentó impedir que la flota enemiga remontara el Paraná.
El origen de este enfrentamiento -el primero de los que conforman la “Guerra del Paraná” (1845-1846)-, hay que buscarlo en la decisión del gobernador bonaerense Juan Manuel de Rosas de prohibir la libre navegación de los ríos interiores a todo país extranjero, lo que generó inmediata reacción de las potencias europeas.
Tras el fracaso de la vía diplomática, “una flota anglofrancesa compuesta por 11 barcos de guerra y 100 barcos mercantes” ingresó al Paraná y fue interceptada por las tropas confederadas a la altura de la Vuelta de Obligado, a 18 kilómetros de San Pedro.
Confirmar que se trata de parte de las cadenas de esta gesta, “sería una buena manera de coronar 20 años de investigaciones” y el arqueólogo es de la idea de “dejarlas en el lugar y, en lo posible, exhibirlas como parte del sitio arqueológico para que la puede observar la población que lo visite”.