(…)Hay en la casa un hondo y cruel silencio huraño,
y al golpear, como un extraño,
me recibe el viejo criado…
Habré cambiado totalmente, que el anciano por la voz, tan sólo me reconoció.
(La casita de mis viejos. Letra de Enrique Cadícamo)
30.09.2019 Veintisiete días faltan para la elección general de octubre. A nivel nacional todo indica que Alberto Fernández y Cristina Kirchner será la fórmula ganadora, incluso con mayor amplitud que en el resultado de las PASO. De repetirse el triunfo, resta saber cómo se resolverán las tensiones existentes entre las distintas fuerzas que confluyeron en el Frente de Todes. La campaña disimula, tapa e incluso esconde las costuras de toda alianza política. Los hilos suelen ponerse a prueba en el momento de empezar a gobernar y la primera tensión será la conformación del gabinete. Por ahora Alberto sigue abrazando a propios y extraños y todas las semanas se arriesgan nombres casi como si se hablara del seleccionado de fútbol en vísperas de un mundial.
En la provincia Axel Kicillof sigue haciéndole kilómetros al Clio, esta vez sin el peso de tener que andar pidiendo disculpas al batallón de heridos que habían dejado los cierres de listas en cada distrito. Ahora redobla esfuerzos para sumar votos y llegar con un -aún mejor- resultado que le permita sumar algunos porotos más en ambas cámaras legislativas de la provincia. Todo indica que el ex ministro de economía deberá gobernar sin mayoría en ninguna de las dos, entre otras cosas porque la definición parece ser que las fuerzas que conforman el Frente de Todos, seguirían manteniendo sus bloques separados en ambos recintos, tal como lo hacen al día de hoy. En ese esquema es que algunos referentes actuales de Cambiemos ya preparan opciones a la carta para ofrecerle a Axel un ayudín a la hora de aprobar leyes. La misma gentileza le ofrecieron a Vidal algunos intendentes y massistas al llegar a la gobernación en 2015. Nada nuevo bajo el sol.
El Lonja sigue sosteniendo que la elección local, entre el candidato a intendente de Cambiemos y la candidata del Frente de Todos, no es más que una interna peronista encubierta. Por lo tanto, no tiene dudas que el próximo gobierno municipal de nuestra ciudad estará alineado con el gobierno nacional y provincial indefectiblemente, gane quien gane. Las razones de esta afirmación están al alcance de la mano, pero muches no quieren ver por conveniencia o negación.
Si ganara Cecilia es una obviedad que lo que el pensador de La Infiel sostiene, no tiene originalidad alguna. La candidata es quien viene remando duro para tratar de lograr el milagro de dar vuelta la elección y completar la triple victoria para el Frente de Todos. A veces sus movimientos parecen manotazos al aire, como cuando salta de un lúgubre acto en las penumbras del Club San Nicolás, a una escena propia de la campaña de Hillary Clinton, pero en el auditorio de los metalúrgicos. Otro paso en falso parece ser el affaire que protagoniza desde hace unos días con al ex funcionario de Passaglia, devenido en funcionario Macrista para terminar despotricando contra la propia candidata del Frente de Todos por no darle la interna 24 horas después de decir que no estaba más en el PRO. Nada mejor que un comentario que El Lonja vio en las redes para sintetizar el asunto: “más que el Frente de Todos, parece el Frente con cualquiera”. La elección de este domingo en Mendoza, demuestra que por ahora el tío Alberto no hace milagros.
La discusión parece ponerse peluda cuando uno analiza un escenario en el que la elección municipal quede en manos de la familia Passaglia. Algunos descreen de la posibilidad que El Principito quiera enderezar su proa de nuevo hacia el peronismo o lo que es peor, que desde el gobierno le permitan volver. El Lonja no tiene dudas que Manuel ya está trabajando en ese movimiento, por una simple razón: no le queda otra. La alianza Cambiemos con suerte llega a diciembre próximo y nadie puede gobernar sin partido que lo sustente. Al igual que el kirchnerismo que cruzando la General Paz estaba sostenido por el aparato territorial de representación del peronismo, Cambiemos es una experiencia sostenida en el interior del país por la única estructura política nacional que existe, además del PJ y la Iglesia Católica: la Unión Cívica Radical. Pero les correligionaries fuman debajo del agua a la hora de replantearse sus alianzas y horizontes. La elección de Mendoza y la euforia de Cornejo es un dato para tener en cuenta en este sentido. La diáspora de Cambiemos dejaría a Passaglia sin sustento político a nivel local, a menos que se reconfigure como una fuerza vecinal (definición que no sería otra cosa que bajarse el precio). En este escenario, el acercamiento con Alberto sería un negocio para ambos. Tanto Alberto como Axel, en caso de ganar van a necesitar ampliar su base de apoyo político. Ambos recibirán Estados al borde del default, para lo cual necesitarán consensos políticos amplios, y deberán dejar las pequeñas venganzas de cabotaje para otro momento. Despreciar el acercamiento de un intendente peronista, de un distrito más que importante del norte bonaerense, que además cuenta con un diputado provincial no pareciera ser una buena idea. Por otra parte, los vasos comunicantes de Ismael con el Albertismo son múltiples y de vieja data. Basta decir que fue Ministro de Salud en la gestión de Felipe Sola en la provincia, al mismo tiempo que Gines García lo era en el gabinete de Néstor. Ambos personajes hoy forman parte del círculo íntimo del candidato a presidente y suenan como posibles ministros. Por otro lado, Alberto acaba de retomar el dialogo con Florencio Randazzo, otro viejo amigo de Ismael. Alberto fue jefe de campaña de Florencio en la elección de 2017, la cual está más que sospechada de haber sido financiada por la gobernadora Vidal. Florencio, a través de uno de sus ex funcionarios Lalo Di Rocco, fue quien convenció a Cristina de traer nuevamente a Ismael al Frente de la Victoria en 2011, año en que gano la interna y se convirtió por primera vez en intendente de la ciudad. Todos los caminos conducen a Roma. Y como dice El Lonja, los Passaglias no son sábalos . Nadan a favor de la corriente.
[1] El Prochilodus lineatus , más conocido en nuestra zona como sábalo, es un pez que realiza una migración aguas arriba, con fines reproductivos, de varios cientos de kilómetros, hasta llegar a las planicies de inundación típicas del río Paraná y otros ríos de la cuenca. Si bien el desove y la cópula tienen lugar en el cauce del río, las larvas derivan hacia las aguas superficiales de las lagunas de inundación, donde encuentran refugio y comida. Allí permanecen aproximadamente 2 años, luego de los cuales vuelven al cauce principal del río. Terminado el periodo reproductivo, los sábalos migran río abajo. También se caracteriza porque puede alcanzar hasta 90 km/h en la velocidad de su desplazamiento.