Apenas empezaban a cantar los pájaros de la mañana, cuando golpean los vidrios de la Parroquia de Barrio Güemes.
-Padre Damián, le han dejado un aparato raro en la puerta- El Sacerdote lo examinó con la mirada, le dio las gracias a la vecina y lo introdujo adentro de la Parroquia. No sabía lo que era. Lo dio vueltas, intentó mover una palancas, quizás el movimiento le ayudara a deducir el funcionamiento del extraño aparato. La misma vecina ingresó a la Parroquia de regreso del almacén.
-Padre, a mí me parece que esto es un telar, estuve pensando y veía yo siempre uno en la casa de unos tíos- El sacerdote giró la cabeza y miró como sorprendido a la vecina, cómo si ésta hubiese dicho algo incorrecto. La señora se fue un tanto sorprendida. Lo que la vecina no sabía era que el Padre Damián Vidano había estado rezando la noche anterior. Después de una oración, saca un papel doblado y lo deja sobre el altar.
-Bueno Dios, fíjate lo que haces, el destino de este proyecto es tuyo, ya se lo mande a todos, empresas, Asociaciones, ONG, nadie contestó, queda en tus manos-
La idea de confeccionar un Proyecto de telar, había surgido después de que el Padre se sintió culpable. Una tarde, antes de partir de vista a su ciudad natal, lo va ver una mujer que le dice no tener dinero, que estaba embarazada y que quería abortar –viste cómo somos los curas con este tema, le había llenado las manos de sangre, había logrado que no aborte, pero fue a buscar una respuesta que no encontró, le dije quédate con el bebe pero después arréglate, entonces me dije tengo que hacer algo, y pensé en encarar el Proyecto de una fábrica de Trapos de pisos-
Se puso a lijar el aparato. Va hasta una ferretería cercana y el hombre que lo despacha le pregunta si el telar le había servido. El padre le contesta que la pintura que está comprando, era justamente para pintarlo. El dueño de la ferretería le cuenta que el telar era de su padre cuando eran muy pobres, y que en las horas libres se ponía a tejer trapos de piso para llevar el plato de comida a la mesa.
-Siempre que decaía por algún problema, veía el telar y me acordaba de mi viejo, entonces me daba fuerza para salir adelante, pero pensé Padre que usted le podía dar un mejor uso, y lo llevé a la puerta de la iglesia-
A partir de allí, vino todo lo demás.
Las puertas abiertas a la Comunidad.
En una casa lateral a la Parroquia de barrio Güemes, funcionan tres cooperativas que dejan en los productos el sello de su marca: El refugio. Una Cooperativa de panificación, una de fábrica de pelotas de futbol y otra de telar y grabados donde se fabrican trapos de pisos y subliman trabajaos a pedidos o las bolsas biodegradables que se fabrican dentro de la Unidad Penal, donde el Padre Damián Vidano realiza su mayor tarea. En las cooperativas trabajan chicos que han pasado por la mala experiencia de la vulnerabilidad y la cárcel. También la Iglesia cuenta con un Salón descentralizado, ubicado en barrio Astul Urquiaga, que funciona como Centro de Día y Comedor.
Damián, el pibe del pan y las pelotas.
En La panadería se elabora pan para los comedores, los hogares. También se le vende a la gente lo que se llama “pan social”, donde los chicos que trabajan ganan un porcentaje mínimo porque el pan se vende más barato al consumidor. También se elabora lo que dieron en llamar “pan a cuenta”. Esto es si el kilo de pan sale 30 pesos, las personas compran y dejan 50 pesos, y con los 20 restantes aporta para cubrir el pan del que no tiene plata para pagarlo.
-Damián, el pibe que fabrica las pelotas y trabaja en la Panadería, vivió en la calle desde los 3 años. Yo iba todos los días a buscarlo para ver si lo podía sumar a la iglesia a trabajar. En Savio y Pombo él pedía limosna y limpiaba vidrios. No iba con la palabra de Dios, de hecho él era evangélico. Yo iba y le decía, “yo quiero que vos salgas de acá, porque la vida debe tener preparado para vos algo más, no sólo esto”. Llevaba comida y comíamos en la vereda, todos los días, todos los días. Pero no accedía. Hasta que un día le comento a Matías, uno de los Coordinadores que tienen los emprendimientos acá en la iglesia, “ya no sé más qué hacer, no lo puedo convencer”. Una de las últimas veces me había dicho algo duro pero cierto, me había dicho “si yo me voy con vos a trabajar a la iglesia y no funciona y dejo de venir acá, también pierdo esta esquina, que es lo único que tengo”. Y tenía razón en lo que decía. Entonces un día Matías lo invita a comer a la casa con toda su familia. Al otro día me levanto y estaba Damián en la puerta de la iglesia. Le pregunto qué anda haciendo, y me dice que venía a trabajar. Vos fíjate, tantos años para logar lo que logró Matías en una invitación, porque el pibe sintió que si lo invitaban a comer a la casa, y lo metían adentro de la familia, es porque venía enserio la cuestión, a mí no se me había ocurrido. El resultado es que hoy está trabajando, terminó primaria, secundaria y está cursando estudios terciarios-
-Para mí la palabra de Dios se hace efectiva y tangible en el gesto cercano. A mí no me convence la idea de predicarte la palabra de Dios y tu realidad sigue siendo la misma Yo te hablo del amor de Dios, después te dejo y seguís en la misma. Lo mismo pasa en el Comedor, qué vamos a darle catequesis a estos chicos si tiene hambre. Dar de comer y formar es la palabra de Dios, la necesidad de avanzar sobre la dignidad de las personas. Trato de ponerme en su realidad-
En la cárcel de San Nicolás.
Actualmente Equipo de Pastoral Carcelaria, lo dejó a cargo de todas las cárceles de la Argentina, donde recorre las diferentes Unidades Penitenciarias viendo los trabajos que allí se realizan. En la Unidad Penal N° 3 de San Nicolás, junto a los presos fabrica bolsas biodegradables y ostias. Algunas se reparten en algunas iglesias de la ciudad y otras son enviadas al Vaticano en encomienda. Las bolsas algunas se donan y otras se venden al público en general.
-Mandamos una carta al Papa y atendió nuestro pedido. Nos mandan un producto desde áfrica que se llama “mater”, el cual surge de la producción de la caña de azúcar y el almidón de maíz y con eso fabricamos las bolsas biodegradables en la UP3. También fabricamos ostias que repartimos en iglesias de San Nicolás y otras mandamos en encomienda a Roma, al vaticano. También reciclamos bicicletas que se donan a Escuelas Rurales, dictamos cursos, en estos momentos son 8 cursos que se están dictando. Uno se llama Soluciones Tecnológicas: nos enteramos que hay un chico discapacitado que necesita una rampa, entonces vamos con un ingeniero, hacemos los planos, y los privados de su libertad la diseñan en los talleres.-
-Vos cuando estas en un lugar tan terrible y alguien te quiere dar una mano lo aprovechas, yo confío mucho más en ellos que en los católicos, que te dicen sí con el Rosario en la mano. La cárcel está llena de pibes con el autoestima por el piso, piensan que lo único que pueden hacer es robar, afectados también por un grado de egoísmo, como resultado del abandono. Entonces la tarea es darle herramientas, en lugar de un revolver un oficio, y el ego se combate ayudando, mirando, escuchando al otro-
Damián Vidano, ese Cura.
Nació en Colón, Provincia de Bs As. Ni bien termina el secundario va a estudiar a Bs As filosofía y luego psicología. Se hace amigo de un Cura, el Padre “Toto” y empieza a trabajar en la Villa 1114. Por la mañana trabajaban en la contención social y familiar con la población en situación de vulnerabilidad.
Un pibe del interior, solo, en medio de una villa. Una mujer que trabajaba en el comedor de una escuela, lo vio y lo “adopta”. Pasó a ser como una suerte de madre para el joven Damián. Allí se topará con la realidad de la cárcel.
La mujer intentó ser violada por un vecino, pero la mujer logra escapar. El violador al día siguiente, por despecho de no haber podido lograr su objetivo, le prende fuego la casa. El padre de la mujer, un correntino, se entera de todo lo sucedido. Ese mismo día junto al hijo mayor, llevan al violador al medio de un campo y le pega un tiro, el padre de la mujer vuelve a su casa y le da un infarto. La justicia decide darle 8 años a la mujer, que en el momento del hecho estaba con Damián trabajando en la Escuela de la villa, y a dos hermanos, uno había estado en el asesinato, el otro no.
A partir de allí, el joven del interior que estudiaba filosofía y venía pensando en el Seminario, termina de decidirse. Lentamente empezó a nacer el Sacerdote Damián Vidano.
El Comedor de barrio Astul Urquiaga.
-Llegue a San Nicolás en el año 2001, en plena crisis. Una tarde salí a recorrer los barrios en bicicleta. Termino en el barrio Astul Urquiaga, donde de lejos veo una fila larguísima de gente. La fila terminaba en un sucucho muy pequeño. Pedaleo hasta la puerta del sucucho y dejo la bicicleta apoyada en el piso. Una señora me dice que estaban dando de comer. Les pregunto si puedo quedarme a ayudarles, me dicen que sí. Desde ese día comenzamos con esas mujeres y hombres a trabajar en lo social. Hoy en día logramos construir un Comedor y Centro de Día, incluso actualmente encaramos el desafío de construir otro espacio más adelante, donde ahora empezó a trabajar con albañil el pibe que prendió fuego la Catedral.-
-De Roma me encargaron la tarea de ir a la selva en Colombia, se estaba mediando la paz y el Papa era garante de ese hecho. Uno de los requisitos de la FARC, era saber el estado de los presos de la guerrilla en las cárceles comunes. Junto a dos curas visitábamos alternativamente las cárceles y la selva. Pude entender muchas cosas. Después Roma me manda a España, a visitar en las cárceles los refugiados. A través de la Fundación Atlético de Madrid donde estaba jugando el nicoleño Leo Franco, presento un Proyecto para que España nos envíe los materiales para construir el Comedor del barrio Astul Urquiaga. Hoy el Comedor está afectado de muchas actividades, se abre de mañana y no cierra hasta la noche, la gente que allí trabaja lo hace a pulmón.-
-Cuando vos empezas a transitar estos caminos de lo social, te encontras en los barrios con gente muy grosa, por eso la política viene a buscar a estas personas, porque tienen voluntad y conocen el territorio. Quizás no tengan ningún respaldo legal ni burocrático para obtener recursos del Estado o una Empresa, pero son los que transforman la realidad con su fuerza impresionante. Le ponen corazón a todo, yo las veo, con una mano cocinan y con la otra acarician un pibe-
Aquella mañana llegamos media hora tarde a la cita. El Padre nos había destacado la puntualidad, ya que por la mañana debía comprar los alimentos para el Comedor, y no habíamos cumplido. Tal vez cortamos demasiado en seco la entrevista. Para colmo no tuvimos mejor idea que terminar con una pregunta de color, que pudo sonar irónica. Vidano contestó con soltura y rapidez, como ya esperando de antemano la tontera de los periodistas.
-Padre, ¿Quién es Dios?
– No sé, pero siempre le pedí a Dios conocer el dolor de la gente, sino imposible-