El próximo jueves comenzará el juicio contra un hombre de 43 años acusado de perpetrar 18 violaciones en dos años, a partir de abril de 2014, a víctimas de entre 14 y 25 años. De acuerdo con la acusación y testimonios de víctimas, el hombre repetía siempre la misma mecánica: desde San Nicolás, donde vivía con su mujer y tres hijos, viajaba por las noches a Rosario para hacerse pasar por policía y abordar a las mujeres. La fiscal pidió una condena de 50 años.Luis Marcelo E., de 43 años, se encuentra detenido en Coronda desde agosto de 2016, luego de que una de sus víctimas (la denunciante número 18, de 14 años) fotografió la patente del auto de su abusador.El primero de los hechos que se le imputan ocurrió el 4 de abril de 2014, cuando en San Martín y Garibaldi abordó a una chica de 18 años, a la que le dijo que era policía. Le pidió que lo acompañara para averiguar sus antecedentes y, por el camino, junto a un descampado, le dijo que se sacara la ropa para revisar si tenía drogas. Allí fue cuando abusó de la chica, quien horas más tarde hizo la denuncia en el Centro de Atención a la Víctima de Delitos Sexuales. El ADN que le tomaron a Marcelo E. tras su detención coincidió con el de quien violó a esa joven, obtenido a partir del semen.
Con algunas variantes, el discurso solía ser el mismo: handy en mano, a veces bajando del auto en el que circulaba, el hombre de entre 35 y 40 años se acercaba a una jovencita presentándose como policía, generalmente de Drogas Peligrosas. Entonces le “informaba” que había algún procedimiento en la zona o que habían visto a una chica muy parecida vendiendo drogas y lograba convencerla de que subiera al vehículo para ir hasta una comisaría. El paso siguiente era llegar a algún descampado cercano a la circunvalación e iniciar una requisa —a veces a punta de pistola— que terminaba en un abuso sexual.
Entre abril de 2014 y abril de 2016, 17 mujeres de 14 a 25 años denunciaron haber sido sometidas por un hombre de 1,65 metro de altura, robusto y de cabello negro corto que actuaba de la manera descripta. Si bien el patrón daba cuenta de la posible existencia de un violador serial, y hubo sospechosos en la mira, los investigadores no lograron dar con él hasta agosto pasado, a partir de la patente de su auto que tomó la última de sus víctimas, la víctima número 18.
Así, el 20 de agosto Luis Marcelo E. fue detenido en Soldini en un Fiat Duna gris donde iba con su pareja y tres hijos. Lucía anillos de plata similares a los descriptos por algunas de sus víctimas, jóvenes de humilde condición a las que abordaba en zonas periféricas de Rosario. Como no usaba preservativo, la prueba de ADN dio positivo en los seis casos en los que se pudieron tomar muestras biológicas a las jóvenes abusadas. Además de esa prueba irrefutable, también fue reconocido por víctimas.
El acusado, de 39 años, estaba viviendo en la ciudad de San Nicolás donde trabajaba en una radio.
Requisa
El primero de los hechos que se le imputaron ayer a Marcelo E. ocurrió el 4 de abril de 2014. Cerca de las 22.30 abordó a una chica de 18 años que esperaba un colectivo en San Martín y Garibaldi. Según el relato, el hombre bajó de un auto viejo de cuatro puertas que podría ser un Fiat Súper Europa (parecido al Duna en el que fue apresado) con un handy en la mano.
Le dijo a la chica que era policía, le preguntó si había visto a unos jóvenes y le pidió que se acercara al auto para tomar sus datos. Entonces, mientras fingía comunicarse con alguien, le pidió que lo acompañara a la “comisaría de drogas peligrosas” para averiguar sus antecedentes.
Cuando llegaron a un oscuro descampado lindero a la circunvalación, la joven le preguntó dónde estaba la comisaría. El respondió que tenían que esperar, pero enseguida le dijo que podrían arreglar la situación de otra manera y le hizo apagar el celular. Ella le ofreció plata, él no aceptó. Le dijo que se sacara la ropa para revisar si tenía drogas. Ella respondió que eso no correspondía, que debía revisarla una mujer.
El falso policía insistió. Le dijo que se dejara revisar así arreglaba todo y la llevaba otra vez a la parada del colectivo. La chica se sacó la ropa. El tomó su DNI y lo rompió. Se originó un forcejeo, el abusador tiró a la chica sobre unos pastizales, se sacó la ropa, dejó a un costado un arma que llevaba en una funda negra, el handy y un carné con su foto que decía que era policía. Entonces la violó por la vagina y eyaculó. Cuando pudo, la joven corrió hasta un Fonavi cercano, tomó un remís para volver a su casa y horas más tarde hizo la denuncia en el Centro de Atención a la Víctima de Delitos Sexuales. Dos años después, el ADN que le tomaron a Marcelo E. coincidió con el de quien violó a esa joven. Esa y otras evidencias se esgrimieron ayer al imputarlo de abuso sexual con acceso carnal agravado por haber cometido el hecho con el uso de arma.
Relación
Con algunas variantes, el relato de esa joven coincide con el de otras 16 mujeres que denunciaron haber sido vejadas de esa manera. Adolescentes de entre 14 y 19 años y jóvenes de 20 a 25 que fueron abordadas por un hombre que se presentaba como policía y las convencía de subir al auto en el marco de un procedimiento.
Además de las pruebas de ADN, entre las evidencias contra Marcelo E. se colectaron fotos que coinciden con las descripciones aportadas por las víctimas en distintos momentos, ya que al parecer solía cambiar su fisonomía. En esas fotos —algunas obtenidas de su perfil de Facebook— también se lo ve lucir anillos y colgantes también descriptos por algunas chicas.