Foto: Pablo Los Aliados, fotógrafo de naturaleza
El humo de la quema de los humedales llega a San Nicolás y eso nos molesta, nos afecta y todos nos quejamos, pero es difícil tener una dimensión exacta del daño que se está generando a la fauna y la flora de estos hermosos lugares del litoral argentino.
Cuando Kevin Carter, el icónico fotógrafo de la agencia Magnum retrató al niño niño sudanés, Kong Nyong, que por aquel entonces se encontraba famélico y muriendo de hambre a las afueras de su poblado mientras un buitre estaba al acecho, no solo generó indignación , enojo y tristeza en el mundo, esa fotografía generó acciones que pudieron aliviar lo terrible de esa situación.
En la quema de las islas todos nos quejamos, por que nos llega el humo y eso nos afecta, pero no entendemos la gravedad de esta situación y quizás sea hora de pensar que podemos hacer nosotros, todos, por este flagelo que destruye flora y fauna de nuestra región, por que todos sabemos que cuando el humo se aplaque, nos olvidaremos de todo hasta el próximo año.
Foto, Pablo Los Aliados
En esta triste realizad acudimos a un fotógrafo entrerriano, Pablo Los Aliados según su seudónimo, que estuvo en la zona a la par de los brigadistas que luchan contra las llamas que destruyen y matan todo a su paso y que provienen de manos inescrupulosas y criminales. Apelamos a sus fotografías para tratar de asimilar el perjuicio al ecosistema de las islas y ojalá en un futuro cercano poder generar como sociedad acciones valiosas que salven a la naturaleza.
Foto, Pablo Los Aliados
Pablo estuvo con su cámara en la Isla Baigorria, conocida como “isla de los Mástiles” que se encuentra frente del puente Rosario Victoria, registrando el daño que produce el fuego en el corazón de los humedales.
Foto, Pablo Los Aliados
Las palabras de Pablo
” Al estar en medio del fuego junto a los brigadistas me hizo tomar conciencia de la tarea titánica contra el fuego, mi sensación al ver las llamas fue de un ser vivo, poderoso y destructor.
Esta brigada pertenecía a la PFA y estaba compuesta por personas muy jóvenes, algo entendible para el esfuerzo que significa pelear contra el fuego. El calor en su frente es lacerante y te deja sin aire, es como ver una batalla medieval y cuando parecía perdida se escucho el motor de un avión que se acercaba… primero nos sobrevoló y luego en picada con una habilidad increíble soltó una cortina de agua…. Las llamas sintieron el certero golpe y los brigadistas avanzaron aprovechando el momento de debilidad.
Por años se desfinanció a la delegación de islas de Victoria, fui varias veces a verlos, tres de cuatro veces tenían su única embarcación rota…, sin puestos en el territorio que les permitiera hacer un buen control.
Ahora el gobierno gasta más de diez millones de pesos por día para combatir el fuego, esto es lo que nos cuesta no haber invertido en su momento para cuidar este territorio. Cuantos equipos, puestos, personal y lanchas se podrían haber comprado con solo una semana de combatir incendios.
Gracias a todos aquellos que le vienen poniendo el cuerpo a las llamas en la isla, bomberos, voluntarios, brigadistas, pilotos, puesteros.”
Foto, Pablo Los Aliados