18.07.2021
EL DISPARADOR
“(…) Quedó la noche vacía / aún con los barcos del puerto,
¿de dónde será este barco / y quiénes sus marineros?
quedó la noche vacía, /¿y dónde irá este velero?
¿qué mares desgarrará, /y qué vientos? (…)”
(Poema “Puerto” de José María Hinojosa)
Como dijimos hace un par de domingos, el vestuario de Cambiemos (ahora “Juntos”) está complicado. Según un titular dominguero: “la lapicera está en el Palacio”. El mensaje no fue bien recibido por quienes tienen terminales más allá de los arroyos de nuestro pago. En la calle Rivadavia no quieren que se le desbande la monada. Hay muchos emprendedores en las filas del macrilarretismo.
En la interna de “Cambiemos/Juntos”, se juegan cinco lugares, tres de ellos le pertenecen originalmente al passaglismo (Botazzi, Petrucci y Mateucci), otro al radicalismo (Adriana Gonzalez) y uno al Pro (María Eugenia Oviedo) que conducía por aquellos lejanos días de 2017 Suarez Erdaire (hoy embarcado en el Frente de Todos). Como anticipamos, los socios de la coalición oficialista quieren crecer, sienten que, después de seis años de sociedad, merecen algo más. Esto sucede tanto en el orden local como en la segunda sección electoral, donde el passaglismo buscará renovar la banca del hermano Santiago…un objetivo que choca con las intenciones del radicalismo nicoleño.
Esta semana se les sumó un dolor de cabeza. Salieron a la luz operaciones y maniobras para presionar al fiscal federal que los investiga. Santiago Passaglia pidió en 2020 las declaraciones juradas del magistrado, justo al día siguiente de su imputación. El pasado 28 de junio el Procurador General de la Nación interino (apuntado por sus vínculos con el macrismo) resolvió entregar dicha información al diputado provincial, a pesar de no entender el supuesto motivo del pedido la información. La lógica lectura de estos hechos indicaría la intención de futuras operaciones contra el fiscal Matías Di Lello, en base a cualquier dato que pueda surgir, de dichas declaraciones juradas, y ser llamativo para un titular de diario.
El Palacio, el recinto y la calle.
La posible candidatura a primera concejal por el Frente de Todos (FdT) de Cecilia Comerio tiene preocupado al passaglismo. Creen que es un movimiento arriesgado, pero que podría cambiar el paisaje de la esquina de Sarmiento y Lavalle, dándole una visibilidad a todo lo que allí sucede (algo que hasta ahora no han podido lograr ninguno de los actuales ediles de la oposición). Sería casi como volver a prender la luz, en un ámbito que el passaglismo condenó al oscurantismo de un trámite burocrático y que la pandemia terminó de liquidar a partir de las sesiones remotas. Devolverle la luz al Concejo Deliberante no solo sería beneficioso para los 20 ediles que lo conforman, sino para toda la sociedad nicoleña. Se recuperaría el ámbito natural donde se tienen que dar ciertas discusiones y conflictos, a pesar de las circunstanciales mayorías y minorías. Quienes levantan las banderas del republicanismo y la división de poderes, parecen mirar para otro lado en el orden municipal.
En la era AP (antes del passaglismo), el poder político de la ciudad convivió en el Palacio de calle Rivadavia y Pellegrini. Los distintos intendentes y concejales/as -de todos los colores- solían cruzar chicanas futboleras o políticas ante la mirada penitenciaria de los peces de colores de la fuente y los informantes de Pepe Corrillo. Esta cercanía favorecía la rosca, a veces transformaba el edificio en una extensión del club o de Augustus, pero daba estatus a la visita de cualquier vecino y no dejaba dudas de que el poder político pasaba por ese viejo panóptico.
El passaglismo apagó la marquesina del Concejo en el momento que logró su mudanza hacia la vieja escuela normal. Las cuatro cuadras que separan un edificio de otro son suficientes para entender que un lugar habita el poder y en el otro la marginalidad política de una escribanía. Ir al Palacio hoy para cualquier concejal es ser un visitante, incluso para les oficialistas.
La centralidad del Palacio Municipal se constituyó a fuerza de las sucesivas mayorías en el Concejo Deliberante, hasta transformarlo en una escribanía después de 2015. Como dice un trabajador municipal perteneciente a una antigua capa geológica del peronísmo: “hoy lo mejor que le puede pasar a un concejal passaglista es que lo nombren funcionario. Antes era al revés, los funcionarios soñaban con ser concejales”. Toda una radiografía del poder, en la sabiduría de un baqueano.
En caso de desembarcar en el Concejo, la actual Directora del Consorcio Portuario le daría un nuevo status al juego político entre el concejo y el palacio, haciendo de alguna manera un contrapeso con una fuerte figura local. Para ello necesita un acuerdo político que le garantice presidir la unificación del bloque del Frente de Todos. Nadie puede pretender conducir la ciudad sin conducir esa orquesta sin partitura. Y es lógico que ese lugar lo obtenga ella como gesto de sus pares, si es que la apuesta de todes es gobernar la ciudad a partir de 2023. Después de todos estos años de disputas, internas, operaciones y cierre de listas complicados, solo un miope político o alguien que trabaje para el passaglismo podría desconocer o ningunear la figura de Comerio en el espacio del Frente de Todos. La última ceniza que soplaban quienes pretendían enfrentarla, se apagó en el momento de la eyección de Lisandro Bonelli del Ministerio de Salud de la Nación.
Otro objetivo de la oposición es encontrar una línea de trabajo propositiva dentro y fuera del Concejo que contemple las viejas y nuevas agendas, pero que además pueda articular con lo que sucede en la calle. Anticiparse a los conflictos, instalar temas, generar mayores niveles de discusión en la sociedad y fundamentalmente lograr la articulación entre “la calle” y el recinto es otra falencia de la actual oposición. Sería un crecimiento y haría más vistoso el juego político de les concejales del FdT, incluso perdiendo luego las votaciones como pasa en la actualidad. Lo que desconcierta y desanima no es perder, sino no saber a que se juega. Todos sabemos sumar 11 más 9, la política es un poco más compleja e interesante que eso.
No es fácil, pero tampoco difícil.
El Frente de Todos renueva cinco bancas en la ciudad. Tres de ellas corresponden a la lista de Unidad Ciudadana (Jaime, Engelbrecht y Gómez) y las otras dos al Frente Renovador (Pastocchi y Vazquez).
El primer problema radica en las pretensiones del Frente Renovador de mantener las dos bancas a nivel local y un lugar con expectativas en la lista de once diputados provinciales por la segunda sección, donde Bonelli encabezó la lista del FR en 2017. Este puede ser un buen planteo para iniciar una negociación, pero todos saben que 2017 quedó lejos y hace tiempo. Según declaró Pastocchi esta semana,”la unidad se puede lograr, depende de la generosidad y humildad de los dirigentes”. En este caso pareciera que ambos atributos deberán buscarse en el espacio del que forma parte el concejal, a cuyo responsable político esperan pacientes para facturarle el traspié del “vacunagate”.
La segunda definición radica en el espacio que reclama el arco sindical. En el 2017 (año de extremo aislamiento y soledad para La Cámpora y el resto del kirchnerismo) el tercer lugar de la lista fue ocupado por la UOM local, a través del dirigente de la juventud metalúrgica, Jesús Gómez. Esta fue una definición que tomó acertadamente Naldo Brunelli, a contramano de lo que en aquellos días profesaba Antonio Caló, quien apoyaba la candidatura de Florencio Randazzo. Desde aquel momento, el sindicato más importante de la ciudad se mantuvo alineado, a pesar de las expectativas no cumplidas en el cierre de listas de 2019. Todo indica que ese acuerdo se mantendría y que los demás gremios de la CGT y la CTA deberán ocupar puestos más alejados en la lista. Algunos como Camioneros o el Suteba obtuvieron sus respectivos ediles en 2019, no sería lógico una disputa en esta oportunidad. Mario Almirón, Secretario General de UOCRA San Nicolás, salió a patear el tablero hace algunas semanas con resultado incierto pero poco esperanzador para otros que pensaban en el mismo camino como posibilidad.
Como en todos los años impares, han florecido algunos espacios políticos que pretenden “jugar”. Uno es el recientemente estrenado sello de Todos x San Nicolás de Gustavo Diaz Bancalari, uno de los tantos herederos del gran dirigente peronista de la ciudad. Gustavo tiene como antecedente haber encabezado la derrota en la interna de 2011 contra Ismael Passaglia, poco más se puede decir de su historial político con posterioridad. A este, se suma el lanzamiento de la agrupación política de Sergio Berni “La 20 de noviembre” en la segunda sección electoral. En nuestra ciudad tiene como referente a Walter “Tito” Delgado, quien en la campaña de 2019 caminaba la segunda sección con Mario Almirón. Si bien se supone que el ministro bolsonarista de Kiciloff tendrá un espacio importante en las listas, hay que ver qué fichas prefiere cuidar a la hora de los cierres. Se sabe que su objetivo es ganar la intendencia de Zárate en 2023 y que las veces que habló de San Nicolás fue para apoyar el accionar de la policía de los Passaglia en el Parque Rafael de Aguiar. También reapareció en estos días Gabriel Mourino, quien perdió la interna de Unidad Ciudadana en 2017 y pretendió repetir -sin éxito- la aventura en 2019. Esta vez, el joven ingeniero parece haber apoyado los pies en la tierra y tuvo declaraciones de semáforo en verde para la unidad del FdT. Finalmente, lo tenemos a Rubén “El Restaurador” Andino, presidente del Partido Justicialista local y ex funcionario de Ismael Passaglia. Quienes lo conocen de años, señalan su estrecha relación con el Secretario General de Luz y Fuerza, Guillermo Mansilla. Como verán, todos los referentes de estos espacios son varones, una característica que a la hora de armar listas con la actual ley de paridad suele ser un problema extra sobre la mesa.
Por lo pronto, el escenario de cierre está abierto. Principalmente porque la definición de Cecilia Comerio de encabezar o no la lista abre escenarios distintos. De presentarse, simplificaría algunos acuerdos en término de gestualidad política y comenzaría a dibujar un horizonte de cara a 2023. Saber hacia dónde se camina da tranquilidad, ordena expectativas y calma ansiedades.
Además, el hecho de encabezar una mujer la lista obliga a replantear los demás lugares. De los cinco concejales con expectativas de entrar el Concejo, tres serían mujeres. Estas definiciones se encadenan también con lo que pase en la segunda sección electoral. Allí el FdT local necesita aumentar su presencia. La única banca que ocupaba era de Lisandro Bonelli, quien tomó licencia en diciembre de 2019 y fue reemplazado por Micaela Morán (oriunda de Zárate, según operadores de la segunda sección la ex tenista profesional goza de mayor simpatía por parte de Sergio Massa para renovar su cargo).
La posibilidad de que Tito Jaime o Muriel Engelbrecht sean candidatos por la segunda sección también modificaría la lista local del Frente de Todos. De esta definición, dependerá si en el ámbito local se abre un espacio para una mujer o un varón, tal como establece la ley de paridad.
En apenas unos días, el próximo sábado 24 de julio, cerrará el plazo para la presentación de listas. La posibilidad de una interna en el Frente de Todos local no parece ser una alternativa como en elecciones anteriores. Como dicen en las calles habaneras “no es fácil…pero tampoco difícil”.