13.08.2020 Según estadísticas extraídas del Relevamiento Nacional de Barrios Populares, realizado para la entrega del Certificado de Vivienda familiar, 3 mil familias viven en San Nicolás sin acceso a los servicios básicos (como agua, cloaca, luz), ni ifraestructura digna en sus viviendas. Se calcula que 12 mil personas entre niños, adultos y ancianos. El relevamiento mencionado señala 17 barrios en estas condiciones en la ciudad, a los que la lay 27453 de Régimen de Regularización Dominial para la Integración Socio Urbana llama Barrios Populares. Además de ser desatendidos por las obras que realizó y estipula realizar el municipio en su futuro, algunas de esas obras han profundizado el conflicto del hábitat en algunos de estos barrios, donde familias fueron relocalizadas en programas de viviendas municipales en barrio San Francisco y barrio Colombo, y otras familias que no quieren dejar la barriada, se encuentran en un estado de incertidumbre con respecto a su futuro y a las intervenciones que el estado municipal he generado en sus barrios.
El as de la familia Passaglia.
Que el gobierno municipal de la familia Passaglia tiene como fuerte las obras privadas y las obras públicas, es ineludible. No se puede negar el mejoramiento edilicio que va a quedar en la historia, como así también las ostentosas construcciones del Autódromo y el Estadio Único. Luego se puede bifurcar esta afirmación hacia otros canales de hipótesis y discusiones válidas, pero no vienen al caso precisamente en este artículo. Más allá del instalado debate, si los Passaglia ejecutan obras porque también hacen negocios o no, de si son dueños de un ejercicio político “de pan y circo” o no, existe otra problemática de la que nadie habla y también está relacionada a la voracidad de cemento de los últimos gobiernos municipales.
Problemática sobre la cual el periodismo no pregunta, la oposición nunca nombra y el municipio conoce pero no informa, ni es claro en algunos movimientos. Nadie habla del coletazo a los invisibilizado. En otras palabras, nadie habla de las obras que afectan las viviendas o ranchos humildes de cientos de familias nicoleños cuando avanza la obra municipal o la obra pública. Es el caso de los vecinos de Villa Cavalli y el proyecto de parque verde y obra privada del Batallón. Lo mismo ocurre con las 30 familias que viven en un pulmón del Monte de la Estación, donde hace unos pocos días el municipio anunció la creación de un paseo recreativo en el monte, lo mismo con los vecinos de Villa Piolín que viven sobre en zanjón de zona sur nunca finalizado en su totalidad. Si bien es cierto que el gobierno municipal otorgó casas a las familias en los barrios Colombo y San francisco, entró en tensión con los vecinos que no quisieron dejar sus domicilios, teniendo que retroceder ante el llamado Certificado de Vivienda Familiar, obtenido por los vecinos por medio del Relevamiento (RENABAP) realizado en San Nicolás por relevadoras del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE).)
Pero antes de ahondar en el desarrollo de los conflictos en cada barriada mencionada (Villa Piolín, Villa Cavalli y Villa Estación), sería conveniente acceder a datos estadísticos concretos sobre la porción de la población de los barrios vulnerables, que en este texto llamamos los invisibilizados y se extienden al hábitat de 17 Barrios Populares.
Los invisibilizados.
El 10 de octubre del año 2018 es sancionada la ley 27453 del Régimen de Regularización Dominial para la Integración Socio Urbana. Gracias a esta sanción el RENABAP ingresa dentro del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, de esta manera se crea la Secretaria de Integración Socio Urbana, cuya secretaria es Fernanda Miño quien fue la referente nacional de La Mesa Nacional de Barrios Populares, un organismo creado por militantes de las organizaciones Sociales y vecinos de estas barriadas para dar respaldo y articular con el Estado soluciones concretas para los barrios. La Mesa de Barrios Populares San Nicolás, integrada por militantes del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y vecinos de los barrios, censaron y gestionaron ante el ANSES el llamado Certificado de Vivienda Familiar para más de 2000 familias. Este Certificado le permite a los vecinos inscribir sus domicilios y realizar pedidos ante cualquier ente público del Estado sea Nacional, Provincial o Municipal.
Según las estadísticas del RENABAP son 17 los barrios considerados Barrios Populares en San Nicolás, habitados por unas 3000 familias, que en un promedio de 4 habitantes por familia arroja un números de 12.000 personas entre adultos, ancianos, adolescentes y niños, que viven en condiciones de desigualdad, con respecto a vivienda digna, servicios públicos y derechos vulnerados.
El coletazo en carne y hueso.
Villa Cavalli
Un ejemplo del coletazo de las obras municipales a los habitantes de estas barriadas, es el caso del Villa Cavallii. Mientras el gobierno municipal llamaba un día histórico al derrumbe del paredón del batallón y ponía a parte de la ciudad de cara al río, detrás del muro con cada golpe de la topadora, también crecía la angustia de los vecinos del lugar. Pero esa angustia no crecía en todos los vecinos de Cavalli, sólo en aquellos que no aceptaron la erradicación de techo por techo que ofreció el municipio meses antes al derrumbe mencionado. Unos meses atrás el municipio se presentó en Cavallí y a través del área de Acción Social con María Rosa Méndez como titular, le comunicó a los vecinos que debían irse del barrio, que esas tierras no eran de ellos y debían abandonar el lugar. El trato era techo por techo, el municipio daba una casa a los vecinos en barrio San Francisco y en barrio Colombo, y una vez firmada la erradicación, el vecino debía derrumbar su casa. Más allá de los inconvenientes que surgieron en esa suerte de trato entre el municipio y los vecinos de Cavalli, que por incertidumbre u oportunidad aceptaron irse del barrio (algunos fueron a vivir más hacinados de lo que estaban), la problemática se pone de manifiesto con los vecinos que no quieren abandonar el lugar.
Los vecinos que ya habían obtenido o tramitado el Certificado de Vivienda Familiar, se concentraron en el Concejo Deliberante junto a militantes del MTE para exponer el derecho que les otorga el certificado de permanecer en sus lugares y también de exigir mejoramientos en sus barriadas. De esta manera se detuvieron las relocalizaciones y en el presupuesto del año 2020, el municipio destinó 58 millones de peso para la urbanización del barrio. Desde aquel entonces hasta ahora, se frenaron las erradicaciones y apenas si los vecinos han visto lo que ellos creen son agrimensores, realizando medicines y marcando el terreno del barrio, pero nada más que eso. El municipio no es claro ni frontal con los vecinos, quienes viven en una sensación de incertidumbre, por lo que al momento de la redacción y publicación de este artículo, se encuentran organizados en el organismos que ellos mismo crearon llamado Mesa de Barrios Populares San Nicolás como ya se apuntó, en estado de alerta con respecto al futuro de su vivienda.
Villa Estación
Villa Estación está conformada por un conjunto de viviendas precarias, construidas en una suerte de pulmón del lugar y fuera de la vida de los transeúntes o automóviles. La barriada no se ve desde calle Morteo, ni calle España ni calle República, que son las que envuelven el lugar. Los árboles y una viejo tanque de la antigua estructura de la Estación (también habitado por familias.) En su momento cuando el gobierno municipal remodeló el viejo edifico de la Estación de Trenes, se erradicaron algunas familias que vivan en ranchos de lona, chapa y cartón y se los ubicó en casas construidas por el municipio. Sólo se trasladaron 2 de las 6 familias, de las que sus hogares daban a la nueva vista de la flamante remodelación edilicia de la Estación.
“Remodelaron el edifico de la Terminal, sacaron los vagones al costado de las vías y derrumbaron un galpón donde vivían varias familias. Mientras tanto vino una tal María Rosa de parte del municipio y dijo que sólo iban a trasladar las 6 familias que estaban más cerca a Terminal, pero trasladaron solo 2 familias. Una vecina que tenía un ranchito le dieron una casa en San Francisco, después a Braian y a su mujer le dieron una casa en barrio Irigoyen, esa casa estaba usurpada por una señora entonces el municipio le dio los papeles a ellos. No le dieron aviso, de una día para otro le dijeron que se tenían que al otro día iban a derrumbar el rancho para avanzar con las obras.”
Hace unas pocas semanas atrás, el municipio da anunció a la sociedad por medio de la prensa, de un plan de desarrollo de un parque público de 8 hectáreas en la zona del Monte de la Estación. El Secretario de Obras Públicas del municipio expresó en un medio local, “poner en valor un espacio que tiene una magnitud, que tal vez no dimensionemos en todo su potencial” y agregó “la idea es transformarlo en un espacio de uso público masivo.”
“Con la pandemia frenó todo, entonces varios comenzamos a construir o hacer remodelaciones en nuestras casas, por más humildes que sean, hemos comprado materiales y levantado alguna habitación. Ahora anuncian la construcción de un parque recreativo en el Monte de la Estación, pero nadie nos dice qué va a pasar con nosotros.”
Villa Piolín
En el año 2017 arrancaba la obra de entubamiento del zanjón, que recorre la zona sur y va desde autopista hasta la desembocadura del río. Tiene 2 kilómetros y medio de recorrido y al día de hoy no está finalizado en su totalidad, falta terminar el tramo que va desde Villa Piolín hasta la desembocadura del río por lo que la obra estaría cubierta en un 70 %. El entubamiento se realizó con hormigón y losa, debajo de la cual pasan dos tubos paralelos con un diámetro superior a los 3 metros cada uno. El entubamiento del cauce a cielo abierto permite aliviar los problemas de inundación que afectara durante años a los barrios que están sobre su margen, como 9 de julio, Santa Rosa, Los Pinos, Savio, entre otros. Pero además de aliviar los desagües, la obra tiene múltiples beneficios, ya que también elimina focos de malos olores y eventuales riesgos infecciosos.
En el mes de junio de este año, aparecía en un artículo de un medio local, la siguiente afirmación: “El resultado de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias que empezaron a sentenciar la salida de Vidal de la Casa de Gobierno parece haber forzado el desfinanciamiento de un proyecto que es responsabilidad del Gobierno bonaerense por tratarse de una obra hidráulica.” Pero lo que no dice dicho artículo y expresa otra fuente allegada a este medio: “la obra la financiaba la provincia pero no había documentación firmada, la gobernación provincial de aquel momento le decía al municipio que vaya haciendo la obra y después le pagaba. Con el nuevo cambio de administración provincial, cuando el municipio fue a pedir el dinero invertido y el que falta para terminar la obra, la nueva gobernación le dice que no había ningún documento que certifique tal gasto y tal compromiso. De esta manera se paró la obra y se está reestructurando dicho financiamiento.”
Al momento de adjudicarse la obra, en 2017, el presupuesto oficial era de 323 millones de pesos. Pero las constantes devaluaciones de 2018 y el brutal salto que diera la cotización del dólar al día siguiente de las PASO de 2019 provocaron que aquel presupuesto quedara completamente desfasado. El costo total de la obra hoy supera los 900 millones de pesos.
Alrededor de 40 familias de villa Piolín, viven sobre el último tramo del zanjón de zona sur, aún sin terminar. Una vecina del lugar dio su testimonio:
“El mayor peligro son los niños, sin ir muy lejos mi hija se cayó al zanjón. Para colmo no dejaron vereda para transitar por ahí, tenés que caminar por la avenida con el constante paso del transporte pesado, de camiones que van y vienen del puerto o de Siderar. Me daba mucha bronca ver cómo el municipio hablaba de prevenir el dengue durante el verano, y las partes que están rotas del zanjón, son un caldo de cultivo no sólo para el dengue, sino para las alimañas que se te ocurran. Nosotros queremos pagar la luz formal con la empresa, sufrimos mucho la baja de tención, siempre se nos quema algo a los vecinos, o el lavarropas o la heladera. Lo mismo pasa con el agua, que sale aún más turbia cuando comenzaron con la obra del zanjón, obviamente tenemos conexiones precarias al caño madre. Queremos acceder a los servicios de manera formal y pagar como corresponde, pero no hay voluntad por parte de los políticos.”
Una ciudad para todos.
Ni bien el Intendente Manuel Passaglia ganó las elecciones, en el medio de la euforia del triunfo, mientras Danilo Petroni decía “demostramos que con una buena administración, se le puede ganar a la corporación política sindical”, el flamante Intendente ya no más interino de su padre, decía a viva voz por el micrófono a éste y otros medios, “se va a terminar la San Nicolás de las diferencias, ya no habrá dos ciudades para los nicoleños centro y de los barrios. Llegó el momento de materializar dicha expresión, bajo un mapa anteriormente desarrollado, donde hay un organismo conformado por vecinos y militantes que empoderan un Certificado de Vivienda Familiar y una ley, un municipio que relocaliza a los vecinos que quieren irse de los Barrios Populares, pero que no es claro con los que quieren quedarse. Tampoco se hizo anuncio de obras en estos vértices. Está claro que en la ciudad de los hechos, hay hechos que aún faltan y comprometen la vida digan de 12 mil personas.