Juego simple
15.07.2019 En la época de las redes sociales, donde tanto grande como chicos exhiben en tiempo récord el día a día de sus vidas, donde en el fútbol todo pasa demasiado rápido y se corre mucho mas de lo que se juega, fiel a su estilo, Federico Scoppa para la pelota. Alejado de las redes, piensa y juega, igual que dentro de la cancha. Aquel joven rebelde que llegó a la primera de Boca y al Sub 20, hoy aplomado y seguro, se sienta mano a mano mientras arma las valijas para emprender una nueva aventura en el Vicenza de Italia.
“Entendí de grande lo bueno de quedarse más de un año en un lugar, o mejor dicho porque los equipos importantes te hacen contratos de dos o tres años, aunque si no estás en el top, estar tanto tiempo en un lugar es complicado” arranca la charla el volante. Y confiesa “Yo cambiaba mucho por el carácter que tenía, porque si alguna vez pasaba algo que no me gustaba mucho, me iba y a veces eso me llevó a tomar malas decisiones”.
Enseguida, Federico detalla un par de situaciones que reflejan esto último: “Me pasó en Loja, en Ecuador, nosotros ganamos el campeonato en la B, ascendemos y querían que me quede. Pero no habían gustado un par de cosas, me fui y al otro año terminó jugando la Libertadores. Lo mismo antes en Portugal, con el problema entre Boca y Porto por mi pase, que Cristian Traverso consiguió sacar de Boca, todavía no se cómo y me llevó a Portugal. En Porto donde me hacen un contrato de cuatro años y me dan a préstamo, pero se genera un conflicto con FIFA y me quedó parado. Yo tenía un contrato vigente con Porto, pero después de un año sin jugar, el club me hacía intentar de resolver la situación a mí, hasta que me cansé, arreglé y firmé la rescinción perdiéndome tres años de contrato. Eso fue responsabilidad mía, además de no tener una persona que me valore a mí como jugador. Mi carácter, el ser un poco orgulloso me llevaron a tomar malas decisiones y cambiar tanto”.
– Después de tanto andar, vas por el tercer año en Italia ¿Por qué estabilizarte allá?
– Italia fue el país más parecido a nosotros que vimos con mi mujer. No nos costó acostumbrarnos. Será que allá que tienen las mismas costumbres que nosotros, sumado a que el país es hermoso y en el sur, en el lugar que estuvimos nosotros, Bari, la calidez es igual a la nuestra.
– Además justo te tocó ser papá allá…
– Feli nos nació en Italia, donde todo es más complicado, sobre todo para mi mujer. Internarse allá, cuando todavía no hablábamos bien el idioma no fue fácil, son anécdotas lindas, pero no es sencillo. Todo el mundo quiere ser jugador de fútbol, pero no es todo así de top como se ve en la tele, en nuestro caso que somos jugadores normales. Son años de sacrificios, donde perdes muchas cosas, que por más de que te vaya muy bien, no las volves a recuperar. El tiempo con la familia no se recupera, aunque te retires joven y tengas una buena posición económica. De hecho, el año pasado falleció la abuela de mi señora y nosotros estábamos en Italia. Por eso digo que es lindo vivir de lo que te gusta, pero no es todo tan fácil.
– ¿Cuán importante es tu señora en todo esto?
– Ivo en todo esto es fundamental, importantísima, le estoy agradecido porque no cualquiera se iría y ella postergó su carrera para irse conmigo, pese a que su familia no estaba convencida.
– ¿Todo lo sucedido con tu pase, o esto de tu señora te hizo dudar en algún momento si el fútbol era para vos?
-Pese a todo, nunca pensé que el fútbol era para mí. Y eso que yo me quedé dos veces parado, pero me entrenaba todos los días sabiendo que me iba a llegar la oportunidad.
– ¿Cómo ves la realidad de nuestro país desde afuera?
– Desde afuera se nota que no estamos bien como sociedad, no lo digo con alguna influencia política porque eso no me interesa. Pero es claro que no estamos bien. Creo que lo principal es que no buscamos mejorar y es lo que más me preocupa, no buscamos salir adelante. Yo vengo acá, a Avambae, mi barrio de siempre, salgo a correr por ahí, veo como esta todo y me preocupa. Hoy la tele nos muestra cosas, donde es normal ver a alguien como Pablo Escobar como un ídolo y eso no está bueno. Cuando sos asesino y delincuente eso no se modifica. Más allá de eso, nunca pensé en no volver, soy muy de acá. Me crié acá y pienso que me voy a morir acá.
– Y en ese panorama, el fútbol debe verse un poco peor ¿No?
– El problema es que vemos todo como normal. Pasó lo del 38 a 38 en la elección de AFA, pasa que se arreglen los partidos, entre otras cosas y acá se habla dos días y ya está. En otro lado te tratan de mafioso. En la selección, todo el mundo te habla de proyecto y nadie lo respeta. Hoy River, a mí me tocó estar en Boca y ver lo que fue el Boca de Bianchi, no desde adentro, pero respetaron un proyecto en serio, realizando tres o cuatro incorporaciones al año o cuando estuvo Basile, ahí tenés los resultados. Falta coherencia y gente que entienda como es esto.
– ¿Cuál es la principal diferencia que notas en las inferiores actuales a las de tu época?
– No se están viendo grandes jugadores porque ya no se ve eso de jugar en los barrios. Hoy los chicos por ahí prefieren jugar a la Play en vez de ir a jugar un torneo al barrio con amigos o con gente más grande que te mataban a patadas y eso influye en el futuro del jugador. Antes en cada barrio había una cancha, hoy lo veo con mi sobrino que tiene que cruzar la ciudad para jugar porque no hay mucho. Otra cuestión es la presión que los padres le ponen a los chicos y ni nos vayamos a los clubes de AFA, en los clubes de la liga nicoleña, donde los padres les gritan a los chicos y a los árbitros como si jugaran en la selección. A veces da vergüenza ajena. A mí en Somisa me tocó tener al Topo Viglione y a Cacalo Rissone, dos personas de las que hoy se encuentran poco en el fútbol, te hablaban y te corregían todo el tiempo. El Topo jugó mucho y Cacalo era especial.
– ¿Todo esto te saca o te da ganas de seguir trabajando en el fútbol cuando te retires?¿Te pensás técnico en un futuro?
– Si, me gusta. Para los técnicos tampoco es fácil, pero me encantaría serlo. Acá es complicado, porque perdés tres partidos y te tenés que ir, por eso los técnicos de hoy hacen lo mismo que hacemos nosotros los jugadores. Están lejos de su familia, la ven una vez por mes y eso es lo que me alejaría un poco. Pero quedarme acá en San Nicolás, trabajando con chicos de 14 años en adelante me encantaría.
– ¿Te queda algo pendiente aún en el fútbol?
– No me quiero ir de Italia sin ganar un campeonato, lo cual es muy difícil. El fútbol de allá es muy parejo, se piensa mucho y me gusta, por eso no es fácil. Para mi la Serie C es más que el Nacional B. Después de lo que fueron los dos años en Monopoli, ahora veremos si se da en Vicenza.
A un toque:
Camiseta guardada:
Todas la de los clubes que jugué, incluso la del Sub 20. La mas especial, la del debut en Boca.
Idolo:
Mis viejos, hicieron mucho para que no nos falte nada
Un referente de tu puesto:
Sebastián Battaglia
Referente de otro deporte:
Me gusta el boxeo, así que Maidana o Mathisse
Un socio adentro de la cancha:
Mariano González, jugar con el era increíble.
Un técnico:
Gabriel Gómez, es increíble.
Un formador:
Jorge Griffa
El lugar más lindo que te tocó jugar:
Italia, hablando de afuera, pero el más lindo sin dudas fue la Bombonera
Un club para jugar:
Me hubiese gustado jugar en Porto
Un lugar de San Nicolás:
Mi barrio, Avambae
Por Nicolás Pastocchi, para Dossier Deportivo