En dos etapas, bien diferenciadas por su regreso a las canchas como futbolista luego del doping positivo en el Mundial ’94, Diego Maradona también dejó su impronta inconfundible como director técnico. Desde aquel fugaz y también polémico paso inicial como entrenador de Mandiyú de Corrientes, y meses más tarde en Racing de Avellaneda, luego sus experiencias en la selección, en el Oriente Lejano y en el ascenso mexicano, hasta llegar a su reciente período como DT de Gimnasia, el Diez obtuvo algunos resultados importantes al otro lado de la línea de cal. Repasamos hoy lo más significativo de Maradona entrenador, etapa en la cual más allá de aspectos estadísticos, de su valía como líder de grupo dan cuenta aquellos futbolistas que hoy refieren con orgullo haber sido dirigidos por él.
En la tierra de sus padres
Como consecuencia del doping positivo en el partido Argentina-Nigeria del 25 de junio de 1994, Maradona había sido sancionado por la FIFA durante quince meses y eso le permitió comenzar, de forma anticipada e inesperada, su carrera como director técnico. Diego firmó su contrato con la entidad correntina el 3 de octubre de 1994, y debutó al frente del equipo en la sexta fecha del Torneo Apertura de 1994 ante Rosario Central en la cancha de Huracán Corrientes, donde siguió el partido desde la platea, ya que aun no tenía el correspondiente título habilitante. Carlos Fren era su ayudante de campo y Elvio Paolorroso el preparador físico. Fueron 12 partidos, con una victoria, ante Gimnasia y Esgrima de Jujuy por 3-0, seis empates y cinco derrotas. De su paso como DT, aún es recordada en Corrientes la igualdad obtenida ante River Plate: fue 2 a 2 en el Monumental.
Cuatro meses en el Cilindro
Su paso por Racing como DT fue en 1995 de la mano del entonces presidente del club, Juan Destéfano, quien había asegurado a Maradona que formaría parte del plantel de la Academia como jugador en septiembre del ’95, una vez cumplida la sanción de FIFA. Como DT, Maradona comandó a Racing en once partidos: dos triunfos, seis empates, tres derrotas. Fueron cuatro meses en el banco académico y su salida se debió a una costumbre maradoniana: Diego apoyó a Destéfano para su reelección como presidente de Racing y el 6 de mayo de 1995 Osvaldo Otero fue electo presidente al ganar las elecciones. Tras ese comicio Maradona decidió dar un paso al costado en muestra de lealtad para con quien lo llevó de entrenador a la “Academia”.
El cargo que se ganó en la cancha
Tras la renuncia de Alfio Basile, en octubre de 2008, el gran capitán argentino llegó al cargo que tanto soñaba desde su retiro como futbolista: entrenador de la selección nacional. Carlos Bilardo lo acompañaría como Director de Selecciones Nacionales. El debut fue el 19 de noviembre de 2008 en Escocia, ganando el equipo nacional por 1 a 0 ante el local, con gol de Maximiliano Rodríguez.
Luego vendría el camino que restaba jugar por las eliminatorias a Sudáfrica 2010, y en esos partidos alternó resultados muy negativos, como la dura derrota 1-6 en Bolivia y el 1-3 en Rosario ante Brasil, con la victoria salvadora ante Perú -heroico gol de Palermo bajo la lluvia mediante- y el 1-0 triunfal ante Uruguay en el Centenario para poner a Argentina en otra Copa del Mundo. Muchos apostaron al fracaso de Diego en ese intento, pero él mismo se encargó de enrostrar esa mala onda en la propia cara de algunos periodistas en la conferencia de prensa posterior a la clasificación.
En la competencia del Grupo B en Sudáfrica, enfrentando a Nigeria, Corea del Sur y Grecia, el seleccionado argentino dirigido por Maradona ganó los tres partidos y pasó con holgura a octavos de final. Allí venció 3 a 1 a México y se metió entre los ocho mejores del certamen. La dura derrota ante Alemania en cuartos deslució un buen desempeño del conjunto nacional en la decimonovena Copa del Mundo, donde Maradona alcanzó una mejor perfomance que muchos otros entrenadores en idéntico cargo.
Aquí un enlace con las estadísticas de los entrenadores de la selección nacional, desde Menotti a la fecha.
https://ar.marca.com/claro/futbol/seleccion-argentina/2019/07/09/5d23fd80e2704eeb2f8b4741.html
El ciclo se terminaría cuando a Maradona supieron conminarlo al adiós: le pidieron la cabeza de algunos integrantes de su cuerpo técnico. Pedirle eso y decirle que se vaya, en lenguaje maradoniano, era exactamente lo mismo.
Diego de Arabia
Al cabo de su etapa en la selección, a Maradona le ofrecieron ser entrenador de Ucrania y del Aston Villa, pero finalmente se hizo cargo del Al Wasl, en Emiratos Árabes Unidos. Luego de un sexto puesto en el primer campeonato, y habiéndosele renovado el contrato para una segunda temporada, mientras el equipo marchaba en octava posición, Diego fue despedido por la directiva.
En 2017 fue contratado por Al Fujairah, club de la segunda división de los Emiratos. Al mando del equipo, Maradona logró llevarlo a pelear por el ascenso, pero un empate ante Khor Fakkan lo privó de uno de los accesos directos. Al Fujairah terminó invicto en 22 partidos y logró ascender en el repechaje, ya sin Diego como entrenador.
Un cuate de Sinaloa
Maradona y México, una historia que nació en la gloria de 1986 y que tuvo un capítulo agridulce -pero muy positivo- décadas después. En 2018 Diego llegó a Sinaloa para dirigir a Dorados, un equipo del ascenso mexicano que no lograba salir de los últimos puestos de la tabla de posiciones. Con su carisma, su conexión con los futbolistas y merced a un gran trabajo motivacional, el equipo de Culiacán llegó a clasificar para la liguilla definitoria, alcanzando la mismísima final. Una final que le fue esquiva por dos campeonatos consecutivos. Sin embargo todo el ambiente futbolístico de México reconoce que el paso de Maradona por el banco de Dorados tuvo un gran mérito, mucho más allá de lo que algunos pesimistas auguraban de antemano.
Sus problemas de rodilla, el peso emocional de tantos años en el exterior lejos de su familia, y las dos finales perdidas fueron mellando el ánimo del Diez que decidió emprender el camino de regreso a su patria.
El corazón en el Bosque
En septiembre de 2019 la llegada de Maradona a Gimnasia revolucionó el fútbol argentino. Creció la masa societaria del club del bosque platense, aumentó el interés de los auspiciantes, futbolistas de renombre accedieron a sellar su vínculo con el Lobo, miles de fanáticos de otros clubes siguieron a Gimnasia por el sólo hecho de ver de cerca al ídolo y los homenajes del fútbol argentino se repitieron en todas las canchas del país. Fiel a su estilo, Maradona entabló un romance definitivo con el pueblo “tripero”, que le juró amor eterno. Siendo técnico del equipo lo sorprendió su destino final el fatídico 25 de noviembre de 2020, mientras dormía en su controvertida internación domiciliaria de Dique Luján.
Para destacar también tres perlas de esas que nunca faltan en cualquier repaso de la vida del más grande. Su paso como fugaz manager de Almagro, su cargo de Presidente Honorario de Dynamo Brest de Bielorrusia y su condición de entrenador emérito de Deportivo Riestra, que con Diego Maradona como consejero técnico consiguió el ascenso a la Primera C.
El balance estadístico de Maradona como entrenador arroja un nada despreciable 55 % de eficacia. Pero más allá de eso, se pueden citar experiencias altamente positivas como su paso por Dorados, su excelente campaña con Al Fujairah, meritorios hallazgos en la elección de futbolistas y, fundamentalmente, el aspecto motivacional del que no se cansan de hablar quienes fueron sus dirigidos.
Sin dudas Diego hizo escuela jugando al fútbol, y comunicándolo. Por eso el trayecto de su legendaria historia también reclama una estación pegada a la línea de cal, o mejor dicho, una estación cuya escenografía esté resumida en ese trono que lo acompañó durante sus últimas tardes de fútbol…
