En la temporada 86/87 del Calcio italiano, Maradona había logrado comandar al Nápoli a su primer scudetto. Fue la primera consagración del equipo napolitano en sus 61 años de existencia. Pero no se quedaría en esa hazaña el astro de Villa Fiorito. Buscaría una hazaña aun mayor: un nuevo scudetto para afianzar la presencia del Sur, peleando de igual a igual con el Norte poderoso. Esa segunda consagración en la Serie A llegaría en la temporada 89/90, y en el primer tramo del arduo trayecto por conseguirla, dejaría en el camino al Milan de Silvio Berlusconi, goleándolo por 3 a 0. Uno de esos tres goles, tuvo el inconfundible sello maradoniano.
62.283 espectadores abigarraron el San Paolo para ver la gran victoria napolitana el 1º de octubre de 1989. Era en el marco de la séptima jornada del campeonato que finalmente ganaría el conjunto dirigido por Ottavio Bianchi. Con arbitraje del turinés Pierluiggi Pairetto, el local alistó a Giuliano Giuliani: Marco Baroni (Gianfranco Zola), Ciro Ferrara, Giovanni Franchini y Luca Fusi: Fernando De Napoli, Massimo Crippa, Alemao y Diego Maradona: Andrea Carnevale (Massimo Mauro) y Careca.
Enfrente, el poderoso Milan de Silvio Berlusconi: capo, mandamás, propietario, presidente y todos los títulos de superioridad que puedan imaginarse. Dirigido técnicamente por Arrigo Sacchi, en aquel entonces uno de los entrenadores más respetados del mundo, estratega y conductor que pregonaba un fútbol moderno emparentado con la escuela holandesa, adaptándola al siempre cerrado y férreo calcio italiano. Ese Milan venía de lograr el décimo scudetto de su historia en la temporada 87/88, ganando además la Liga de Campeones de Europa (hoy Champions League) temporada 88/89, con su victoria 4 a 0 ante el Steaua Bucarest, el 2/05/1989 en Barcelona (ganaría también la edición siguiente ante el Benfica), y la Supercopa de Italia 88/89 ante la Sampdoria en junio de ese año. Es decir, el Milan venía en la cúspide de su rica historia futbolística. En esa temporada de Serie A 89/90, luego de un comienzo irregular, buscaba mejorar su perfomance para mezclarse con los de arriba.
Giovani Galli en el arco: Filippo Galli, Franco Baresi, Alessandro Costacurta, Mauro Tassotti y Angelo Colombo en defensa: Carlo Ancelotti, Frank Rijkaard (Marco Simone), Giovanni Stroppa (Cristian Lantignotti) y Alberigo Evani en el cuadrado del mediocampo: y como solitario atacante Stefano Borgonovo. Un planteo aparentemente defensivo para jugar de visitante, pero con una dinámica de rotación y circulación de balón muy característicos de los equipos de Arrigo Sacchi.
A los 19 minutos de la primera etapa desborda Maradona por izquierda, saca el centro ante la marca de un defensor, la peina un volante napolitano en el primer palo y por el segundo Andrea Carnevale la asegura para mandarla a la red con otro cabezazo. Sobre el final de la primera mitad, otra vez Diego asistiendo a sus delanteros: un tiro libre ejecutado como si fuera con un taco de billar puso el balón nuevamente en la cabeza de Carnevale, que marcó así el 2 a 0 parcial.
Un video de aquella victoria napolitana por 3 a 0, incluyendo entrevistas a Sacchi, Berlusconi, los goles y al final, la palabra del propio Diego.
En el segundo tiempo, Nápoli manejó las acciones tratando de conservar la importante ventaja hasta ahí obtenida, y a los 84′ conseguiría decorar un 3 a 0 rotundo, categórico e inolvidable. Un rechazo largo de la defensa napolitana, una intercepción irregular de un defensor milanés, combinación con Massimo Mauro y Diego que encara casi desde la mitad de la cancha hacia el arco rival. Al llegar al área, y cuando lo cerraba un defensor, enfrentó a Galli, le amagó mínimamente para hacerlo desparramar, y una vez con el arquero tendido en el césped, la picó suavemente de zurda para marcar uno de sus grandes goles en el fútbol italiano. 3 a 0, triunfo de los “rebeldes” del Sur ante los omnipotentes del Norte.
Para los fanáticos maradonianos, el partido completo en este link:
Al cabo de las 34 fechas de esa temporada, el Nápoli ganaría el segundo (y último) scudetto de su historia, dejando en el segundo lugar al “rossonero” de Silvio Berlusconi. Por supuesto, de la mano de un zurdo argentino que aquella tarde de octubre de 1989 escribió otra página gloriosa de su leyenda, y se retiró del campo de juego con la camiseta de uno de los más grandes líberos del fútbol mundial: Franco Baresi.
El cierre musical de hoy es bien tanguero. En el emblemático programa “Grandes Valores del Tango”, Maradona, a dúo con Hugo Marcel, canta “Caminito”. Al término de ese fragmento, el nicoleño Enrique Moltoni entrevista a Diego…