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Diego nuestro que estás en tus goles (Capítulo 21) Grito mudo en Liniers

Durante toda su carrera futbolística Diego Maradona se caracterizó por un gesto, una pirueta, un grito con sello personal a la hora de celebrar sus goles. La carrera corta, a manera de pique, el salto y el brazo derecho que se extendía por el aire acompañando el brinco, y la boca gesticulando la inconfundible “o” del gol. Casi todos sus goles los celebró de esa manera, salvo algunas excepciones, como el recordado último tanto en mundiales, en el 4-0 ante Grecia, primera ronda del Mundial Estados Unidos 1994. Pero jugando para Boca Juniors convirtió uno que no pudo gritar, a pesar de su inocultable alegría.

La imagen “marca registrada” de Diego en su vuelta a Boca: el mechón dorado, la ropa Olan, el brazalete de capitán imprescindible.

Silvio Marzolini, una leyenda de Boca Juniors, era el entrenador del rpimer equipo xeneize durante el Torneo Apertura 1995, un certamen que se vio sacudido por el regreso al fútbol argentino y a Boca, nada menos que de Diego Maradona. El retorno oficial se produjo en la novena fecha y fue con una victoria xeneize por 1 a 0, gol convertido por Darío Scotto. Fue aquel inolvidable cotejo con Dalma y Gianinna saliendo de una caja para sorprender a su padre antes del pitazo inicial, y luego la polémica suscitada entre Maradona y Julio César Toresani (aquella que terminó televisivamente a la noche, con Diego convocando a su oponente a “Segurola y Habana séptimo piso”).

En este enlace, un resumen de la vuelta de Diego en la Bombonera, ante Colón.

A la fecha siguiente -la décima-, Boca debía enfrentar en condición de visitante, en el Estadio José Amalfintani, a Argentinos Juniors. Fue el domingo 15 de octubre, con arbitraje de Hugo Cordero. El equipo conducido tácticamente por Roberto Marcos Saporiti alistó a Daniel Alejandro Maltagliatti: Fernando Ariel Batista, Sebastián Diego Pena, José Manuel Fernández (Oscar Román Acosta) y Leonardo Daniel Asencio: Juan José Cardinal (Cristian Gastón Zermatten), Sergio Daniel López, Leonel Fernando Gancedo y Leonardo Oscar Más: Víctor Hugo Ferreyra y Eduardo Bennett. Por el xeneize salieron a la cancha Carlos Fernando Navarro Montoya: Diego Luis Soñora, Fernando Andrés Gamboa, Néstor Ariel Fabbri y Carlos Javier Mc Allister: Julio César Saldaña (Alberto José Márcico), Fabián Gustavo Carrizo, Cristian Alberto González y Diego Armando Maradona (luego del gol, reemplazado por el nicoleño Nelson David Vivas): Claudio Paul Cannigia y Darío Oscar Scotto.

El partido comenzó cuando caía la tarde, y ofreció un intenso desarrollo de juego en su primera etapa, con un claro predominio zeneize. Los primeros 45 finalizaron igualados sin goles, con algunas oportunidades claras que no supo aprovechar Boca a través de Scotto, principalmente. En la segunda mitad, con el Beto Márcico en la cancha, Maradona encontró un socio para generar juego y tratar de vulnerar la defensa de Argentinos Juniors. Fue a los 25 minutos del complemento que Leonardo Asencio frenó con falta el intento ofensivo de Scotto, y a Boca le quedó un tiro libre en el borde del área grande. Ideal para Maradona. El zurdazo del Diez se metió en el ángulo superior derecho de Maltagliatti para decretar la victoria -a la postre definitiva- de Boca Juniors por 1 a 0.

Compacto del partido disputado entre Argentinos Juniors y Boca el 15/10/1995 en el Estadio José Amalfitani.

Después de inflar la red con su zurdazo, Diego corrió hacia la derecha, esquivó primero el intento de abrazo de Soñora, después hizo lo propio con Scotto, a quien finalmente agradeció el saludo, y cuando llegó a la mitad de la cancha se arrodilló, en un gesto mezcla de agradecimiento y pedido de disculpas. Agradecimiento porque se trataba de su primer gol en ese regreso al fútbol argentino, y disculpas con los hinchas de Argentinos Juniors, club esencial en su vida y su carrera. Luego vendrían los saludos de Carrizo, de Márcico, de Caniggia, y un gesto que quedó grabado en los hinchas de Boca -y que tomó en primer plano la transmisión televisiva-: los brazos extendidos de Diego mirando hacia el banco de suplentes de su equipo, y respirando fuerte para contener el festejo que no quería detonar. Sólo al final de esa respiración hubo un grito mudo, una especie de descarga emocional con la que finalizó su respetuosa celebración, para meterse nuevamente en el partido. Pero la tensión acumulada lo llevó a pedir el cambio tres minutos después del gol.

Aquí el gol y el particular festejo de Maradona.

El futbolista xeneize que reemplazó a Maradona luego de su primer gol en la vuelta al fútbol argentino fue el nicoleño Nelson David Vivas. Vaya paradoja, cuando Maradona convirtió sus dos primeros goles oficiales en Primera División (14/11/1976 en la victoria 5 a 2 de Argentinos Juniors como visitante ante San Lorenzo de Mar del Plata), fue ingresando en reemplazo de otro futbolista oriundo del Pago de los Arroyos: Rubén Alcides Giordano, el popular “Rubito” de Ramallo.

Formación del Bicho de La Paternal donde se ve a Diego junto a “Rubito” Giordano, ambos abajo a la izquierda.

Los cánticos de una hinchada también pueden calificar como música maradoniana, sobre todo si bajan de las tribunas dirigidas al máximo ídolo de la historia del fútbol mundial. Compartimos algunos de esos “himnos” de la devoción maradoniana…

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