El 7 de junio se celebra en Argentina el Día del Periodista. Esa fecha quedó establecida cuando el político, abogado y partícipe de la Revolución de Mayo, Mariano Moreno, publicó La Gazeta de Buenos Ayres, el primer periódico del nacimiento del país un día como este jueves, pero de 1810. La Gazeta tenía un claro objetivo en esa época: servir como órgano de difusión de las ideas de la Primera Junta de Gobierno. Además de Moreno, allí escribieron personalidades destacadas como Manuel Belgrano y Juan José Castelli. En una de las primeras ediciones, Moreno sostenía: “¿Por qué se han de ocultar a las Provincias sus medidas relativas a solidar su unión, bajo nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península?… Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal”.
De acuerdo al balance anual de la ONG que vela por la protección de los reporteros, 326 periodistas están detenidos por su trabajo en diversos países, y otros 54 fueron tomados como rehenes por grupos terroristas.
De acuerdo con las cifras reveladas, 50 de ellos eran periodistas profesionales, 7 eran periodistas-ciudadanos y 8 de ellos eran colaboradores de los medios de comunicación.
Además la ONG hizo énfasis en que 60% de ellos fueron asesinados o agredidos deliberadamente mientras el 40% restante fue asesinado en el ejercicio de su profesión siendo víctimas colaterales en lugares peligrosos como bombardeos o atentados.
Pese a que RSF atribuye la disminución de asesinatos a “la intensa labor de promoción de la libertad de prensa ante Estados e instituciones internacionales emprendida por organizaciones que defienden y protegen a los periodistas”, también destaca que otro factor es “el hecho de que los países que se han vuelto muy peligrosos se han vaciado de periodistas. Es el caso de Siria, Irak, Yemen y Libia, donde presenciamos una «hemorragia» del gremio“.
En este caso también aplica la situación con los periodistas en México en “donde los cárteles y los políticos locales hacen que reine el terror, numerosos periodistas también han optado por dejar su país o su profesión”.
Las nuevas tecnologías y el periodismo
¿Cómo era el periodismo antes de Internet? Hace unos años se tenía la imagen del periodista que debía recorrer las calles en busca de la noticia, hacer innumerables llamadas telefónicas recopilando información, anotarlo todo en papel, revelar fotos para llevarlas a la redacción, utilizar equipamiento pesado y complicado para hacer conexiones…
Hoy en día todo eso parece una imagen de una película antigua. Una de las primeras ventajas de la tecnología, sobre todo de Internet, en el periodismo son las facilidades al buscar información, investigar y contrastardatos. Una sesión de búsquedas en Google puede resolver muchas de estas cuestiones.
Si se quiere contactar con alguien u obtener declaraciones, en muchos casos ya no es necesario pasarse horas colgado del teléfono. El correo electrónico también facilita esa parte del trabajo. Y si se trata de entrevistar a alguien al otro lado del planeta, una videoconferencia a traves de skipe resuelve el problema.
Las conexiones en directo con los platós y los estudios de radio son una de las áreas del periodismo que más se han beneficiado de las ventajas de la tecnología. En el caso de la televisión, no es extraño ver a reporteros cubriendo noticias de última hora con ayuda de un smartphone y las aplicaciones adecuadas. De hecho, hay cadenas que han llegado a prescindir de las cámaras para ciertos reportajes. Y para la radio, existen apps que permiten hacer conexiones en directo manteniendo una calidad de sonido idéntica a la que se obtiene en el propio estudio.
Las redes sociales, ventajas e inconvenientes
Nuestra sociedad vive en un planeta hiperconectado, en el que estar informado de las últimas noticias es más fácil que nunca. Las portadas de los periódicos se actualizan al minuto y ya no hay que esperar a que llegue la edición del día siguiente a los quioscos. Aplicaciones como Periscope o Snapchat, permiten seguir la actualidad allá donde se esté produciendo.
Lo mismo sucede con las redes sociales. Twitter se ha convertido a menudo en la primera fuente de información de un suceso, como ocurrió con la caída de un avión al río Hudson en Nueva York, la captura de Bin Laden (narrada en tiempo real por un vecino de la zona que desconocía la magnitud del acontecimiento) o, más cerca en el tiempo, los ataques terroristas en París, durante los que se hizo un uso masivo de hashtags especiales para ayudar a las víctimas a encontrar refugio.
Asistimos a un fenómeno de democratización del periodismo, que ha abierto las puertas al llamado periodismo ciudadano. Ahora que todo el mundo lleva un móvil encima, cualquiera puede servir como fuente de información para una noticia.
Sin embargo, la enorme facilidad con la que hoy en día se puede acceder a la información gracias a la tecnología puede ser también su talón de Aquiles. Un ciudadano sin formación periodística puede no ser la mejor fuente de noticias y las redes sociales son, a menudo, caldo de cultivo de rumores infundados, como las “muertes” de personajes públicos como David Bisbal, Julián Muñoz o Paul McCartney.
La mejor combinación es aprovechar las ventajas de Internet y la tecnología para ofrecer una información actualizada de forma constante, sin olvidar las bases de un periodismo de calidad: rigor, fuentes fiables, datos