Nos acercamos para conocer interiormente el Instituto de Enfermedades de la Personalidad Santa Isabel, también conocido como IEPSI . Tanto el relato de sus profesionales como la recorrida, abrió ante nosotros un lugar que no concuerda con los oscuros mitos que circundas a las patologías mentales y a las clínicas psiquiátricas. Por el contrario nos encontramos con un lugar luminoso y cálido, repleto de actividades y donde la inserción social de los pacientes, es un objetivo fundamental a la hora de los tratamientos.
Director de la clínica Santa Isabel.
Entrevista con el director de la clínica, el médico psiquiatra Jorge Crispo, también docente de la cátedra en psiquiatría infantil en la Universidad nacional de Rosario – UNR.
SN: ¿Está mal vista la psiquiatría?
Doc: La gente tiene una imagen muy particular del enfermo mental, que está muy incrustada en la cultura, por ejemplo es al único enfermo que se le pide que ponga fuerza de voluntad y se cure. Jamás se le pide tal cosa a un diabético o a un tuberculoso. La psiquiatría siempre estuvo signada por un halo tétrico o misterioso, pero las enfermedades mentales son enfermedades como cualquiera.
¿Por qué existen los psiquiátricos?
Los psiquiátricos existen porque hay personas que son riesgosas para otros, o para ellos mismos. Hay que internarlas un tiempo, en función de los nuevos tratamientos y nuevas posibilidades que antes no existían, y cuando digo antes digo 5 o 6 años atrás. Incluso la mala fama de los psiquiatras proviene de contar con muy pocos medicamentos para los tratamientos: sedantes o estimulantes. Esta incrustada en la cultura la imagen del paciente babeándose. Eso ya se terminó. Los puedo invitar a pasar al sanatorio y verán que los internos se mueven con normalidad y puede hablar tranquilamente.
¿Actualmente cuántos pacientes residen en la clínica?
Hay unos 80 pacientes en tratamiento y tenemos habilitadas 100 camas, siempre estamos al tope. Somos un centro regional, vienen personas de diferentes ciudades. No hay muchos Institutos psiquiátricos y la nueva ley de salud mental prohíbe la apertura de más institutos. Valga la redundancia es una locura, primero porque a la hora de pensar la ley no intervienen médicos psiquiatras, que son quienes conocen a realidad desde adentro. Segundo dicen que la internación es nociva y es quitarle derechos, es una pavada, claro que si la internación se hace mal es negligente, pero negar la internación a un paciente, es negarle la cura.
¿En la clínica hay pacientes que están hace mucho tiempo?
Hay pacientes psicóticos que no tienen familia que los contenga, quedan internados aquí mucho tiempo. Tenemos gente que lleva 30 años de internación. O también hay casos en que los familiares no lo quieren o no saben cómo contenerlos. Y muchas veces tampoco pueden estar en la calle, salvo que haya un programa muy particular. Los internos tienen actividades desde que se levantan hasta que se acuestan. Cuando hablamos de cura, hablamos de que desaparecen los síntomas de la enfermedad y que el paciente pueda insertarse socialmente y laboralmente. Pero curación definitiva nunca nos animamos de sentenciar, sí hay excelentes tratamientos.
¿Cuáles son esas actividades?
Musicoterapia, ejercicios físicos, se edita una revista en la que los internos escriben, salidas grupales para pacientes crónicos. También hay una cantidad de talleres de los cuales los internos participan, como talleres de origami, de lectura, de escritura, también se proyectan películas y luego se debate. Todas las actividades tienen una finalidad terapéutica, no es solamente entretenerse. No es este un lugar donde están recluidos tomando pastillas todo el día, eso es mito, ya no existe más, avanzó mucho la psiquiatría.
¿También hay un hospital de día dentro de la clínica?
Está pensado como una extensión del Sanatorio para los pacientes que se pueden dar de alta, pero todavía no están totalmente integrados. Vienen a las 8 de la mañana y se van a la 4 de la tarde a su casa. Hacen actividades terapéuticas desde la mañana, por ejemplo desayuno y lectura de diario, discusión de noticias, después trabajan con el profesor de gimnasia. Queremos implementar un proyecto que se llama Psico-cine, lo inventó un psiquiatra de Bs As Miguel Materasi, no es ver películas, sino hacer una película. Se elabora un guion, los personajes, el terapeuta va trabajando por qué se hace tal cosa u otra, siempre con fines terapéuticos. Ya hemos hecho teatro, ahora estamos en tratativa de implementar el cine.
¿Cuál es la patología más recurrente?
La depresión es la patología del siglo, hay muchas razones y también varios tipos de depresiones. La más común es la que se conoce como “enfermedad depresiva”, que la puede tener cualquier persona aunque no tenga ningún problema. Hoy en día con una pastilla anti-depresiva bien suministrada y en el tiempo justo, los cuadros mejoran. Las personas van a un médico clínico para tratarse la depresión porque hoy en día están preparados para el tratamiento de esa enfermedad, pero igualmente los derivan a un médico psiquiatra. Los médicos no quieren atender pacientes psiquiátricos, a tal punto que nos cuesta acceder a internaciones cuando un paciente psiquiátrico tiene un infarto por ejemplo. Dicen paciente psiquiátricos no, primero si tiene una enfermedad o dolencia que no es de la enfermedad mental deben ser atendidos en hospitales o clínicas que estén preparadas para tal ocasión, segundo piensan que un paciente con enfermedad mental se va a levantar y va a matar a todos, no es así.
¿Qué diferencia hay entre un psicótico, un neurótico y un perverso?
Un psiquiatra español que con un ejemplo sintetizó la explicación. Decía, imagínense que está lloviendo excremento y cómo actuaría cada uno. El neurótico caminaría debajo de la lluvia sufriendo, mientras el excremento le cae encima, se queja de lo que le toca vivir, sufre y no resuelve nada. El psicótico se pone como si llovieran flores, no le importa nada y el perverso se pone un ventilador en la cabeza, el excremento a él no le llega pero mancha a todos, tampoco le importa joder a los demás, “los políticos son bastantes perversos“. Por eso la definición de salud mental es no sufrir ni hacer sufrir.
¿Si usted estuviera en lugar de nosotros y tendría que volver a hacer otra entrevista, sobre qué escribiría?
Ojo clínico es la revista que surge desde el Hospital de Día, donde los pacientes escriben un poema pero no queda solo en el hecho de la escritura, sino que se aborda de forma terapéutica, creo que volvería a buscar esa experiencia y a cronicar los talleres, las actividades que se dictan en la clínica.