En la ochava de calle Garibaldi y Almafuerte, todavía los fantasmas lloran el romanticismo del adoquine, quien bajo el pavimento asoma como un arroyo lateral, una lágrima testigo de los tiempos del tango y la bohemia del siglo XXI. Pero esta noche esos fantasmas vuelven a reír, apuran sus pilchas, planchan las camisas y las mujeres retornar a la peineta y el corsé, a quitar el polvo de las noche silenciosas de la historia. Porque este viernes 27 y sábado 28 de septiembre, retorna al Bar Pancho las propuestas acústicas, artísticas y culturales.
Quienes deseen visitar el lugar antes del comienzo de los espectáculos, pueden disfrutar de la diversidad de sus platos y sus menús, los cuales son elaborados por dos cocineros de trayectoria: Matías Von Turke y Héctor Abel Guarc. Desde el 16 de diciembre del 2018, el lugar se ha transformado en un lugar de comidas y bebidas, estando a la altura de las históricas fondas porteñas de San Telmo, con precios accesibles y de las más variadas propuestas de bebidas.
Las propuestas.
Este viernes a las 22: 00 hs el grupo de teatro Esclavos del si, realizará una función con entrada “al sobre”. Es un grupo formado por nicoleños y residentes en Villa Constitución y nos trae una propuesta de improvisación teatral, creando en el momento escenas breves, dinámicas, delirantes. Para reír toda la noche. El elenco está compuesto por: Agustín cruz, Samanta Abrigo, Matías Risueño, Pablo Mirambell, Esteban Etter.
El sábado 29 de septiembre también a las 22: 00 hs, llega un espectáculo acústico de la mano de Demon Pie, dos músicos de la ciudad, quienes también actúan junto a músicos invitados. El dúo se compone con voz Damián Panichelli y en guitarra Germán Enz.
Las luces de neón de la antiguo ochava de calle Garibaldi y Almafuerte, otra vez vuelven a alumbrar los párpados de una historia que empieza a despertarse.
Un poco de historia.
El bar comienza a funcionar en 1921 primero como Confitería, a cargo de un español de apellido Barquín. En 1936 aproximadamente Io compra un hombre de apellido Roca, quien lo vende a Francisco “Pancho” Costa en marzo de 1952. Costa vivió en el lugar con su familia hasta 1955, ese mismo año invita a trabajar con él a Omar José Hormazabal, quien tenía un puesto de verduras en el mercado frente al bar.
Durante el periodo en que el músico y pianista Guillermo Pedrazzoli lo convirtió en un bar cultural que reunió la cultura underground de la ciudad, atravesado de teatro, rock y literatura, la Municipalidad de San Nicolás lo estableció en el año 2014 como “Bar Notable” por Decreto Municipal N° 1015/14.
