A LOS BIFES
Por El Lonja
Como en aquel recordado poema popular que fue grafiti de una hinchada del ascenso futbolero, el círculo rojo parece murmurar: ganen o mueran
A menos de un mes de las PASOS, las escuderías de campaña ya están a pleno y poco a poco la sociedad va entrando en clima electoral. A nivel provincial y nacional, Juntos por el Cambio plantea una lucha en el barro. El blindaje mediático los favorece en ese deporte que practican desde siempre: ensuciar al oponente y obligarlo a responder. Por su parte, les Fernández plantean una especie de doble campaña: una enfocada a consolidar y arengar al votante convencido y otra más “a la carta”, donde entre Alberto y Massa intentan decirle a cada votante lo que quiere escuchar y así pescar en el mar de les desencantades.
Mientras tanto, en lo que ha quedado del antiguo Pago de los Arroyos, todo haría pensar que la contienda municipal se va a disputar entre las dos principales fuerzas electorales de alcance nacional. Falto de ideas disruptivas con la tradición periodística, el Lonja ha definido realizar una serie de presentaciones de les candidates a intendentes. Por recomendación del distinguido administrador, iremos dosificando estas caracterizaciones a los fines de hacer más amena su lectura. Ya hay quienes dudas seriamente de la posibilidad que El Lonja sea capaz de sostener este compromiso con hechos, e incluso algunos dudan que vaya a existir un #2 de estas presentaciones.
Capítulo 1. Manuel Passaglia: el príncipe sin ideología.
El intendente interino va en busca de su declaratoria de heredero. Después de casi dos años de gestionar el municipio en forma transitiva (en la política por suerte no existe el VAR), el candidato a intendente más joven de la provincia cree que llego la hora de ser electo por el voto popular. ¿Pero quién es este príncipe azul que pareciera tocar la política con guantes de látex?
Manuel es el yerno que toda suegra quiere: surfió la noche, sentó cabeza, formo una familia, lleva los chicos a la escuela (privada y bilingüe, por supuesto), toma clases de yoga, no discute, no se enoja, sonríe (¡¡maldita sea!! todo el tiempo sonríe, blasfema El Lonja). Habla del trabajo en equipo, disfruta de los desfiles militares y hasta seguramente a la noche le queda tiempo para charlar sobre el cambio del sillón del living que no pega con la alfombra.
Atención vecines. Desde hace tiempo, una nueva especie de políticos viene avanzando. Dirigentes preparados para venderle la moto a Cacho o Rosa. Experimentos políticos que pueden camuflarse en ambos lados de esta grieta o de cualquier otra, sin ponerse colorados. Pinta de empresarios, camisa sin corbata, atentos a las encuestas, fanáticos de las encuestas.
Hace poco lo escuche en un reportaje, era antes del mediodía en una radio local. Yo estaba con el quía, que rara vez ve el sol antes de las doce. El intendente elegido para concejal, tuvo que hacer frente a una pregunta difícil. La periodista lo pone en compromiso, por supuesto sin saberlo: “Manuel qué cosa rescatas del peronismo?”. El principito, contesta: “del peronismo hemos aprehendido la vocación de trabajar por la gente”. Corta la bocha, clinc caja. Escuchar la apasionante historia del peronismo resumida en esta declaración al Lonja le heló la sangre. Con la misma soltura afirmó hace dos años que había sido el verdadero peronismo lo que acercó a su familia a la gobernadora Vidal.
Manuelito es un mimado de María Eugenia, y no es por su supuesto peronismo justamente. San Nicolás es una de las escasas intendencias que el macrismo ha podido piratear en estos casi cuatro años al peronismo bonaerense. La estrategia del látigo y la billetera no le trajo muchas alegrías por estas tierras. La gobernadora sabe del valor electoral y simbólico de San Nicolás en la pampa norte de la provincia, y también está al tanto de la tradición familiar del clan Passaglia por fomentar la tijera a nivel local (vale recordar las elecciones de 2015). Estas son las razones por las cuales Maru ya pisó dos veces tierra nicoleña desde que empezó la campaña. En la segunda, llego a decir que estaba dudando si Manuel ya no era más el hijo de Ismael, sino que ahora esta relación seria al revés, por la gran impronta del joven. La gobernadora es inteligente y sabe lo difícil que es heredar votos, basta con preguntarse porque no la acompaña Macri en sus visitas a la ciudad. Electoralmente es más fácil trasmitir la imagen negativa a un candidato que contagiar la positiva.
La familia sabe que, si Juntos por el Cambio pierde la presidencia y ellos ganan la elección local, su triunfo se transformaría automáticamente en un triunfo también en la interna peronista que encubre esta elección a nivel local. En verdad, el laberinto electoral del príncipe Manuel se podría ejemplificar con el testimonio de uno de los pocos descendientes de los Chaná Mbegua que aun transitan nuestras islas. Para las navidades de 2015, una de las últimas noches en que El Lonja conversó con el oráculo de La Infiel, entre vinos e incoherencias pudo interrumpirlo y preguntarle: ”¿Que paso? ¿Porque perdimos?”. Agobiado por la mosquitada, aquel ser respondió: “Lonjita, un obrero que tiene un cero kilómetro en la puerta, prefiere el pavimento a la escuela pública, y es lógico. Sus hijos probablemente ya estudien en alguna de las tantas escuelas privadas medio pelo que han brotado de los adoquines en las últimas décadas.” En épocas de bonanzas, el trabajador tiende a privatizar su vida. Huye del Estado, de sus escuelas, de su hospital, del transporte público. Esta migración genera nuevas demandas, que en su mayoría no están vinculadas a subir al tren del consumo a quienes aún no consiguen pasajes. Como en una segunda temporada de aquella sentencia filosófica, el debate que atraviesa estas elecciones a intendente es si el obrero ajustado, desocupado o con miedo a serlo, sigue sobre valorando la lava negra que evita pasarse la vida barriendo la polvareda. Quizás, en estos años el electorado tenga algunas demandas nuevas, como por ejemplo llegar a pagar el boleto de colectivo o arreglar la calefacción de una escuela en la que ahora pasan frío sus hijos. De los laberintos, se suele salir por arriba.