En septiembre de 2018, el Intendente Manuel Passaglia y el Presidente de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) Ramón Lanús firmaron un convenio para integrar el predio del Batallón de la ciudad y vincular el río con la trama urbana.
Para esto, se convocó al concurso nacional de ideas “San Nicolás de cara al río”, con el objetivo de recibir propuestas urbanísticas que permitan integrar el predio, recuperando el acceso a la costa, donde se construirán torres, incorporando espacios verdes y de uso público, y mejorando la circulación. El proyecto apunta a generar nueva edificabilidad, con un tejido compacto promoviendo una ciudad más sustentable, priorizando áreas verdes y el acceso a las costas.
El Estudio Bares cumplió con todas las condiciones y expectativas del jurado del concurso y se llevó el primer premio del concurso mostrándose ansioso porque el proyecto se convierta en una realidad.
Al otro lado del muro
26.07.2019 Los vecinos de barrio Cavalli no están felices con el derribo del muro del Batallón como el resto de los nicoleños. Hace algunos años la intervención municipal comenzó a hablarles de relocalización . Alrededor de 70 familias no aceptaron la relocalización y quieren seguir habitando el lugar. Aseguran que el intendente no les da respuestas ni los recibe. Algunas de las familias relocalizadas en barrio Colombo y San Francisco comenzaron a tener diferentes problemas con los hogares y el municipio. Los referentes del Movimiento de Trabajadores Excluídos (MTE) hablan de una ley y un decreto que protege a los vecinos y al derecho a la urbanización de los barrios populares. Como es costumbre de San Nicolás News, hablamos con las dos partes: vecinos y municipio. Por eso aún no nos hemos permitido el festejo.
23 de julio de 2019.
Escribamos para que la historia lo recuerde. El 23 de julio del 2019 estaba nublado a las 11 de la mañana. Ese día la actividad municipal se desarrollaba fuertemente en dos sectores de la ciudad.
En el casco céntrico, más precisamente en calle Garibaldi, imponentes maquinaras pavimentaban el adoquinado de nombre granutillo, traído desde Suecia y colocado en 1910 por el gobierno Municipal del intendente Morteo. Así parte del Patrimonio histórico cultural de la ciudad, quedaba bajo los 4 centímetros de pavimento.
Al mismo tiempo en Avenida Rivadavia se aglomeraba la gente. Ansiosos con sus teléfonos celulares en mano, se disponían a captar el momento que el municipio llamó “un momento histórico.” Una retroexcavadora destruía parte del viejo y demacrado paredón del ex Batallón de Ingenieros de Combates, ahora llamado Compañía de Ingenieros QBN 602 (Química, Biológica y Nuclear) el cual resguardaba tras su muro una importante cantidad de lotes perteneciente a la provincia de Bs As. Ahora se podría contemplar la vista al río, negada por el paredón hace medio siglo aproximadamente. Agotado el concepto allí podía ser presentado el hecho como tal, como “histórico”, incluso salvando la contradicción de estar de forma paralela ocultando el Patrimonio Histórico del empedrado.
Pero aquella conceptualización “histórica” queda reducida a una pos-verdad cuando comenzamos a desentrañar el móvil del derribamiento del muro: la construcción de un barrio privado llamado “De cara al río”, el cual consiste en la construcción de altas torres. Desde el gobierno municipal disfrazaron el acontecimiento como “momento histórico”, diciendo que de las 36 hectáreas, 7 serán vendidas y destinadas al complejo privado de 3 torres, y que con lo recaudado de esa venta a la constructora que edifique, se financiará la construcción de parques verdes en las 29 hectáreas restantes. Corriéndonos de un plano objetivo y dándonos el permiso en la reflexión nos podemos preguntar ¿Cuánto dinero del recaudado se invertirá en la construcción de los espacios verdes? ¿Sin ese dinero de la constructora no se hubiese podido construir los espacios verdes? Por tanto el móvil principal es la construcción de torres privadas, un negocio inmobiliario que moverá millones y millones de pesos, que tras la firma de un convenio entre el municipio y la Agencia de Bienes del Estado (ABE), se pudieron recuperar dicho terrenos, no específicamente para darle espacios verdes a los ciudadanos como eje principal, sino para la construcción de 3 torres privadas.
Más aun alejado está de ser un hecho histórico cuando al costado de esas barrancas que descubren el río, se levanta un barrio que según tiene alrededor de 70 años de vida: barrio Villa Cavalli. Barrio que está compuesto por 180 casas que acunan a 200 familias aproximadamente y habitan ya desde hace 4 generaciones.
Villa Cavalli: al otro lado del muro.
Osvaldo Enriquez tiene 40 años y en su partida de nacimiento, figura la dirección de su casa, ya que su madre dio a luz en la casa 41 de Villa Cavalli. Ahora en un papel sobre la mesa de su casa, dibuja un mapa improvisado de la Villa. El lugar se extiende a lo largo desde el Paredón de Batallón hasta la fábrica Cavalli. Calle Cochabamba parte al medio la extensión, metiéndose Villa adentro unos 300 metros desde calle Colón hasta la barranca a orillas del río. Alrededor de 180 casas habitaban la Villa Cavalli hasta hace unos meses atrás, actualmente quedan la mitad o un poco más, ya que las demás aceptaron formar parte de un proceso de localización en barrio Colombo y San Francisco. Junto a Osvaldo Enriquez se encuentra Hugo Cabrera y la referentes del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTE) Rocio Arzagot.
Hace dos años el municipio propuso la reubicación del barrio en los predios del Batallón, en algún sector de las 36 hectáreas que quedaron al descubierto con el derribo del muro. Pero cuando comienza el período de relocalización ofrecen a los vecinos viviendas en barrio Colombo, muchas de las familias que vivían a la orilla de la barranca aceptaron porque vivían en muy malas condiciones, alrededor de 70 viviendas ya fueron relocalizadas. Pero las familias que viven más al centro o en los terrenos a la entrada del barrio no se quieren ir, sus hogares son de material y muchos más amplios o espaciosos que los hogares que el municipio les ofrece en barrio Colombo o San Francisco. Otras quedaron esperando las relocalización en los terrenos del Batallón”.
Las casas deben demolerse.
Hugo Cabrera y Osvaldo Enriquez, vecinos de Villa Cavalli.
Hugo: “No se pueden ni vender ni habitar las casas cuando las familias se relocalizan, hay que demolerlas. Cuando un vecino acepta la relocalización y firma tiene que desmantelar su vivienda, tiene que sacar el techo y las aberturas. Ahí entra las máquinas de la municipalidad y empiezan a demoler la vivienda.”
Osvaldo: “En un principio cualquier vecino se podía acercar a Tierra y Vivienda, plantear que vive en una situación precaria y así entrar en un proceso de relocalización. Pero hace unos meses vino María Rosa Méndez y le planteó a todos los vecinos que en algún momento se tienen que ir, que estas tierras no son de ellos, que si no se relocalizan en barrio Colombo o San Francisco se van a quedar sin casas. A los vecinos que aceptaron irse le hicieron un trabajo psicológico y cuando llegaron a las casas donde los relocalizaron se arrepintieron.”
Rocío: “Varias familias que fueron relocalizadas hoy se encuentran en conflicto con el municipio. Algunas de estas familias firmaron la relocalización pero no toda la familia, sino una sola persona. El municipio no tuvo en cuenta que en una casa de Cavalli viven varias familias en algunos casos, que comparten baño o el módulo del comedor pero las habitaciones se reparten en diferentes espacios. Nunca tuvieron en cuenta núcleo familiar ni condiciones dignas de vivienda. Relocalizaron parte de las familias y cuando venían a Cavalli a demoler la casa se encontraban que todavía vivía gente, a una chica Ayelen la están presionando para que se vaya a vivir con su madre y el resto de la familia, pero no hay lugar para ella, sino tiene que compartir habitación con su hermano ya mayor como ella. Es así que a los 15 días de habitar la nueva casa, les llega una cédula de desalojo del municipio, la cual le dice que tiene 48 horas para dejar la vivienda. El desalojo se frustra porque se descompone una vecina y con los referentes del MTE certificamos que los desalojos no eran legales.”
Urbanización.
Osvaldo: “En el año 2017 Ismael Passaglia era intendente y realizó una reunión en el barrio con todos los vecinos, en esa reunión dijo que iban a urbanizar el barrio. También dijo que sólo se iban a ir sólo los vecinos que habitaban las calles que se iban a abrir.”
Rocío: “A través del Decreto 358 los vecinos obtienen el certificado de vivienda familiar, el cual sirve para pedir los servicios y la urbanización del barrio y a futuro como título de propiedad de la vivienda. En octubre del 2018 la Ley Nacional 27.453 de regulación dominial e integración socio urbana de los barrios populares, dice que los terrenos sobre los 17 barrios populares que hay en San Nicolás, se declaran de utilidad pública sujetos a expropiación a favor de los que habitan los lugares.”
Osvaldo: “Los vecinos queremos la urbanización del barrio, de acuerdo a nuestras propiedades y divisiones de las viviendas. Cuando vinieron del RENABAP a realizar el diagnóstico, personal del organismo dijo que desde calle Colón hasta calle Alem es un barrio urbanizable a partir de donde está el caño de gas, también llegan las cloacas.”
Rocío: “Los Concejales podrían al menos asegurar que los vecinos puedan acceder al expediente y ver de qué forma se firmó el convenio con la Agencia de Bienes del Estado (ABE) para la construcción de las 3 torres en 7 hectáreas del Batallón, ver si los vecinos están dentro o fuera de ese convenio para la relocalización, ver que el proyecto sea de utilidad pública como dicen o si va a hacer un emprendimiento en pos de negocios de inmobiliarios privados.”
De este lado del muro.
Sigamos escribiendo para que la historia recuerde el 23 de julio del 2019, pero de este lado del muro. De este lado el guion no sonaba a festejo, sino a un melodrama. Parados sobre montículos de tierra, los vecinos de Villa Cavalli escuchaban gritos de festejo y el ensordecedor ruido de la una mecánica que destruida el paredón del Batallón. A medida que los fastuos festejos aumentaban, se ahondaba en ellos la congoja, algunos se persignaban, otros rememoraban su infancia en el lugar que comenzaron a poner en riesgo en su memoria. Como una lenta ceremonia de resignación los vecinos se iban perdiendo cada cual en su soledad. Osvaldo siguió en el lugar observando y pensó “ahora vienen por nosotros.”
Recorrimos la totalidad de la villa, vimos las casas derrumbadas, una pila de adoquines con los que Osvaldo jugaba cuando era niño, el imponente río Paraná, paredes de habitaciones desnudas que muestran dibujos de niños. Pasamos por la Iglesia de Fátima que construyeron los vecinos y dos niñas juegan con una muñeca que quitan de un charco de agua. Los camiones de la municipalidad y las topadoras, rompieron los caños de agua cuando entraron a derrumbar las casas de las familias relocalizadas. Fueron a reclamar y en el municipio “un tal Capra” les dijo que iban a arreglar los caños a la brevedad, trajeron los caños pero los guardaron en una casa, pero pasaron 3 meses y sigue todo igual. A lo largo del camino los vecinos se fueron sumando, intercambiamos teléfonos y nos fuimos con la promesa de volver pero a escribir otra historia, la historia de un luchador que dejó una huella fuerte entre los vecinos, el Sacerdote Roberto Damico, pero esa es otra historia.<
La voz del municipio.
Desde el municipio nos dieron la siguiente respuesta con respecto al conflicto:
“Nadie que no se quiera ir va a ser tocado. Pero el barrio es imposible de urbanizar. No tiene veredas, ni espacio para las cañerías o calles, no se puede conectar las cloacas. El que se quiera quedar seguirá viviendo como ahora, no porque no haya voluntad municipal, sino porque no se pueden hacer las obras. El intendente está trabajando con todas las familias de Cavalli, se las censó y se está tratando de dar respuesta de acuerdo a sus requerimientos. Reducir este conflicto a que se van o se queda es falso. Se ha generado un conflicto inexistente, donde algunos medios han puesto el testimonio aislado de un vecino y sin fundamento, si se toma esta dinámica va a ser muy difícil dar respuestas.”