“Lo que vi fue la mirada de un monstruo”
En una cruda entrevista con este portal, una madre cuenta el infierno que debió pasar junto a su hija, quien fué abusada por su propio padre, a los 3 años de edad. El abusador fué encontrado condenado la semana pasada por un jurado de 12personas titulares que votaron “CULPABLE” por unanimidad . Ahora solo resta saber cual es su sentencia.
El 8 de mayo de 2015 M.M sienta una denuncia por abuso sexual contra su marido, un músico nicoleño, D.T . Lo acusa de haber abusado de su propia hija. El juicio oral por jurado comenzó el 21 de mayo de 2019 y finalizó el 23 del mismo mes. Se lo declaró culpable por el delito de -abuso sexual gravemente ultrajante, doblemente agravado por el vínculo y reiterado-. Fue detenido de inmediato y a los dos días fue trasladado a la Unidad Penal N° 3 de San Nicolás. Sólo resta la sentencia que se dirime entre 8 y 12 años de cárcel. Aquí yace en estas letras, el periplo doloroso de una madre, que tuvo que vencer el amor mientras se hacía fuerte. Un testimonio doloroso, que se abre paso entre la congoja y llega hasta la cara del monstruo para quitarle la máscara.
I
La nena daba señales pero no me di cuenta. Se empezó a hacer pis y tenía ataques de ira contra ella misma: se lastimaba, se rasguñaba, se tiraba los pelos. Buscábamos los por qué y no había conflictos aparentes: nadie fallecido, nuestra pareja andaba más que bien. Cuatro meses después, exactamente el 8 de mayo del año 2015, Íbamos en el auto camino al Jardín de Infantes y la nena me habla.
-Mami, papá me hace comer pitito-. Estaciono el auto, me doy vuelta.
-Hija qué me estás diciendo- No me dijo más nada. La dejo en el Jardín y me voy a la casa de la tía C., hermana de mi ex marido. Le cuento lo que había pasado, ella me aconseja.
-Seguila, escuchála, no la atosigues, cuando ella tenga que hablar va a hablar, no la dejes sola- Al mediodía la niña me vuelve a contar lo sucedido adelante de mi hijo. Yo tengo un hijo con otra pareja, al cual el padre abandonó de muy niño, por lo que D.T también fue como su padre. Llevo a mi hijo a su habitación y comienzo a filmar a la nena. Le digo que me repita lo que me acaba de decir, me repite lo mismo y le pregunto dónde.
-En tu cama mami y me hace pichí en la cara, cuando vos te vas con las chicas- Enseguida llamo a C. la pongo al tanto de lo ocurrido y con el video me voy a ver a una psicóloga. Me dice que vaya a PRODENyA (es el Servicio local de Protección y Promoción de los Derechos de Niños y Adolescentes ). Fuimos con C., ella me acompañó durante todo el proceso, además su testimonio fue fundamental en el juicio. En PRODENyA nos dijeron que vayamos a la Comisaria de la Mujer y plantemos la denuncia. A partir de ese día se desató la catástrofe para él y comenzó a salir el sol para mi hija.
Ese mismo día mi ex marido viene a almorzar a casa. Yo hice que no pasaba nada. Después de comer agarré los chicos y me fui a llevar el video a una psicóloga. Él se acostó a dormir la siesta. Cuando volví de denunciarlo, agarré mis cosas, la de los chicos, lo más que pude y me fui de mi casa, la policía misma me lo aconsejó. Me fui de mi madre. Ese día me llamó durante todo el día, recién lo atendí por la noche.
-Te denuncié por abuso- Obviamente me dijo que no.
-Pensálo mi amor, es imposible, soy buen padre, buen marido, hombre de bien, incluso tu primer hijo me dice papá. Te amo a vos, amo a la nena, no podría nunca tocarle ni un pelo-
II
Nunca se me habría ocurrido una cosa así, menos de una persona pública como él. Es músico, tocó con varios grupos muy conocidos en San Nicolás (resguardamos los nombres de esos grupos al ser ajenos a esta causa). Incluso yo estaba muy enamorada de él. A pesar de que yo ya tenía un hijo abandonado por su padre, él se hizo cargo. Un tipo impecable, como marido, como padre, como hijo. Intachable en todos los aspectos de su vida. Vos nunca lo ibas a ver comportarse mal delante de nadie. Por eso fue todo muy raro. A mi misma me costó mucho creerlo. Hice la denuncia el 8 de mayo de 2015 y al lunes siguiente fui a darla de baja, porque le creía. A pesar de haber pasado por una psicóloga, por PRODENyA, me había convencido. La denuncia no la levanté porque en Fiscalía me dijeron que no se puede, que una vez asentada una denuncia así, ellos inician una investigación. Hoy doy gracias a Dios que se hizo justicia por mi nena. Ella está bien, tuvo tratamiento psicológico, a simple vista no te das cuenta que es una nena que pasó por un abuso. Es una nena muy alegre y de carácter muy fuerte, pero a la vez muy sensible. Los psicólogos me dijeron que es parte del dolor que lleva por lo ocurrido, ella sintió mucha culpa cuando el papá se fue.
-¿Por qué se fue papá?-
-Porque nos hizo mal a todos-. Si bien esa fue la respuesta, ella se dio cuenta de todo. A mi hijo mayor también tuve que explicarle con diez años, fue una pérdida tremenda para él, es el segundo padre que pierde. No sabía cómo explicarle. Pero ninguno de los dos tiene sentimientos de odio contra sus padres, porque yo no permito que eso suceda. El odio enferma. Obviamente si tengo que describirlo no voy a decirte que es un enfermo, sino una basura por lo que le hizo a mi hija, pero adelante de los chicos nunca manifiesto rencor ni odio. Yo fui buscando respuestas a preguntas que me atosigan hasta hoy, ¿por qué alguien es capaz de abusar de su propia hija?. Para mí fue muy difícil, porque yo estaba muy enamorada de él, tuve que matar el amor y a su vez hacerme fuerte. Sabiendo que podía destruir al padre de mi hija si no era cierto. Cuando lo escuchabas en el juicio te hacía dudar, si no era por todas las pruebas que había: cámara Gesell, psicólogos, pericias. En lo personal dudé desde el mes de mayo que comenzó todo, hasta el día de la cámara Gesell en el mes de agosto, recién ahí no tuve dudas. Pero la familia de él todavía lo ve como inocente.
Padre, madre y hermanos se pusieron en contra mía, menos su hermana C. Le preguntaban por qué había tomado esa postura. Ella dice que cuando era chica, se despertaba y D.T su hermano estaba encima de ella besándola y tocándola. Cuando yo le cuento la asaltaron todos esos oscuros recuerdos que había bloqueado. A su familia se lo había contado cuatro años atrás, pero le creyeron al hermano y lo tomaron como si fuera una cosa de chicos, “una varonada”. El último recuerdo de C. se remonta a los 12 años. Yo me entero de todo esto, un rato antes del comienzo del juicio. El día antes, el abogado la cita y le pregunta si alguna vez su hermano la había abusado. Dijo que no. Pero esa noche no pudo dormir. Al otro día pidió hablar con el abogado y le dijo que sí. Luego lo declaro en el juicio. Fue fundamental su testimonio. Pasaron cuatro años para que se haga justicia.
Dibujo de una niña abusada, pero que no tiene que ver en este caso, es a modo ilustrativo. web.
III
Yo vendía publicidad y soy peluquera. En los horarios que él no trabajaba vendía publicidad, a la siesta y después de las ocho de la noche. Cuando me separé, obviamente no me pasaba un peso. No tenía para pagar un psicólogo. Por medio de la mutual, llegar a un turno era demasiado dilatado, necesitábamos algo urgente, pero como dije, no tenía para pagar uno. La hija de un amigo de mi padre que es psicóloga, accedió a la urgencia, incluso hoy se especializó en el tema. También declaró en el juicio. Presentó los test que realizó a la nena, fue fundamental, como así también los dibujos que pudieron rescatar en el jardín, que ella hacía cuando tenía tres años, eran oscuros, y parecían que estaban apuñalados. La recuperación de la niña, tuvo que ver con el compromiso de profesionales y el entorno. Yo nunca dejé que la victimicen, en ningún lado. Hablé con quien tenía que hablar para eso. Lo que resta es tener la sentencia y sacarle el apellido.
Todavía recuerdo el sonido de las esposas y su mirada. Recién ahí lo pude conocer en profundidad. Cuando la jueza dice llévenselo, se paró adelante mío y me miró a los ojos. Y lo que vi fue la mirada de un monstruo.