Ya van cinco.
08/10/2018 18/15 Hs
Hace unas horas atrás publicábamos una nota, donde se detalla lo sucedido con respecto a posibles intentos de secuestro y acoso a tres jóvenes mujeres.
El primero sucedió el 13 de septiembre por bulevar Falcón, a una joven de nombre Brisa Miño. El segundo caso fue en las inmediaciones del centro, de la cual la joven no quiso dar testimonios, pero hay relatos de testigos que escucharon los gritos. La tercera joven de nombre Julieta Sofredi dio testimonio, en este caso la escena se repetía en calle José Hernández y Azopardo, cuando Julieta se disponía a esperar el colectivo mirando su celular, apoyada en su mochila que tenía colgando el pañuelo verde que representa la lucha por Aborto legal, seguro y gratuito.
A partir de que el artículo se viralizó, han aparecido testimonios de otras dos jóvenes más. Las dos jóvenes además de dar detalles de acoso, también coinciden en que el vehículo es una camioneta Kangoo gris y el conductor un hombre mayor de unos 60 años. Estos hechos son menos recientes que los anteriormente publicados, pero salen a la luz a partir de los testimonios dados de hechos recientes.
Daiana.
Daiana (quien prefirió resguardar su apellido) tras leer el artículo se comunica con Julieta Sofredi. Daiana le cuenta que hace aproximadamente un mes atrás, le sucedió algo parecido. El marco de la escena a describir esta vez es calle De la Nación y Chacabuco, más precisamente la esquina del Teatro Municipal. Un hombre mayor, en una Kangoo gris dio varias vueltas y le gritó algo que Daiana no llegó a distinguir con claridad. Ese mismo día, sale de su trabajo a las 16:00 hsy cuando camina por calle De la Nación pasando Roca, otra vez vuelve a pasar el hombre en la Kangoo gris. Cuando la ve, el hombre se dio vueltas varias veces para mirarla mientras avanzaba, después volvió a dar dos vueltas y fue cuando Daiana cruzó de vereda y doblo por una esquina. No volvió a verlo hasta hoy.
Rosario Gerez.
Rosario en estos momentos está desempleada. Está cursando sus estudios en la Escuela de Arte, en la etapa de FOBA. Participa activamente de las asambleas de los institutos terciarios de la ciudad, en defensa de la Educación pública. También es activista y participa del movimiento feminista en reclamo de los derechos de la mujer, como el aborto seguro legal y gratuito.
El 3 de septiembre a las 4.45 de la tarde, Rosario se baja del colectivo 503 entre calle Garibaldi y Bolívar, y se dirige con rumbo a la Escuela de Arte donde participará de una asamblea con demás estudiantes, allí trataran diferentes conflictos por fuera y dentro de la institución. Cerca del CEMAC un hombre mayor detiene la marcha de una Kangoo gris y le grita algo desde la camioneta que no llega a oír, porque Rosario iba con los auriculares puestos escuchando música. Vio cómo se daba vuelta la gente a observar a este hombre que había dado algunos gritos.
-Más allá de la situación violenta y vergonzosa, no me asusté porque siempre pasa que te gritan cosas. Cuando tomo por calle Almafuerte vuelve a pasar la camioneta pero esta vez más despacio, hasta que frena a unos metros míos y me grita. Yo seguía con los audífonos puestos por lo que no llegué a distinguir qué me decía. Instantáneamente comencé a llamar a mi novio, le cuento lo que me estaba pasando y le digo que no sabía qué hacer. A todo esto la camioneta arranca y aparece mí madre de casualidad, ella no sabía que yo andaba por ahí. Le cuento lo que estaba pasando entonces me acompaña hasta la Escuela de Arte. Hicimos una cuadra más y lo vi que volvía a pasar, esa fue la última vez-.
Rosario asegura que se acuerda la cara del chofer de la camioneta en cuestión, pero que se le va borrando de la memoria según pasan los días. Rosario también agrega un dato que no aparece en los testimonios anteriores: una cita roja cuelga del espejo retrovisor.
.
