Caminando las calles de San Nicolás y tratando de observar la arquitectura, se puede descubrir un sinfín de tipos de cables, casi un catálogo en directo.
Sin dudas nuestra ciudad lejos está del sueño de Nikola Tesla, de la energía libre y sin cables… Percibimos un cielo opacado por el infinito enredo de coaxiles, fibras ópticas, pares telefónicos y trenzados eléctricos… hasta los pájaros pueden elegir cuales le sientan mejor a sus patitas según diámetro y dureza de las vainas. Algunos nodos de conexión compiten cabeza a cabeza con los desprolijos nidos de las pirinchas… manojos inentendibles de cables de dudosa utilidad… y últimamente se da una nueva moda, una suerte de “cableado tirolés”, donde se ven tendidos desde los ramales principales directamente al departamento que lo demande, como si por uno de ellos el héroe de la película pudiese escapar de una explosión usando el cinturón para deslizarse…
Hay una ordenanza municipal que obliga a que todos los tendidos nuevos sean subterráneos, pero basta con saber que luego de la última restauración del teatro se quitaron los cables de la fachada y al dia de hoy ya va teniendo unos primeros esbozos de garabatos cableados que de a poco van volviendo todo a la “normalidad” del enredado paisaje de la arquitectura nicoleña.
Paradójicamente, en esta era tan Wireless terminamos teniendo una ciudad TAN cableada…
BELEN GORVALAN GENOUD