Hace tiempo que en nuestra ciudad, como en muchas ciudades del interior, proliferan las motos de baja cilindrada. En los 80 era novedad ver en la tele o en alguna foto las calles de China atestadas de motos, incluso había estacionamientos exclusivos para estos vehículos y lo veíamos con asombro… bueno, China ha llegado!
El precio del transporte público y del combustible, sumado a la comodidad de moverse en un tránsito intransitable, nos lleva a que gran parte de nosotros opte por este medio de locomoción, que resulta económico y practico en todo momento. Surge de esto la exacerbación del mismo o el ego de pretender ser más ingenioso que el ingeniero que lo diseño y “mejorarlo”.
Así es que corren a comprar el escape más ruidoso que exista, por una cuestión simple de combustión, mientras menos silenciador hay, más libre funciona el motor, no por nada los autos de carrera hacen tanto ruido… luego se le bajan los amortiguadores, logrando de esta manera que la moto vaya “planchada” al piso ayudando a la aerodinámica general y obteniendo que corra unas 5 o 6 km más por hora.
Todo esto es libre de ser juzgado o no, bah! Todo no, si el escape excede los 80 decibeles entonces es ilegal, si se hace contraexplosionar el motor también es ilegal, y sobre todo, si se va sin casco es ilegal.
FOTO ILUSTRATIVA
Muchos justifican no usar casco con el recurso simple de “Mi vida es mía”, con lo cual deberían salir a la calle con un cartel que diga “En caso de accidente de tránsito no me asistan, yo he decidido que Mi vida es mía”, y de esta manera simplemente dejarlo tirado agonizando en su ley, respetando su voluntad. La realidad es que, por más que piensen que son dueños de su vida, el contrato social indica que no se puede dejar a nadie agonizando, los servicios públicos deben hacerse presentes, lo más rápido que se pueda, porque si tardan luego hay quejas… hay que tener en cuenta que toda esta asistencia demanda un gasto a la sociedad toda que no deberíamos tener que enfrentar por el ego del piloto que piensa “Mi vida es mía”, pero si no se lo asiste la sociedad está mal…
Basta con ver las redes sociales para notar que todo procedimiento para evitar que se circule con casco resulta al menos repudiable por buena parte de los usuarios, lamentablemente estos procedimientos resultan pocos en contra de las estadísticas de accidentes con motos en nuestra ciudad. Siempre la opinión suele estar del lado de la víctima, y en definitiva nadie ve la voluntad del piloto sin casco que decidió “Mi vida es mía”, entonces vamos por las cadenas de oración tratando de torcer esa voluntad y pidiéndole a los dioses que intervengan ante el suceso.
Es triste ver familias destrozadas por el ego de los pilotos temerarios, es terrible notar que no se crece como sociedad mientras no se aprenda sobre las consecuencias de no respetar el instinto de supervivencia. A la naturaleza le llevó millones de años acorazar animales ante los peligros circundantes, y sin embargo lo hizo, parece que a nosotros nos va a llevar millones de años protegernos la cabeza.
Es mucho mas fácil y barato usar casco que ver familias destrozadas en el hospital y estrellas de dolor pintadas en el suelo.
Mi vida es mía, pero es un poco de los demás también
BELEN GORVALAN GENOUD