28.10.2022
El policía Pablo Moresco fue condenado por atropellar con un patrullero y provocar la muerte de Ezequiel Corbalán y Ulises Rial, dos jóvenes que circulaban en moto en junio de 2020.
La condena fue impuesta por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 y recayó sobre el oficial Pablo Moresco (25), quien terminó condenado por el delito de “doble homicidio con dolo eventual”.
Con esa figura penal, los jueces entendieron que con su accionar de perseguir y embestir con el patrullero a una moto, el condenado Moresco tuvo que haberse representado que podía causar las muertes, como sucedió, y no hizo nada para evitarlo.
“Mi sensación es la mejor porque le dieron diecisiete años, estoy muy conforme con el trabajo de los abogados, de la Comisión Provincial por la Memoria, de Derechos Humanos. Mi hijo descansa en paz, hubo justicia”, declaró la madre de Ezequiel, Sandra Corbalán luego de escuchar la sentencia.
El fallo de los jueces María Elena Baquedano, Laura Mercedes Fernández y Alejandro Gabriel López fue unánime.
La noche del 1 de junio de 2020, pasadas las 3, Ezequiel y Ulises fueron a comprar a un quiosco de San Nicolás a bordo de una moto Corven 150 cilindradas, hasta que efectivos a bordo de una patrulla quisieron identificarlos, ya que los jóvenes estaban violando el ASPO decretado por el Gobierno nacional ante la pandemia de coronavirus.
Sin embargo, Ezequiel aceleró y los agentes policiales de la zona dieron inicio a un operativo cerrojo tras irradiar una alerta, aunque la persecución solo duró algunas cuadras, hasta Carbajo y Piaggio del barrio San Martín.
Allí, el patrullero manejado por Moresco chocó de frente a la moto en la parte izquierda y ambos tripulantes, que no tenían el casco puesto, cayeron contra el asfalto.
Ulises murió casi en el acto como consecuencia de las lesiones sufridas y Ezequiel quedó internado en grave estado en un hospital local hasta el viernes 5 de junio, cuando falleció.
En función de las declaraciones de testigos, la fiscalía logró determinar que el patrullero iba a unos 20 kilómetros por hora cuando se cruzó de carril y que “el móvil se encontraba sin la sirena” y “con las balizas apagadas” al momento de la persecución y el posterior impacto.