Llamadas telefónicas y mensajes de texto fueron las plataformas más elegidas para relucir las carteras de bases de datos con posibles ayudas financieras que se pueden aprobar solo con la anuencia de la persona contactada, sin necesidad de dar un paso previo. En otros casos, también puede ser a través de cajeros automáticos, que, después de una sencilla operación, sale la asignación del crédito.

Con tasas siderales y un mercado financiero cambiante, parece que a las entidades bancarias les cierra ofrecer sus servicios sobrevalorados y con un grado de inmediatez en la resolución que les abre camino a la suspicacia de los estafadores, quienes suelen utilizar la urgencia en la decisión como forma de consumar el timo. 

Antonio Salinas, al frente de la Oficina del Consumidor de Rosario, advirtió sobre estas prácticas y señaló que los bancos buscan simplificar las operaciones, pero logran de esa forma someter a los clientes a situaciones no deseadas. “Muchas veces le sucede a personas vulnerables, como es el caso de los jubilados. Son autorizaciones muy rápidas que se acreditan al instante”, describió .

El referente dijo que discuten estas posturas de los bancos y que han llevado reuniones con las entidades para que este tipo de operaciones sean solo de carácter presencial, ya que en estas instancias se opera mucho con “la vulnerabilidad de los datos” y, en ese sentido, las entidades “deben cuidar un poco más a sus clientes”.

“Las ofertas de créditos llegan por muchos medios, como es el caso del teléfono, donde se puede generar la sospecha de una estafa. En este tema los bancos deberían estandarizar prácticas y eso no se hace. Algunos avisan que no piden datos ni por mail o teléfono, pero la práctica por cajeros automáticos y sms es constante”, argumentó Salinas.  

Dijo, además, que en estos momentos de crisis, muchas familias suelen sobre endeudarse, sacando otro crédito por más que la tasa de éste sea usurera. “Esto lo vemos en las recorridas barriales, donde se tapa un agujero con una deuda mayor y de esa forma se vuelve una bola imposible de pagar. Generalmente este tipo de financiación es con financieras y tarjetas no bancarias que tienen intereses superiores a los mismos bancos”.