Federico Crucella, abogado de Marcelo, dijo a Cadena 3 que la sentencia confirma la paternidad del empresario bodeguero, Eduardo Lapania, con respecto a Marcelo Omar Urbano.

“Él ha sufrido muchas carencias y miserias en toda su vida, vive de changas y es albañil en contraste con este padre y sus hermanos que han accedido a una mejor educación, idiomas y viajes constantes alrededor del mundo”, detalló el letrado.

En ese sentido, afirmó que Lapania “jamás lo reconoció pese a los intentos extrajudiciales que hubo”. “Como padre siguió omitiendo sus deberes”, remarcó.

Y destacó que “el reclamo económico es importante porque uno tiene que tener en cuenta la disparidad y preguntarse lo que es y lo que pudo haber sido viendo a los hermanos y a dónde llegaron con las herramientas que les ha dado un señor que no se las ha otorgado a Marcelo”.

La cifra de la demanda por daños y perjuicios va a ser muy abultada y posiblemente ronde los 200 millones de pesos.

“Nací en 1963. Mi mamá, que falleció hace varios años, me contó todo desde chico. Y cuando estuvo muy grave e iba a fallecer, me volvió a decir que mi padre era un millonario”, dijo Urbano en diálogo con Radio Mitre Córdoba.

“Ella estudiaba en un colegio de monjas y el papá, mi abuelo, la dejó como empleada en esa casa (de los Lapania). Estuvo enojada hasta el último día de su vida por la situación”, dijo.

De acuerdo a lo que le había contado la madre, ella quedó embarazada de uno de los hijos de la familia. Cuando se supo lo ocurrido, la despidieron.

Por otra parte, Urbano dijo que si el empresario lo hubiera reconocido de niño, él tendría otra vida. “Habría terminado el primario y el secundario. Mi madre me entregó a mi abuela de muy pequeño, porque no podía cuidarme por motivos de trabajo. Me crié en Paso Viejo, departamento Cruz del Eje”, relató