03.10.2021 Casi como toda vocación para Nory, ésta nació en su infancia, cuando sintió que su interior se inclinaba por las artes dramáticas, y consideró el deseo de experimentar esta aptitud.
Según cuenta, era pequeña cuándo se inició en la actividad, de la mano de una monja, la que era amante de la música, por lo que la religiosa creo un coro, del cual Nori, no demoró en formar parte. Pero la Hermana, no solo apreciaba la música, sino que también la actuación, por lo que muy pronto formó un grupo de teatro, dónde Nory no dudo en ser parte del elenco y cómo ella misma dice, “… a mí me encantaba participar y no me daba miedo, ni vergüenza, estar en escena, frente al público”.
Por entonces no pensaba en una carrera artística, o en un futuro promisorio sobre las tablas, pero su vocación, cada vez se hacía más fuerte dentro de sí, por lo que no escapaba en ella la intensión de formarse en el arte de la actuación.
Corría por entonces el año 1998, cuando supo que había abierto en la ciudad una academia de teatro. Se trataba de la Escuela Vicente Díaz, dependiente del Teatro Municipal “Rafael De Aguiar”, presurosa no dudo en inscribirse en la misma, y así estar nuevamente en el camino de la actuación, que es lo qué añoraba, “entonces volví a sentir lo que había experimentado en la niñez, una alegría y unas ganas de jugar con los distintos personajes…”.
Su vocación siempre se inclinó por el género comedia y ha disfrutado enormemente –somenta- con obras como “Las de Barranco”, de Gregorio De Laferrere y “Así es si les parece”, de Luiggie Pirandello. Nory destaca que, “Cada obra que hice tuvo su sabor especial y la disfruté, por eso no puedo hablar de una preferida, ya que el grupo acompaña en esas creaciones”.
Por ahora Nory se siente afligida, ya que la actual Pandemia ha hecho que muchos grupos de teatro desaparezcan, pero entiende que hay interés por el tema y sabe qué cuándo los tiempos cambien, “esperemos que vuelva a surgir, me parece que el público nicoleño se va interesando cada vez más, pero falta un poco de apoyo. Creo que no hay suficientes espacios culturales apoyados por el municipio ya que los grupos de teatro no tienen subvención, es decir son independientes y se auto mantienen”.
En tanto recomienda a los jóvenes que se inclinen y practiquen el arte dramático, “no solo como carrera para su futuro sino para aprender a desenvolverse en un grupo y en la vida”.
Por otra parte Nory, considera que el público nicoleño se interesa cada vez más por esta actividad, pero al igual que todos los que están en la gran familia actoral nicoleña, siente que falta apoyo por parte de las autoridades del área.
En cuanto al teatro en las escuelas, le parece importante que se dé a conocer este arte en las instituciones educativas, “creo que es muy bueno que se dé teatro en las escuelas, como una actividad más, ya que ayudará a los alumnos a soltarse y ver otra cara de la vida”.
Es pos de que esta actividad se acreciente, Nory ha conformado con compañeros un grupo teatral al que bautizaron, “DE 1 A 100, por la diversidad de las edades de los componentes , hicimos varias obras que fuimos representando en distintos lugares de San Nicolás y ciudades vecinas”.