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Diego nuestro que estás en tus goles (Capítulo 31) Maradona, la Gloria, Basile y Kempes

Corría noviembre de 1981. Se disputaba el viejo Campeonato Nacional de Fútbol, aquel que luego del Metropolitano mixturaba a los equipos de primera división de AFA con los mejores del interior argentino. Esos clubes que atravesaban el duro y competitivo Torneo Regional para llevar su fútbol a los grandes escenarios del balompié nacional, como así también para recibir en sus provincias a los mejores futbolistas del país. En la undécima fecha del Nacional 1981, por la zona D, Boca Juniors visitaba Córdoba para enfrentarse a Instituto. Los cordobeses verían a un Maradona en todo su esplendor, marcando su único hat-trick con la camiseta xeneize.

El conjunto dirigido técnicamente por Silvio Marzolini venía de consagrarse en el Metropolitano, en una cerrada definición que tuvo al Ferro de Carlos Timoteo Griguol como el otro candidato al título. En el Nacional de ese año el equipo de la Ribera integró la zona D junto a Instituto de Córdoba, Estudiantes de La Plata, San Lorenzo, Unión de Santa Fe, Atlético Tucumán y San Lorenzo de Mar del Plata. La victoria ante Unión en la fecha inicial daría paso a tres derrotas consecutivas (Atlético en Tucumán, Ríver e Instituto en la Bombonera) que nublaron el horizonte. Un empate en cero ante San Lorenzo fue el despegue para acumular varios triunfos, sólo intercalados con un empate 2 a 2 en el clásico interzonal, disputado en el Monumental. Así llegaría a Córdoba la formación de Silvio Marzolini, aunque esta vez reemplazado por su ayudante Horacio Carlos Bongiovanni, ya que el otrora marcador de punta había sido intervenido quirúrgicamente por un problema cardíaco.

El domingo 8 de noviembre de 1981 Boca Juniors alistó a Carlos Alberto Rodríguez: José María Suárez, Oscar Alfredo Ruggeri, Roberto Mouzo y Carlos Héctor Córdoba: Jorge José Benítez, Ariel José Krasouski, Roberto Aníbal Passucci (Jorge Alejandro Quiroz) y Marcelo Antonio Trobbiani (Osvaldo Salvado Escudero): Diego Armando Maradona y Ricardo Alberto Gareca. Por su parte “La Gloria” cordobesa presentó a Carlos Alberto Munutti: Eduardo Miguel Anelli, Armando Miguel Olmedo, Miguel Ángel Rodríguez (Renato Quinto Russo) y Roberto Krauseman (Luis Eduardo Oropel): Víctor Hugo Heredia, Enrique Roberto Nieto y Juan José Meza: Rodolfo César Rodríguez, Salvador Mastrosimone y Raúl de la Cruz Chaparro. El técnico de ese equipo cordobés que finalizaría segundo en la zona D era nada más y nada menos que Alfio “Coco” Basile, un entrenador que dirigía por entonces su quinto equipo (luego de Chacarita, Central, Racing de Avellaneda y Racing de Córdoba), y que sería -más de una década después- el técnico de la selección argentina en la última Copa del Mundo disputada por Diego Maradona: Estados Unidos 1994.

Diego y el “Coco” Basile. Una relación que pasó por distintos momentos en el devenir del tiempo.

A los 14 del primer tiempo un pelotazo desde la mitad de cancha ubicó a Diego en inmediaciones del área cordobesa. El 10 la mató en el pecho, y luego de un pique la puso por arriba de la salida de Carlos Munutti, compañero de Diego en Argentinos Juniors. Cinco minutos más tarde, a los 19, el astro de Fiorito apareció en idéntico lugar: del medio unos metros a la izquierda de la medialuna enemiga, pero esta vez con pelota dominada. Levantó la cabeza, vio a Munutti que se le venía encima para achicar y la colocó con su guante zurdo nuevamente por elevación. Dos golazos en apenas un rato de partido. A los 36′ descontó de penal Rodolfo Rodríguez, puntero derecho surgido en las inferiores xeneizes que tuvo un paso por el fútbol de la Liga Nicoleña, defendiendo la camiseta de Argentino Oeste.

En la segunda etapa, a los 21, otro golazo, esta vez con el sello de un número ocho que si bien nació en Gobernador Castro, surgió futbolísticamente en Belgrano de nuestra ciudad: Jorge “Chino” Benítez. Munutti volvió a adelantarse unos metros, y el “Chino” le pegó desde treinta metros para colarla en el ángulo superior derecho del vapuleado arquero de “La Gloria”, que -como si hubiera sido poco- en el último minuto del partido derribó a Maradona en el área. Penal, conversión suave a la izquierda y único hat-trick de Diego con la camiseta de Boca.

Los goles de Boca Juniors aquella tarde en Córdoba.

El triplete tuvo como escenario un estadio construido para el Mundial 1978 que Diego no jugaría, fue denominado popularmente como Chateau Carreras por el barrio donde está ubicado, pero por una ley provincial fue rebautizado con justicia como Estadio Mario Alberto Kempes, en homenaje a otra “gloria” de Instituto, del fútbol cordobés, argentino y mundial. Esa ley que le cambió el nombre al Chateau Carreras fue sancionada el 20 de octubre de 2010, el día que se cumplían 34 años del debut de Maradona en la primera de Argentinos Juniors, enfrentando a otro equipo cordobés, en este caso Talleres.

En nuestro cierre musical, una canción que no nos cansamos -ni nos cansaremos los maradonianos- de escuchar: Live is Life, de la banda austríaca Opus. ¿El motivo de nuestra insistencia en traerla reiteradamente a colación? Sencillamente porque nos emociona. “Vivir es vida”, dice la canción. Vaya si lo hizo el más grande de todos…

 

 

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