Si bien la historia de Diego Maradona es una de las más extendidas leyendas deportivas que circulan por el universo, sumergirse en distintos aspectos de su trayectoria implica abrir una verdadera caja de sorpresas. Como por ejemplo, rastreando goles de Diego en su paso por el Barcelona, uno puede detenerse en una goleada de 1983 y enterarse que hubo un equipo español que dudó en contratarlo allá por 1977, y siete años después debió sufrirlo en carne propia.
El 17 de abril de 1983 el Barcelona, dirigido por César Luis Menotti recibía a Unión Deportiva Las Palmas por la 33º fecha del campeonato español de primera división. Era la anteúltima jornada de un certamen que coronó como campeón al Athletic de Bilbao, y en el cual el Barca terminó en la cuarta posición, a seis unidades del equipo bilbaíno, detrás también de los dos equipos madrileños: el Real y el Aleti. El encuentro finalizó con victoria blaugrana por 7 a 2, un resultado categórico que significó hundir más en la tabla de posiciones al conjunto de las Islas Canarias, que al año siguiente jugaría en la segunda división. Barcelona alistó a Urruti: Alexanco, Migueli, Sánchez y Julio Alberto: Schuster, Víctor Muñoz (Quini) y Periko Alonso: Marcos Alonso (Vigo), Maradona y Carrasco. Por su parte Unión Deportiva Las Palmas, dirigido técnicamente por José Manuel León, presentó a Manolo: Julio Durán (Calvo), Felipe, Castellano y Estévez: Páez, Juani y Martínez: Román (Farías), Saavedra y Julio Suárez. El árbitro del partido disputado en el Camp Nou fue Joaquín Ramos Marcos.
Tamaña goleada exime de mayores análisis, ya que la superioridad demostrada por el conjunto culé fue abrumadora, dejando casi al borde del ridículo en varios pasajes del encuentro al arquero Manolo y a sus atribulados compañeros. Carrasco, Marcos Alonso, el alemán Bernd Schuster y Julio Alberto se anotaron con un tanto, mientras que los tres restantes fueron convertidos por Diego Maradona. El segundo de ellos, una obra de arte que suele integrar los célebres compilados de los mejores goles en la carrera del astro argentino: tomó la pelota en el sector derecho del ataque blaugrana, fue gambeteando “canarios” casi sobre la línea de fondo, ante la salida del arquero combinó con su compañero Víctor Muñoz, a quien la pelota le rebotó en la tibia derecha, para caerle de nuevo a Diego, que la mandó a la red ante el delirio de la afición catalana. Dos goles de Alberto Martínez (uno de penal) hicieron menos abultada -aunque no menos deshonrosa- la derrota para el equipo canario.
En este enlace, la goleada culé sobre Unión Deportiva Las Palmas.
En la temporada siguiente (1983/84), con Unión Deportiva Las Palmas militando en el ascenso español, la providencia de la Copa del Rey hizo que el Barcelona se enfrentara en semifinales con el conjunto canario, ahora dirigido por Héctor Nuñez. El encuentro de ida se disputó en el Camp Nou con victoria catalana por 2 a 1 (Maradona no jugó), y la revancha fue en el Estadio Gran Canaria con victoria local por 1 a 0 en los 90 minutos. Luego del tiempo suplementario vendrían los penales con triunfo del Barca por 4 a 2, convirtiendo Diego su tiro desde los doce pasos. La final de esa Copa del Rey fue el 5 de mayo de 1984 en el Santiago Bernabeu, enfrentándose el Barca de Menotti con el Athletic de Bilbao -a la postre campeón- en el que jugaba Andoni Goikotxea, el defensor que había fracturado a Diego. A dicha final se la recuerda como la “Batalla del Bernabeu”, ya que el partido finalizó en un escándalo de proporciones.
Pero volviendo a la semifinal, cuando Diego llegó a Las Palmas para disputar el partido de vuelta, contó a la prensa canaria: “Con 17 años me ofrecieron a Las Palmas y no me aceptaron“. La historia cuenta que efectivamente, Maradona estuvo muy cerca de fichar por la Unión Deportiva Las Palmas cuando empezaba a asombrar al universo del fútbol en el club de La Paternal.
Próspero Cónsoli, presidente de Argentinos Juniors, tasó a Maradona en setecientos mil dólares de la época. Pero esta curiosa historia se inició con el ofrecimiento del empresario canario González Fulgencio, quien en uno de sus viajes a Argentina vio jugar a Maradona. “Hablé con el dirigente Fernando Arencibia y el vicepresidente Pérez Alonso, que me otorgó un poder para negociar el fichaje“, contó el empresario. Pero en Las Palmas había muchas dudas por la juventud del entonces promisorio futbolista. “Les dije que le hicieran una prueba“, propuso el empresario, pero dicha prueba nunca se llegó a concretar. La Unión Deportiva contaba en sus filas por aquellos tiempos a tres futbolistas argentinos: el arquero Daniel Carnevali, el extraordinario volante Miguel Ángel Brindisi y el goleador Carlos Manuel Morete. Siete años después de aquella propuesta de González Fulgencio y de la negativa de los dirigentes canarios, Diego Maradona, con goles y gambetas como argumentos irrefutables, los dejaba un poquito más arrepentidos.
En el segmento musical de hoy compartimos un momento inolvidable en la vida de Maradona: cuando el músico guyanés Eddy Grant lo invitó a subir al escenario durante su presentación en el Luna Park, allá por 1981…
