11.07.2021
El Disparador
A partir del análisis de los y las concejales/as electos/as en la ciudad entre 1983 y 2015 (última elección sin paridad de género por ley en la provincia de Buenos Aires) se puede trazar un mapa de situación de la participación femenina en el organismo legislativo de orden municipal. El radicalismo tiene el índice más bajo de mujeres electas como concejales en la ciudad. Solo 8 de las 50 bancas obtenidas por el partido o los frentes electorales que integró fueron ocupadas por mujeres (apenas el 16%) en los 32 años estudiados (17 elecciones). Los resultados de la investigación dejan mejor parado al peronismo local, que tiene en su historial 23 concejalas (21%) de 85 ediles varones obtenidos. En total, nuestra ciudad ha elegido solo 38 concejalas entre 1983 y 2015, incluso un porcentaje por debajo del cupo del 30% que fijó la legislación provincial a partir de la elección de 1997. Además, la ciudad sigue formando parte de la gran mayoría de municipios de la PBA que nunca ha sido gobernado por una mujer. A continuación, los datos más interesantes de este trabajo exclusivo para SanNicolasNews, realizado por el Centro de Estudios Políticos y Sociales de las Lechiguanas (CEPySL).
La recuperación democrática argentina en 1983 se inició sin ningún tipo de regulación sobre la participación de las mujeres en las listas de representación política en nuestra provincia. Mas de una década después, la Ley 11.733 de cupo femenino sancionada a finales de 1995 y aplicada a partir de las elecciones legislativas de 1997 vino a incorporar la obligatoriedad de un cupo del 30% de candidatas mujeres en todas las listas a nivel legislativo provincial y municipal. Finalmente, en octubre de 2016, se sancionó la Ley 14.848 de paridad de género. Esta norma exige que las listas de candidatos a senadores, diputados provinciales, concejales y consejeros escolares incluyan un 50% de personas de cada género –determinado por su DNI- en forma alternada y secuencial por binomios (varón-mujer o mujer-varón). De esta manera, a partir de las elecciones de 2017 la Provincia de Buenos Aires implementó un esquema de paridad en las listas de candidatos/as, que terminó por transformar sus órganos legislativos en espacios con equidad de género.
La situación del HCD local antes de la ley de cupo femenino (1983-1995)
Entre 1983 y 1995 hubo siete elecciones para elegir representantes del Honorable Concejo Deliberante de nuestra ciudad. En ellas fueron electos/as 80 ediles. En pleno auge del bipartidismo furioso, el Partido Justicialista (PJ) y la Unión Cívica Radical (UCR) se repartieron casi la totalidad de las bancas electas en esos años: 50 y 28 respectivamente.
Este período es quizás el peor, en cuanto a incorporación de mujeres al Concejo: solo 7 mujeres fueron electas[1] en un universo de 80 (8,75%). De esas concejalas, seis fueron en la boleta del PJ y una -en 1995- fue en la lista del Frente País Solidario (FrePaSo). El radicalismo no tuvo mujeres electas concejalas en estos años a pesar de haber contado con un total de 28 ediles.
Tal como lo muestra el Cuadro 1, las peores elecciones en cuestión de incorporación de mujeres al recinto fueron las de 1989 y 1991. Allí de 20 bancas, ninguna quedó en manos de una mujer. Del análisis de las actas electorales, queda a la vista que estos fueron los años mas oscuros para nuestra democracia en lo que tiene que ver a incorporación femenina a los cuerpos legislativos. A nivel de la segunda sección electoral la situación no era diferente, y hubo que esperar recién a 1995 para que una mujer fuera electa senadora en la boleta del PJ y a 1997 (ya con la ley de cupo en vigencia) para que se incorporen diputadas electas por dicha sección electoral.
[1] Cuando decimos electas, nos referimos a las que figuran en las actas finales de la Junta Electoral de la PBA. Puede haber casos, que mujeres candidatas hubieran ocupado posteriormente una banca en virtud de licencias, fallecimiento o renuncias de otros concejales. Estos casos no han sido tenidos en cuenta.
El avance de la Ley 11.733 de cupo femenino y su transformación en un techo para las mujeres (1997-2015)
Si bien la ley 11733 fue votada en noviembre de 1995, y se puso en práctica en las elecciones legislativas de1997 en la provincia. Allí se comenzó a transitar un camino de sucesivas incorporaciones de mujeres a los recintos. Lo cual no evitó que con el correr de los años se transforme en un techo para las mujeres. Esta situación, no opaca la efectividad de aquella política legislativas de inclusión femenina. En todo caso, la realidad mostró que era insuficiente para la concreción de una verdadera equidad.
Entre 1997 y 2015 se sucedieron 10 elecciones, donde fueron electos 70 concejales y 30 concejalas en San Nicolas. En dicho período hubo tres oportunidades (1999, 2001 y 2005) en la cual la proporción de mujeres electas fue mayor que la dispuesta en la ley.
Cuadro 1
Durante estas 17 elecciones analizadas, hubo solo tres ocasiones en las que una mujer electa concejala fue cabeza de su lista. En 1999, Norma López encabezó la lista que tenía a Pedro Novau como candidato a Intendente. En 2013, Adriana González (primer concejal radical electa en la ciudad en 1997) fue primer candidata en la lista del Frente Progresista Cívico y Social, único caso en la que una mujer electa encabezó una lista sin tener un candidato varón por encima. Finalmente, en 2015 la lista de Cambiemos llevó a María Laura Vásquez encabezando la lista de concejales que tenía a Suarez Erdaire como aspirante a la intendencia.
La ley de cupo femenino fue un avance que a lo largo del tiempo significó un techo para la incorporación de las mujeres a las listas de candidatas. Eso muestran los números analizados entre 1997 y 2015. La lucha de las mujeres y la sanción de la Ley 14848 de paridad de género vinieron a garantizar un paso más en la incorporación de derechos e igualdad en el ámbito de la representación política de la sociedad.
A continuación, la nómina completa de las mujeres electas concejales en nuestra ciudad en el período estudiado (1983-2015):
El radicalismo y una tradición que atrasa.
En 1947, se voto en nuestro país la ley 13010 que otorgó la igualdad en derechos políticos a las mujeres, es decir que no solo podían votar sino además ocupar lugares en las listas y organizaciones políticas. A pesar del antecedente de Julieta Lanteri que votó en 1911 mediante un amparo judicial, de los proyectos presentados en el mismo sentido por el socialismo, de la provincia de San Juan que ya había modificado su Constitución para que las mujeres pudieran votar, el radicalismo recién permitió que las mujeres se afilien a su partido en 1948 (modificación de su Carta Orgánica). Además, en la elección de 1951 en la cual las mujeres votaron y participaron en las listas por primera vez, el partido centenario no llevó candidatas mujeres en sus listas nacionales. Recién en 1954 se incorporaron mujeres, a pesar del trabajo incansable de mujeres como Clotilde Sabattini[2].
[2] A quien le interese profundizar en algunos detalles, puede consultar el siguiente trabajo:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.7385/pr.7385.pdf
Esta tradición de retrasar y obstaculizar la incorporación de las mujeres radicales a la organización ha proseguido hasta nuestros días. Solo basta ver que las dos principales dirigentes y figuras del radicalismo de las últimas décadas, has tenido que correrse de la estructura partidaria para poder ser. Me refiero a Margarita Stolbizer y Elisa Carrió. Lo mismo le ha sucedido en nuestra ciudad a Elisa Carca, relegada por Lasalle y Dileo desde siempre en las decisiones importantes del partido, siendo que pertenecen a la misma generación política. La otra mujer radical que subsiste a la estructura partidaria es Adriana González, quien este año finaliza su cuarto mandato como concejal. Un dato curioso, pero que no desentona con la historia del radicalismo local sucedió cuando recientemente el concejal Danilo Petroni definió correrse de la presidencia del bloque de concejales de Cambiemos. El cargo fue otorgado a Julio Pascualín, cuando en realidad correspondía que lo ocupara la Dra. Adriana González por su antigüedad y experiencia en el HCD.
Cuando decimos que el radicalismo tiene los peores números a nivel local, metodológicamente hemos analizado tanto la performance electoral del partido como de los frentes o alianzas que ha conducido o integrado (Alianza, Frente Progresista Cívico y Social y Cambiemos). La misma metodología, hemos utilizado para el análisis del peronismo y sus ediles electos/as (FPV, Integración y Movimiento Social y Frente Social de la PBA).
Sin embargo, vale aclarar que de las 8 bancas ocupadas por mujeres radicales en el período 1983-2015, en tres oportunidades ha sido la misma persona (Adriana González) y una cuarta corresponde a la elección de 1999 en la que el radicalismo integró la denominada Alianza. En esa oportunidad una de las mujeres elegidas fue Anabel Longinotti, que jamás perteneció al partido radical y por la metodología aplicada fue incluida. En ese caso deberíamos decir, que solo ha habido 4 mujeres radicales en el HCD en los 32 años que van de 1983 a 2015.