13.06.2021 Después de unas semanas durísimas en los contagios por Covid, que aún hoy continúa, queremos dejar una visión sobre la grieta sanitaria -y a la nicoleña- que vivimos en la ciudad del acero, de la virgen y de los contagios.
Con un promedio de 100 casos diarios San Nicolás atraviesa días muy duros de la pandemia. La cifra de vecinos muertos por el covid llegó a 381, un número que duele, y de tanta magnitud como la tristeza que provoca.
En esta vorágine de contagios que vivimos, se pudo detectar a simple vista la enorme y decadente grieta que separa al sector sanitario ( y también político, hospital-Sanatorio de UOM), del sector , representado en este caso por la gestión municipal.
Esta grieta queda expuesta diariamente al ver los malabares que realizan el Hospital San Felipe y el Sanatorio de la UOM para atender la demanda creciente de pacientes por la pandemia. Se agregan camas constantemente y casi todos los días se llega al ciento por ciento de ocupación, lo que pone en riesgo y al borde de un colapso real al sistema de salud.
En la otra vereda no se observa, al menos a simple vista, por decirlo de alguna manera, una gran preocupación por el tema sanitario, haciendo la salvedad de los testeos, operativo que a venido a arrojar más veracidad a los números locales de la pandemia. Amén de esto, si uno recorre los pasos del intendente municipal durante los últimos días, en ninguno de ellos se lo observa estar tratando cuestiones sanitarias, y sí temas menores, al menos comparados con la salud. Esto no significa que sean temas sin importancia, pero seguramente a todos nos tranquilizaría que el intendente y el sector político que maneja la salud de la ciudad en gran parte (PJ-La Cámpora), trabajen en conjunto, sin odios ni rencores, sin mezquindades y por el bien del conjunto de la sociedad.
Oferta rechazada
Cuando comenzó la vacunación en San Nicolás, el municipio puso a disposición diferentes sectores físicos para llevar adelante el operativo, pero quienes tenían poder de decisión no optaron por esta alternativa y prefirieron lugares como ATE y SUTEBA, los cuales no parecen ser los lugares más aptos en cuanto a espacio y comodidad para desarrollar esta histórica y titánica tarea. Esto sin dudas es una consecuencia más de esa grieta que decimos debería repensarse en esta época dura que viven la ciudad, el país y el mundo.
Hospital de Zona Norte
Si llegamos al colapso sanitario, (ojalá que esto no pase, pero es una posibilidad), se podrían habilitar camas con respiradores en el Hospital de Zona Norte o asimismo acondicionar espacios en el Batallón. Esto nos dejaría un poco más tranquilos a los nicoleños aunque habría que evaluar si existe el personal sanitario para atender estas necesidades y de paso, seria una buena señal de trabajo mancomunado de cara a una sociedad que espera de sus dirigentes ejemplos positivos y solidarios.
Entendemos que no es hora de diferencias y peleas chiquitas para ver quién tiene más poder, es hora de darse la mano, de hacer una tregua, no sólo para la foto, (léase Mesa de Salud), si no para entender que las diferencias políticas, en este caso puntual, son dañinas para todos.