Un año después de la obtención de la Copa del Mundo 1978, la selección argentina de fútbol dirigida por César Luis Menotti, a manera de celebración por el primer aniversario de aquella conquista, disputa un partido amistoso en el Monumental de Nuñez frente a una selección denominada Resto del Mundo. El equipo nacional cae por 2 a 1 pero Diego Maradona marca un gol que sería emblemático para su carrera futbolística.
El 25 de junio de 1979 bien podría ser una fecha olvidable para la historia del fútbol argentino, sino fuera porque con la número 10 del equipo nacional salió al césped del Monumental un zurdo llamado Diego Armando Maradona. Y sería fácilmente olvidable si te tienen en cuenta tres datos que a continuación se detallan:
1- Argentina vivía aun bajo el yugo opresor de la nefasta dictadura militar, atravesando el cuarto año del oscuro período institucional denominado Proceso de Reorganización Argentina. Una etapa lamentable en la cual los militares golpistas bañaron de sangre, dolor y muerte la historia argentina, y en la que además sentaron las bases para la dependencia económica basada en la destrucción del aparato productivo nacional, sirviendo los mismos intereses foráneos que siempre han buscado someter a los países del denominado tercer mundo.
2- El encuentro amistoso fue organizado por un medio de comunicación históricamente ligado a esos mismos intereses, que no sólo ocultó la masacre a la que fue sometida toda una generación de argentinos, sino que además contribuyó desde sus páginas con el advenimiento y posterior sostenimiento de aquel gobierno de facto: el diario Clarín. Su directora, Ernestina Herrera de Noble, se encargaría de entregar un trofeo por el triunfo al término del partido, al capitán del equipo ganador.
3- La selección dirigida por Menotti fue derrotada en ese partido por el combinado Resto del Mundo, por dos tantos contra uno. Además, el gol convertido por Maradona, años más tarde no fue reconocido oficialmente por la FIFA, por tratarse de un partido amistoso.
Tres datos que no logran enlodar lo que fue un verdadero golazo maradoniano que aun perdura -como toda su obra futbolística- en la memoria del pueblo que ama al zurdo nacido el 30 de octubre de 1960, a las 7.05 de la mañana en el Hospital Evita de Lanús.
El seleccionado argentino, de la mano sabia de Menotti, formó esa noche con Fillol: Olguín, Galván, Passarella y Tarantini: Ardiles, Gallego y Maradona: Houseman, Luque (Outes) y Valencia. El conjunto visitante, dirigido técnicamente por el entrenador italiano Enzo Bearzot, presentó al brasileño Emerson Leao en la valla: el alemán Manfred Kaltz, el austríaco Bruno Pezzey, el holandés Ruud Krol y el italiano Antonio Cabrini, en la defensa: el italiano Marco Tardelli (que sería expulsado a los 76′), el español Juan Manuel Asensi y el francés Michel Platini en el mediocampo: en el ataque estarían los italianos Franco Causio y Paolo Rossi, acompañados por el polaco Zbigniew Boniek. Luego ingresarían también el arquero austríaco Fred Koncilia y los brasileños Toninho y Zico. El árbitro del partido fue el israelí Abraham Klein, secundado por los líneas argentinos Arturo Andrés Iturralde y Jorge Eduardo Romero.
A los 29 minutos del primer tiempo, luego de una combinación con Passarella, el habilidoso zurdo José Daniel Valencia abre el juego hacia la derecha para el ingreso de René Houseman, el delantero de Huracán tropieza con un defensor rival, quedando la pelota para Doego Maradona. El astro de Fiorito se acomoda para su pierna izquierda y saca el latigazo combado al segundo palo, colándose el remate en el ángulo superiorm derecho de Emerson Leao, y corre en su festejo hacia el costado derecho del ataque argentino, estrenando por primera vez su grito celeste y blanco característico en tierra argentina (el primer gol con la selección mayor lo había convertido el mes anterior, en aquel amistoso con Escocia, en Glasgow).
El resultado del partido se invertiría en el segundo tiempo, con los goles del santiagueño Luis Galván (en contra) a los 69′ y Zico, a los 73′.
Compartimos tres enlaces de aquel partido.
Ese festejo de Maradona ante el Resto del Mundo sería, de ahí en más, una marca registrada en la historia de Diego Maradona, inmortalizado incluso en la tapa de los cuadernos “Campeón”, que tantos años acompañaron la educación de millones de pibes argentinos.
El cierre musical de nuestra columna de hoy fue la apertura de uno de los programas de “La noche del 10”, exitoso ciclo de televisión con el mismísimo Diego como conductor (tarea en la que demostró que también la rompía). El tema “Para siempre”, de los Ratones Paranoicos, adaptado para una versión maradoniana que sin dudas logró superar a la letra original.